¡°La Guardia Civil est¨¢ en mi despacho¡±
Reconstrucci¨®n de la jornada del 20 de septiembre, en la que altos cargos del Gobierno catal¨¢n fueron detenidos por organizar el refer¨¦ndum
Llu¨ªs Salvad¨®, exsecretario de Hacienda de la Generalitat y hombre clave en la organizaci¨®n del refer¨¦ndum del 1 de octubre, supo por alguien de su departamento que hab¨ªa problemas. ¡°Tenemos a la Guardia Civil en la puerta. Me acaban de avisar de que hay dos furgonetas¡±. ¡°Hostia¡±, responde ¨¦l. Es el 20 de septiembre. Un juez de Barcelona acaba de ordenar registros simult¨¢neos en los departamentos del Gobierno catal¨¢n en busca de pruebas de la consulta ilegal.
Salvad¨® intenta contactar hasta en cinco ocasiones con Eli, su secretaria. Finalmente da con ella. Y le da instrucciones precisas: ¡°Coge toda la pila de papeles que hay encima de la mesa de reuniones. Sal fuera al patio y lanza los papeles. ?Me oyes? Eli?¡±, se escucha en las intervenciones telef¨®nicas acordadas por el titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 13 de Barcelona, Juan Antonio Ram¨ªrez Sunyer. La secretaria, leal, afirma que ya ha metido algunos de esos papeles ¡°debajo de una caja de aguas¡±. Pero inmediatamente tiene que colgar: ¡°Acaban de preguntar por tu despacho. ?Qu¨¦ hacemos? ?Pido orden de registro? Cuelgo un momento¡±.
La ma?ana es fren¨¦tica. Desde primera hora, cientos de personas se concentran frente a las sedes oficiales en protesta por los registros. En particular, frente al Departamento de Econom¨ªa, en la Rambla de Catalunya. La secretaria consigue contactar poco despu¨¦s de nuevo con su jefe y le informa de la situaci¨®n. ¡°Llu¨ªs, han precintado el despacho (¡) Te han desconectado el ordenador, se piensan que es el bueno¡±. ¡°Vale, cojonudo¡±, responde Salvad¨®, que, cr¨ªpticamente -tal vez consciente ya de que sus conversaciones pod¨ªan estar intervenidas- le pregunta si ¡°ha desaparecido¡± ya ¡°eso¡± que ella tiene ¡°controlado¡±. Eli le responde. ¡°Eso est¨¢ bajo una caja de aguas ahora mismo. Le pido a Raquel que se lo lleve a alg¨²n sitio?¡± El excargo le responde que s¨ª y le pide ¡°prudencia¡± a la hora de hablar por tel¨¦fono.
Salvad¨® ser¨¢ detenido ese d¨ªa, pero antes de acudir al despacho se interesa por los distintos escenarios de los registros. Llama a un hombre cuya identidad se ignora: ¡°Tengo a la Guardia Civil en la secretar¨ªa de Hacienda. Se han plantado directamente dentro de mi despacho¡±. ¡°Hostia puta, vale. Joder. Vale, pues movilicemos a todos¡±, le responde su interlocutor. El exsecretario de Hacienda da a¨²n nuevas indicaciones a su secretaria sobre una cartera de su propiedad. ¡°M¨ªrame la cartera, que deje all¨ª. La negra (¡) Bueno, hasta ahora... M¨ªrala¡±.
Viver, ¡°muy tranquilo¡±
En paralelo, la misma noticia sobre la presencia de la Guardia Civil llega a o¨ªdos de otros de los investigados: el exvicepresidente del Tribunal Constitucional Carles Viver Pi i Sunyer. ¡°La Guardia Civil est¨¢ aqu¨ª. Le quer¨ªa avisar¡±, dice una mujer que parece su secretaria. El catedr¨¢tico le pide que indique a los guardias civiles ¡°que se esperen abajo¡± y muestra su intenci¨®n de ponerse en contacto con el gabinete jur¨ªdico de la Generalitat. En otra conversaci¨®n, Viver se muestra tranquilo. Asegura que est¨¢n esperando la llegada de la secretaria judicial y cree que no ser¨¢ detenido. ¡°En teor¨ªa, la m¨ªa es la orden solo de registro de mi despacho¡±.
Viver informa a varias personas de su situaci¨®n. En una de esas conversaciones, indica que tiene su despacho ¡°muy ordenado¡± y asegura que hay papeles sobre ¡°competencias auton¨®micas en transporte¡±. Un tal V¨ªctor le pide que acuda a una reuni¨®n en la plaza de Sant Jaume, sede del Gobierno catal¨¢n. ¡°Si ves que hay prensa, ven por [la entrada de] Sant Honorat¡±. El catedr¨¢tico se muestra siempre tranquilo, incluso cuando le llama su hija, alarmada porque ha escuchado su nombre vinculado a la operaci¨®n en TV-3. La Guardia Civil est¨¢ entre tanto en la sede del Instituto de Estudios de Autogobierno, que ¨¦l dirige. ¡°No pasa nada. Estoy en Palau [ha acudido a la reuni¨®n]. Me llamar¨¢n cuando venga la secretaria. Aunque fuera detenci¨®n, es ir a declarar y nada¡±.
Viver recibe la llamada de un periodista de Catalunya R¨¤dio ¡°de parte de M¨°nica Terribas¡±. ¡°No puedo hablar, tengo a la Guardia Civil aqu¨ª¡±. El periodista le pregunta si est¨¢ ¡°retenido¡±. Viver le confirma que no lo est¨¢, le explica que hay un registro en marcha y le insiste en que no puede usar el tel¨¦fono. En una conversaci¨®n tambi¨¦n se le oye hablar con el abogado Andreu Van den Eynde, defensor de los exconsejeros de ERC y de varios de los altos cargos detenidos el 20 de septiembre. El penalista dice que debe priorizar la atenci¨®n a los detenidos, a lo que Viver le indica que se quede tranquilo: ¡°En mi despacho tengo muy poca cosa, por no decir nada, espero¡±.
Las movilizaciones en la calle, entre tanto, van en aumento. Las intervenciones telef¨®nicas incluyen conversaciones de tipo personal y familiar de algunos investigados.
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