Tesoros ocultos de Carabanchel

El cementerio de Carabanchel bajo, en un extremo del barrio, est¨¢ en mitad de un gran descampado. Un entorno desangelado que ensalza el ladrillo de la ermita se levanta junto a su entrada, la de Santa Mar¨ªa la Antigua. Tampoco ayuda alg¨²n remiendo met¨¢lico del techo. Sin embargo, esta iglesia mud¨¦jar del siglo XIII, con su cabecera orientada a poniente, su ¨¢bside semicircular con b¨®veda de cuarto de esfera y su torre rectangular es, seg¨²n algunos especialistas, el edificio conservado completo m¨¢s antiguo en la ciudad de Madrid.

As¨ª lo afirma Antonio J. Antequera, arquitecto y autor de varios trabajos sobre el patrimonio de Carabanchel. ¡°Cuando llegu¨¦ a Madrid me sorprendi¨® mucho el sentimiento de pertenencia que tiene la gente de los barrios: Carabanchel, Vallecas, Aluche¡­ Y decid¨ª estudiar c¨®mo se construye esa identidad relaci¨®n con el espacio f¨ªsico y construido¡±, explica. Esa labor ha resultado en una ¡°cartograf¨ªa patrimonial urbana¡±, el cat¨¢logo de los elementos cuya conservaci¨®n, opina, influir¨¢ decisivamente en el dinamismo o decaimiento social de los vecindarios.

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En el caso de Carabanchel, Antequera ha dividido los bienes en varias categor¨ªas. En la primera, la oficial, coloca los monumentos reconocidos con cierto grado de protecci¨®n p¨²blica, como esa ermita de Santa Mar¨ªa de la Antigua, las colonias residenciales de Loyola y Juan XXII, y los palacios de la finca de Vista Alegre. Este ¨²ltimo espacio ¡ªun conjunto palaciego de la primera mitad del siglo XIX, con edificios hist¨®ricos y jardines¡ª se suele poner como ejemplo de patrimonio desaprovechado. El Gobierno de la Comunidad de Madrid dijo el pasado agosto que est¨¢ estudiando la posibilidad de abrirlo al p¨²blico y recuperar el palacio del Marqu¨¦s de Salamanca, un imponente edificio de ra¨ªz cl¨¢sico-rom¨¢ntica construido por Narciso Pascual y Colomer y que lleva a?os cerrado a cal y canto.

Quiz¨¢ por la poca accesibilidad, Antequera asegura, tras numerosas entrevistas y el estudio de los mapas tur¨ªsticos de la zona, que los carabancheleros no sienten la finca como suya. Hay otros monumentos oficiales, no obstante, con los que s¨ª se identifican, como el Colegio Hermanos Amor¨®s, en especial, con el edificio del antiguo Palacio de Godoy, de estilo barroco tard¨ªo clasicista. O con la Colonia de la Prensa, una zona de viviendas unifamiliares levantada a principios del siglo XX que, aunque ha perdido muchas de sus construcciones originales, conserva todav¨ªa un buen pu?ado, adem¨¢s de una espectacular entrada monumental a la altura de los n¨²meros 61 y 63 de la calle de Eugenia de Montijo.

Algunos de los bienes identitarios, sin embargo, no tienen reconocimiento oficial. Por ejemplo, los restos de la c¨¢rcel de Carabanchel, demolida el 23 de octubre de 2008. En aquel momento, la construcci¨®n ¡°no presentaba ning¨²n nivel de protecci¨®n, pues su inter¨¦s patrimonial resid¨ªa en su simbolismo, en sus significados para el imaginario no solo madrile?o, sino incluso nacional, y no tanto en aspectos est¨¦ticos o art¨ªsticos, (aunque tipol¨®gicamente tambi¨¦n era una estructura ¨²nica en Europa)¡±, se queja Antequera en uno de sus trabajos.

Apenas quedan en pie algunos restos der aquella, pero a¨²n se mantiene en el imaginario vecinal. Algo que no ocurre con la ¨²ltima categor¨ªa de patrimonio: el invisible. Aqu¨ª se colocan palacio de Pique?as que acoge el hospital del Instituto San Jos¨¦ (un inmueble de ladrillo rojo de finales del siglo XIX), la Torre del reloj del Instituto Polit¨¦cnico del Ej¨¦rcito (la construcci¨®n m¨¢s alta del barrio, de uno 30 metros, levantada despu¨¦s de la Guerra Civil sobre el lugar que antes hab¨ªa ocupado la primera estaci¨®n de telegraf¨ªa sin cables de Espa?a). O el inexcavado yacimiento romano que existe bajo el Parque Eugenia de Montijo.