La CUP arrastra al soberanismo en su estrategia a favor de la independencia

Las distintas familias del soberanismo catal¨¢n han acabado abrazando en las ¨²ltimas semanas la estrategia de la CUP en favor de la independencia, que tuvo como m¨¢xima expresi¨®n la huelga general de este martes. La protesta hab¨ªa sido convocada por los anticapitalistas el 23 de septiembre y diversos sindicatos minoritarios, pero finalmente se sumaron desde el PDeCAT a Catalunya en Com¨² y la patronal que representa a las peque?as y medianas empresas.

¡°Nos vemos en la calle¡±, les gusta proclamar a los diputados y otros cargos electos de la CUP en sus intervenciones, sea en el Parlament o en cualquier otro foro. Y las calles de Catalu?a se est¨¢n convirtiendo desde hace semanas en el principal escenario para reclamar la independencia. Ya no se trata solo de las manifestaciones que se han celebrado cada 11 de septiembre desde 2012, sino que con motivo de la campa?a del refer¨¦ndum se empezaron a producir concentraciones de miles y miles de personas que se repiten casi cada d¨ªa.

Los argumentos esgrimidos estas semanas han sido muy diversos: desde que se trataba de una "movilizaci¨®n", como el caso de Catalunya en Com¨² con la celebraci¨®n del refer¨¦ndum del 1 de octubre, o bien que se trataba un ¡°paro de pa¨ªs¡±, eufemismo utilizado por Esquerra Republicana y la antigua Converg¨¨ncia para sumarse a la protesta de ayer.

Els carrers seran sempre nostres (las calles siempre ser¨¢n nuestras) es uno de los gritos que m¨¢s corean parte de los concentrados en todas las protestas, al margen de su edad y clases sociales. Y esta din¨¢mica aglutinadora que caracteriza al independentismo parece impensable que se vaya a romper, al menos hasta que el Parlament proclame la secesi¨®n en un pleno a¨²n por determinar que se celebrar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas. Posiblemente entonces volver¨¢n a aflorar las enormes discrepancias ideol¨®gicas que separan a las tres formaciones independentistas que tienen mayor¨ªa en el Parlament (PDeCAT, Esquerra y la CUP) y a partir de ah¨ª se mantiene la unidad.

La cohesi¨®n en torno al objetivo com¨²n de la secesi¨®n y haber acabado abrazando las tesis de la CUP ha fraguado, entre otras causas, por las actuaciones policiales y judiciales que pretend¨ªan desbaratar el refer¨¦ndum. Ninguna tan trascendente como los efectos que produjeron las cargas policiales de la Polic¨ªa y la Guardia Civil en los colegios electorales durante la jornada del refer¨¦ndum que se saldaron con unas 900 personas atendidas. Al d¨ªa siguiente, Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, reclam¨® la salida de Catalu?a de los miles de agentes de ambos cuerpos que hab¨ªan llegado antes del 1 de octubre.

Ese es un mensaje radical que desde hace a?os difunde el independentismo m¨¢s duro, que considera a ambos cuerpos policiales ¡°fuerzas de ocupaci¨®n¡±. Precisamente fue la actuaci¨®n policial la que llev¨® a los sindicatos UGT y CC OO a sumarse al paro de ayer, que hab¨ªa sido convocado el 23 de septiembre por la CUP, la Confederaci¨®n General del Trabajo y otros sindicatos minoritarios. Inicialmente no se pretend¨ªa otra cosa que mantener las manifestaciones en las calles despu¨¦s del refer¨¦ndum y la declaraci¨®n unilateral de independencia del Parlament, pero finalmente todo cambi¨®.

La CUP ya ha advertido que no permitir¨¢ dar marcha atr¨¢s en la declaraci¨®n de la secesi¨®n una vez proclamados los resultados. La ley del refer¨¦ndum suspendida por el Tribunal Constitucional prev¨¦ que esa declaraci¨®n formal se produzca ¡°dentro de los dos d¨ªas siguientes¡± en un pleno ordinario.

Pero las cargas policiales del domingo no han sido el ¨²nico motivo que ha sumado adeptos al independentismo para llegar hasta el final. Los 41 registros realizados el pasado 20 de septiembre en la sede del departamento de Econom¨ªa de la Generalitat que concluyeron con 14 detenciones, las entradas en diferentes empresas, medios de comunicaci¨®n y otros organismos de la Generalitat en busca de papeletas, urnas y cualquier clase de material relacionado con el refer¨¦ndum alentaron que los partidos pol¨ªticos y una parte de la sociedad abrazara el discurso de la CUP de la ¡°represi¨®n del Estado espa?ol¡± y de la imposibilidad de llegar a ning¨²n acuerdo.

Y en este tablero pol¨ªtico, los comunes, liderados por Ada Colau, que empezaron sin definirse, acabaron secundando la consulta ilegal. ¡°Era una movilizaci¨®n¡±, dijeron, pero lo apoyaron y la alcaldesa de Barcelona pact¨® con Puigdemont que le facilitar¨ªa locales municipales (escuelas y centros c¨ªvicos) a cambio de que dejaran de criticarla. Otra cosa es el grupo parlamentario de Catalunya s¨ª que es Pot en el Parlament, formado por 11 diputados y con los que Colau tiene discrepancias pol¨ªticas y personales.