Berenice Abbott m¨¢s all¨¢ de las im¨¢genes de Nueva York
Una muestra en Tabakalera repasa el trabajo una de las m¨¢s ilustres pioneras de la fotograf¨ªa
Berenice Abbott, una de las m¨¢s ilustres pioneras de la fotograf¨ªa, document¨® la transformaci¨®n urbana de Nueva York durante los a?os 30 para componer la obra m¨¢s emblem¨¢tica de una trayectoria con otros cap¨ªtulos que se recogen en Topograf¨ªas, la exposici¨®n que re¨²ne su trabajo en San Sebasti¨¢n.
La muestra, abierta hasta el pr¨®ximo 25 de marzo, recupera 82 fotograf¨ªas de Abbott en la sala Artegunea de Tabakalera, propiedad de la Fundaci¨®n Kutxa, en las mismas paredes en las que hasta la semana pasada han estado colgadas las obras de Chema Madoz. Esta nueva muestra ahonda en la figura de Abbott, una mujer nacida en 1898 en Ohio, que estudi¨® periodismo y se traslad¨® en 1918 a Nueva York con la ilusi¨®n de ser escultora.
A los 22 a?os Abbott se traslad¨® a Par¨ªs, en busca de la vanguardia art¨ªstica, y all¨ª contact¨® con Man Ray, que la emple¨® como laborante en su estudio, donde "nunca le ense?¨® a tomar una fotograf¨ªa", seg¨²n ha explicado la comisaria de la exposici¨®n, Anne Morin.
No obstante, Abbott s¨ª pudo utilizar el estudio de Man Ray para dar sus primeros pasos como fot¨®grafa, hasta que abri¨® su propio negocio en Par¨ªs, donde se dedic¨® fundamentalmente a retratar a figuras como James Joyce, Djuna Barnes, Andr¨¦ Gide, Cocteau, Peggy Guggenheim y Dorothy Whitney, entre otros. 17 de estos retratos pueden verse en esta muestra.
De la mano de Man Ray, la fot¨®grafa estadounidense conoci¨® a su mayor maestro y m¨¢s profunda inspiraci¨®n, el fot¨®grafo franc¨¦s Eug¨¨ne Atget, a qui¨¦n el Gobierno galo hab¨ªa encargado captar im¨¢genes de edificios para documentar el patrimonio de ese pa¨ªs. Tras la muerte de Atget en 1927, Berenice Abbott adquiri¨® gran parte de su obra, unas 7.000 placas y 10.000 positivos, y se propuso difundir su trabajo, para lo que volvi¨® a Nueva York en busca de editor.
Una vez all¨ª, Abbott, profundamente influida por Atget, se dedic¨® a documentar la gran transformaci¨®n arquitect¨®nica y urbana que estaba experimentando Nueva York a ra¨ªz de la revoluci¨®n industrial, cuando pas¨® de ser una ciudad "horizontal" a crecer en "vertical" hasta adquirir la dimensi¨®n que exhibe ahora.
El "choque" entre la antigua ciudad y la nueva gran urbe que se impon¨ªa r¨¢pidamente en los a?os 30 fue uno de los grandes motivos que se reflejan en la obra "Changing New York", una serie de la que la sala Artegunea muestra 39 fotograf¨ªas.
La exposici¨®n re¨²ne tambi¨¦n ocho fotograf¨ªas in¨¦ditas de un viaje que Abbott emprendi¨® en 1954 desde Maine a Florida por la Route One y que muestran distintos aspectos de los Estados Unidos al m¨¢s puro estilo de su amigo Walker Evans. En esa misma d¨¦cada Abbott dio un gran giro en su obra para centrarse en la fotograf¨ªa cient¨ªfica, "el ¨²nico modo de documentar lo invisible", y se convirti¨® en editora de la publicaci¨®n especializada Science Illustrated.
El paso de la luz a trav¨¦s de un prisma, la ca¨ªda de gotas de agua o la plasticidad de un campo magn¨¦tico fueron algunos de los motivos que sirvieron a la fot¨®grafa estadounidense para crear im¨¢genes art¨ªsticas de inusual belleza.
En 1960 cerr¨® el cap¨ªtulo cient¨ªfico y seis a?os despu¨¦s se retir¨® tras la muerte de su compa?era sentimental, Elisabeth McCausland, con quien comparti¨® su vida durante m¨¢s de 30 a?os. Desde entonces centr¨® su esfuerzo en promocionar la obra de su admirado Eug¨¨ne Atget, aunque nunca dej¨® de coger su c¨¢mara para fotografiar la realidad que le rodeaba, en Maine, donde se refugi¨®, hasta su muerte en 1991.
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