El maltratador mata en casa, a traici¨®n y con alevos¨ªa
Un estudio andaluz sobre casos de v¨ªctimas mortales por violencia de g¨¦nero concluye que la condena media es de 16 a?os y siete meses
De espaldas, tranquila, sentada en un sof¨¢ o acostada, con la guardia baja, indefensa, vulnerable, en la rutina de la vida cotidiana. Es el momento que eligen los maltratadores para matar a sus parejas. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del Estudio de los casos de v¨ªctimas mortales por violencia de g¨¦nero en Andaluc¨ªa (2005-2015), un trabajo coordinado por la jurista Aurora Genov¨¦s basado en el an¨¢lisis de las 150 muertes identificadas de g¨¦nero en la comunidad en esos 11 a?os.?El 49% de los asesinatos se produce en el dormitorio, el 78% en el domicilio, y el 66% de las v¨ªctimas conviv¨ªa con su agresor. Los datos son definitivos. En el 91% de los casos, el asesino actu¨® con alevos¨ªa, seg¨²n se obtiene de la investigaci¨®n con la informaci¨®n de 81 sentencias, de 27 hechos a trav¨¦s de la prensa al estar en tr¨¢mite y de 42 sin dictamen porque el agresor se suicid¨®.
M¨¢s all¨¢ de considerar el hogar como un lugar en el que estar a salvo, resguardada y tranquila, la casa se convierte en un espacio de intranquilidad, en el que vivir en alerta para defenderse ante el ataque inesperado de los hombres que "est¨¢n dispuestos a morir con tal de matar a la mujer", como ha declarado la consejera de Justicia, Rosa Aguilar, durante la presentaci¨®n del informe en Sevilla. Se resuelve que no matan despu¨¦s de una discusi¨®n o un ataque de ira, dejan pasar el tiempo. "El agresor tiene la idea metida en la cabeza. Hay un hecho que act¨²a como detonante pero no pone en marcha inmediatamente la agresi¨®n. Pueden pasar varias horas, varios d¨ªas o semanas despu¨¦s, cuando se normaliza la relaci¨®n con la v¨ªctima, cuando no se percibe el peligro", se?ala Genov¨¦s, que detalla que usualmente hay violencia y amenazas previas.
El estudio, que se realiza despu¨¦s de la aprobaci¨®n de la Ley de Medidas de Protecci¨®n Integral contra la Violencia de G¨¦nero de 2004, concluye que la condena media es de 16 a?os y siete meses, que el agresor apenas tiene antecedentes penales y que en el 51% de los casos se utiliz¨® armas blancas. "Ha habido una evoluci¨®n positiva de las sentencias, antes la calificaci¨®n de los hechos como homicidio o asesinato eran del 50%", ha detallado Genov¨¦s, que matiza que en el 79% de los casos la condena ha sido por delito de asesinato y en el 15% por homicidio.
En 60 de los casos el atacante fue el marido, en 48 la pareja, en 29 la expareja y en 11 el exmarido. No se vislumbra un perfil socioecon¨®mico concreto. "Hay de todo tipo, de profesiones diversas, no se pueden sacar conclusiones por clase social, o familias desestructuradas o personas desempleadas. Est¨¢ en todas las capas sociales, de la m¨¢s alta a la m¨¢s baja", asegura la jurista, que desmonta que el alcohol o las drogas sean definitivos para los asesinatos y revela que los meses con m¨¢s casos son septiembre y octubre, y los de menor prevalencia julio y agosto.
M¨¢s casos en municipios peque?os
El 38% de las muertes se produce en municipios de menos de 20.000 habitantes. Un dato a considerar para dise?ar las campa?as de prevenci¨®n e informaci¨®n, o para saber d¨®nde ubicar los cursos de formaci¨®n para polic¨ªa local, adscrita o vigilancia municipal. Informaci¨®n que se puede combinar tambi¨¦n con la localizaci¨®n de las v¨ªctimas. En esos 11 a?os de estudio, Huelva registr¨® cuatro v¨ªctimas mortales; Ja¨¦n, 11; C¨¢diz, 12; C¨®rdoba, 15; Granada, 21; Sevilla y Almer¨ªa, 25; y M¨¢laga, 37. De todas ellas, 125 mujeres eran espa?olas y 25 extranjeras.
El 38% de las muertes se produce en municipios de menos de 20.000 habitantes
"Vamos a hacer campa?as de sensibilizaci¨®n en informaci¨®n en zonas rurales, que se conozca bien c¨®mo denunciar, que en el ¨²ltimo rinc¨®n de la comunidad se tenga la informaci¨®n necesaria. Y tambi¨¦n vamos a traducir los textos en zonas costeras, para todas las ciudadanas que viven en la comunidad", ha prometido Aguilar, que insta a denunciar los casos de maltrato para activar todos los protocolos necesarios y anima a los vecinos y familiares a alertar de las situaciones de violencia. "Las amenazas son una antesala. No se dice sin m¨¢s, hay que tenerlo en cuenta", ha se?alado la consejera.
De los 51 casos estudiados con violencia previa registrada, en 25 de ellos exist¨ªa orden de alejamiento o protecci¨®n, y para 10 de ellos no se dict¨® esta orden. "Pudo no solicitarse o que no fuese concedida", aclara Genov¨¦s, que reconoce que pueden haber sido fallos en las valoraciones y se muestra partidaria de que las sentencias recojan m¨¢s informaci¨®n de los casos. Tanto la jurista como la consejera consideran que la confesi¨®n no deber¨ªa de tratarse como un atenuante, una solicitud que se contempla como "prioritaria" en el Pacto de Estado contra la violencia de g¨¦nero, como ha declarado Aguilar, y que en Andaluc¨ªa se aplic¨® en el 65% de los casos estudiados.
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