Radiograf¨ªa del usuario de las ¡®chemsex¡¯
Un estudio de Stop Sida revela que los participantes aducen motivos diversos para participar en estas fiestas sexuales, desde aumentar el placer o desinibirse, hasta buscar intimidad emocional o lidiar con momentos complicados de su vida personal
La comunidad cient¨ªfica ha empezado a poner el foco en las llamadas chemsex ¡ªsexo qu¨ªmico, en ingl¨¦s¡ª, como as¨ª se conocen las reuniones donde los participantes consumen varios tipos de drogas de forma intencionada para mantener relaciones sexuales entre ellos durante un largo per¨ªodo de tiempo. Esta fen¨®meno, acotado casi en exclusiva a una parte minoritaria del colectivo gay, ya es considerado un problema de salud p¨²blica por los riesgos que conlleva: en algunos casos puede generar adicci¨®n a determinadas sustancias t¨®xicas, desenvolver problemas de salud mental e incluso, seg¨²n un estudio del centro comunitario BCN Checkpoint, puede triplicar el riesgo de infecci¨®n por VIH ¡ªpor la reducci¨®n de la percepci¨®n del riesgo al estar bajo los efectos de las drogas¡ª. Sin embargo, poco saben todav¨ªa los expertos acerca de las din¨¢micas de estas pr¨¢cticas. La organizaci¨®n Stop Sida se ha propuesto conocer, en primera persona, a los protagonistas de estas sesiones sexuales y ha realizado un estudio cualitativo con entrevistas a 26 usuarios. El resultado: un perfil heterog¨¦neo, policonsumidor, con motivaciones diversas y alta percepci¨®n del riesgo.
Los usuarios entrevistados ten¨ªan entre 23 y 55 a?os y el 80% ten¨ªan estudios de formaci¨®n profesional o superiores. El 46% eran personas que conviv¨ªan con una infecci¨®n por VIH.?Percy Fern¨¢ndez D¨¢vila, investigador de Stop Sida, explica, no obstante, que el perfil de participante en las chemsex es muy heterog¨¦neo.?
Aunque al principio las chemsex se vinculaban al uso de tres tipos de drogas concretas (GHB, mefedrona y metanfetamina) en contextos sexuales, el estudio de Stop Sida sostiene que el tipo de sustancias consumidas es muy amplio. Adem¨¢s de estas tres,? las m¨¢s frecuentes reportadas fueron la coca¨ªna, el ¨¦xtasis, la ketamina e incluso la viagra. "La aparici¨®n de la metanfetamina supuso un punto de inflexi¨®n en el consumo de drogas entre hombres que tienen sexo con hombres en Barcelona", sostiene el investigador de Stop Sida. De hecho, alerta, muchos de los entrevistados aseguraron que desconoc¨ªan lo que era la metanfetamina cuando la probaron por primera vez. "En Estados Unidos ya es un grave problema de Salud p¨²blica en todos los colectivos. Est¨¢ considerada la droga m¨¢s peligrosa del mundo por su poder adictivo", se?ala Fern¨¢ndez D¨¢vila. Esta sustancia quita el sue?o, el cansancio f¨ªsico y la sensaci¨®n de hambre y aumenta el apetito sexual.?
Los motivos expuestos por los usuarios son muy variados: diversidad de formas de experimentar el sexo, b¨²squeda de intimidad emocional, socializar y hacer amigos, tener acceso a drogas... En esas pr¨¢cticas, reconocieron los entrevistados del estudio, "se consumen todas las drogas que est¨¢n disponibles y pueden durar entre cinco horas y varios d¨ªas". El informe recoge, sin embargo, que "a trav¨¦s del sexo se expresan muchas necesidades no sexuales". Y agrega: "Varias motivaciones para hacer chemsex y asistir a los espacios donde se practica pueden estar relacionadas con la b¨²squeda de colmar ciertas necesidades psicosociales". De hecho, las rupturas sentimentales suelen aparecer como parte fundamental del relato de los entrevistados cuando hablan de c¨®mo se acercaron al consumo de drogas.
Temor al consumo problem¨¢tico de drogas
Pese a los riesgos que genera, ni mucho menos la pr¨¢ctica del chemsex resulta problem¨¢tica para todos los usuarios. Solo hay una parte de los participantes que manifiestan un consumo problem¨¢tico de sustancias para tener sexo o problemas de salud mental asociados. En este sentido, algunos de los entrevistados? reconocieron sufrir s¨ªntomas de ansiedad, dependencia emocional o estado de ¨¢nimo depresivo. Adem¨¢s, el 70% de los participantes en este estudio de Stop Sida reconocieron estar preocupados por su consumo o encontrarse en riesgo de comenzar a tener problemas con ¨¦l.?
Conscientes del riesgo de adicci¨®n o auge de ITS ¡ªel 85% de los entrevistados indic¨® no usar el cond¨®n nunca o de forma inconsistente¡ª que puede implicar esta pr¨¢ctica, algunos hospitales catalanes ya han empezado a abordar este tema entre los pacientes susceptibles de practicar chemsex y entidades como BCN Checkpoint o Stop Sida han abierto consultas de atenci¨®n psicosocial para atender los casos de consumo problem¨¢tico.
Fern¨¢ndez D¨¢vila sostiene que lo que m¨¢s apremia, en t¨¦rminos de prevenci¨®n, es formar e informar a los usuarios. "Quieren saber qu¨¦ efectos tienen las drogas, qu¨¦ pasa si mezclan sustancias...", sostiene el investigador de Stop Sida. Fern¨¢ndez D¨¢vila apuesta tambi¨¦n por programas de reducci¨®n de riesgos, mejorar la formaci¨®n de los profesionales de la salud de la red de atenci¨®n a drogodependencias y vigilar el impacto de esta pr¨¢ctica en los colectivos de riesgo.
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