Del calor a la cortes¨ªa
Excelente versi¨®n del ¡®Concierto para tromb¨®n¡¯ de Grondahl por parte de Jon Etterbeek
Los dos conciertos de abono de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia de este fin de semana ten¨ªan en programa la obertura Las H¨¦bridas, de Felix Mendelsohn (1809 ¨C 1847); el Concierto para tromb¨®n y orquesta de Launy Grondahl (1886 ¨C 1960) y la Sinfon¨ªa n? 1 en la bemol mayor, op 55 de Edward Grieg (1847 ¨C 1934). Un esquema m¨¢s que tradicional ¨Cobertura, concierto instrumental y sinfon¨ªa- pero que bien podemos calificar de inhabitual por el instrumento solista en la obra concertante y por la poca presencia en las programaciones de la sinfon¨ªa de Elgar.
El desarrollo del concierto estuvo tambi¨¦n notablemente fuera de lo acostumbrado el los de la Sinf¨®nica: la obertura se salv¨® por el buen sonido de la orquesta ¨Csiempre dif¨ªcil de impedir por mucha que sea la impericia de un director-. Y ello pese a las vacilaciones por parte del invitado al podio de esta semana, Diego Mart¨ªn Etxebarr¨ªa.
Pasada sin mayor problema la primera prueba, el concierto lleg¨® a los que a la postre acabar¨ªan por ser sus mejores momentos: la interpretaci¨®n por parte de Jon Etterbeek del concierto de Grondahl. En esta obra prevaleci¨® en todo momento el precioso sonido del solista de la Sinf¨®nica en todos los registros del instrumento; sonido que fue siempre cabalmete correspondido por el de sus compa?eros de todas las secciones de la orquesta.
Su buena dicci¨®n de la obra se vio siempre favorecida por su m¨¢s que generoso fraseo. Su canto en el segundo movimiento, Quasi una leggenda: Andante grave, llen¨® lo que fueron sin duda los mejores momentos, musicalmente hablando, de toda la noche. En sus dos intervenciones, el piano de Alicia Gonz¨¢lez Permuy pareci¨® reflejar con destellos dorados sobre las aguas de un tranquilo arroyo el sonido del solista.
La solemne seriedad del tercer movimiento tuvo como contraste la versi¨®n jazz¨ªstica de Las hojas muertas, que Etterbeek ofreci¨® como regalo al p¨²blico tras la c¨¢lida ovaci¨®n de este. Esta intervenci¨®n, en la que estuvo acompa?ado por Risto Vuolanne -solista de contrabajo de la Sinf¨®nica- mostr¨® la riqueza del instrumento en uno de sus m¨¢s notables usos.
La capacidad de improvisaci¨®n de ambos m¨²sicos y su sentido del ritmo, lleno de ese ¡°¨¢ngel¡± que en el jazz se llama swing, transport¨® a los asistentes de todas las edades a esos momentos tan especiales que todos hemos vivido alguna vez escuchando esa vieja canci¨®n. Obtuvieron la mayor y m¨¢s espont¨¢nea ovaci¨®n del concierto y durante los corrillos que se forman en el descanso, fueron muy numerosos los comentarios agradecidos del p¨²blico.
La Primera sinfon¨ªa de Elgar es una obra bien larga; su duraci¨®n, seg¨²n versiones, est¨¢ en torno a los 50 minutos. A muchos mel¨®manos les pareci¨® escasa en comparaci¨®n con lo que experimentaron durante pr¨¢cticamente toda la versi¨®n de Mart¨ªn Etxebarr¨ªa. Baste decir que a algunos nos record¨® el subt¨ªtulo de la Cuarta de Nielsen, ¡°lo inextinguible¡± -programada por la OSG para el 6 de abril-, por lo interminable y plana que result¨® la versi¨®n que se escuch¨® en el Palacio de la ?pera. A su final, meras palmas de cortes¨ªa de los aficionados a las que, como siempre, se sumaron las habituales en una buena parte de los espectadores.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.