¡°Aprender a leer a los 84 a?os me ha cambiado la vida¡±
En la Comunidad de Madrid hay m¨¢s de 50.000 casos de analfabetismo, seg¨²n datos de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa
A sus 84 a?os, Leonor Torbellino contin¨²a levant¨¢ndose temprano para hacer las cosas de casa: Prepara la comida, limpia el suelo o recoge el bajo de unos pantalones que le quedan grandes. Cuando el reloj marca las 10.30 de la ma?ana, atraviesa el destartalado barrio de la UVA de Hortaleza para sentarse en un pupitre del Centro de ense?anza para adultos Dulce Chac¨®n y aprende a leer y a escribir. "Cuando era muy peque?a mi padre muri¨®. ?ramos ocho hermanos y si quer¨ªamos comer ten¨ªamos que trabajar. Nunca pude ir a la escuela", explica Torbellino mientras hace girar un lapicero de madera entre sus dedos. Como ella, 50.282 personas sufren analfabetismo en la Comunidad de Madrid, seg¨²n datos del segundo trimestre de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa publicados por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
De todas ellas, solo un tercio cursan alg¨²n tipo de estudio que les permitir¨¢ dejar de serlo, seg¨²n explica la consejer¨ªa de educaci¨®n de la Comunidad de Madrid. La mayor¨ªa son personas en torno a los 70 a?os, mayormente mujeres, o inmigrantes de mediana edad que carecen de conocimientos b¨¢sicos del castellano.
F¨¢tima Amasstour abre un libro y comienza a leer pausadamente: "En-ton-ces se lle-v¨® a la bo-ca el pe-da-zo de pan y...". Tiene 50 a?os y hace 14 emigr¨® de Marruecos para establecerse en el madrile?o barrio de Tetu¨¢n. Como muchas ni?as marroqu¨ªes, no fue a la escuela porque, seg¨²n cuenta, sus padres no quer¨ªan. Los lunes y martes, pasa de cinco a ocho de la tarde en la escuela de adultos de su barrio con varios vecinos marroqu¨ªes. "El primer d¨ªa agarr¨¦ el bol¨ªgrafo al rev¨¦s. Un a?o despu¨¦s, soy capaz de leer y escribir cualquier cosa", comenta Amassaur sonriente. En la Comunidad existen 69 Centros de Ense?anzas para Adultos (CEPA) en los que se ofrecen cursos formativos para adultos. En una treintena de ellos existe la posibilidad de graduarse en cursos de ense?anzas iniciales organizadas en dos niveles: el inicial I (equivalente a 1?, 2? y 3? de primaria) o Inicial II (4?, 5? y 6? de primaria). Desde 2009 la inversi¨®n en educaci¨®n de adultos ha bajado en la Comunidad un 40%: 57,7 millones menos.
Felicidad Serrano, de 65 a?os, lleg¨® al Centro hace seis sin saber leer ni escribir. "?ramos 11 hermanos, yo era la tercera y ten¨ªa que cuidarlos. Cuando los llevaba al colegio lloraba mucho porque quer¨ªa entrar para aprender y no me dejaban. Ten¨ªa que trabajar recogiendo aceitunas para poder comer". Ahora cursa el segundo nivel donde asegura disfrutar aprendiendo a pesar de que "su memoria no es tan buena como antes". Su compa?era de pupitre, Victoria Sanz, ronda su misma edad. Juntas recuerdan los tiempos dif¨ªciles de la postguerra. Sanz naci¨® en un caser¨ªo en la provincia de Segovia. "Nevaba mucho. Viv¨ªamos lejos de todos sitios y no pod¨ªamos movernos del campo", cuenta entre risas. Las pocas letras que conoc¨ªa se las ense?¨® su padre bajo la luz de un candil por las noches.
Una profesora dicta en voz alta una palabra cualquiera para que el resto lo escriba individualmente en su carpetilla. Rachida El Ovadi mira por encima de sus gafas el papel de su compa?era, Rhadija Zerovali, para asegurarse de que lo ha escrito bien. Cuando la profesora escribe en la pizarra la palabra para corregirla, algunos borran para rectificar y otros respiran aliviados. "?Oh, s¨¦ escribir!", exclama ir¨®nicamente Amasstour entre risas cuando comprueba que ha escrito correctamente la palabra "frigor¨ªfico". La profesora del CEPA de Tetu¨¢n, Teresa Blasco, explica que ocho horas a la semana es insuficiente para que aprendan correctamente, pero asegura que debido a "la ley" no pueden dar m¨¢s. "Cada uno tiene un nivel. No se imparte una clase como tal. Es una ense?anza individualizada", comenta mientras muestra las diferentes fichas de actividades.
?QU? ES SER ANALFABETO?
Una persona analfabeta es aquella que "no es capaz de leer y escribir una exposici¨®n de hechos relativos a su vida cotidiana", Seg¨²n Naciones Unidas. En el estudio del INE se recoge a todas estas personas, tanto aquellas que no saben leer ni escribir (analfabetos) como a aquellas que s¨ª saben hacerlo pero precariamente (analfabetos funcionales).
El Hocein El Ghalbzouri, de 50 a?os, solo sabe leer un poco de ¨¢rabe que aprendi¨® en la mezquita, lo justo para leer algunos fragmentos del Cor¨¢n. Ahora est¨¢ en paro y aprovecha para ir con su mujer, Rachida El Ovadi, para aprender a escribir. Para ella, leer le ha cambiado la vida. Antes, cuando llegaban las cartas de su hijo no pod¨ªa leerlas", cuenta con emoci¨®n mientras sujeta su hiyab azul para que no se le descoloque. Javier Mor¨¢n, profesor del Centro Dulce Chac¨®n, asegura que lo m¨¢s dif¨ªcil es que los alumnos hagan una lectura comprensiva. "Aprenden a leer pero la mayor¨ªa de la veces no entienden lo que han le¨ªdo". El d¨ªa del libro, Mor¨¢n les regal¨® a cada uno de los alumnos una carpeta con poemas de Mario Benedetti, Lorca o Miguel Hern¨¢ndez.
Isha viaj¨® desde Senegal a Espa?a cuando ten¨ªa 20 a?os. Cuando lleg¨® a Espa?a fue la primera vez que pis¨® una escuela. "En mi pa¨ªs es muy dif¨ªcil ir a la escuela". En Senegal m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n es analfabeta (el 81% mujeres y el 49% de los hombres), seg¨²n datos de la UNESCO. A sus 26 a?os, Isha est¨¢ dejando de serlo. El pr¨®ximo a?o comenzar¨¢ a cursar la Secundaria. "No me separo del peri¨®dico", exclama mientras saca uno de su carpeta. "Aprender me lo ha dado todo. Ahora, siempre aprovecho cualquier momento para leer y poder seguir conociendo m¨¢s".
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