Hipercor, el dolor insuperable 30 a?os despu¨¦s
Una exposici¨®n en la Fabra i Coats explica la lucha de las v¨ªctimas del atentado de ETA frente al Estado


Impresiona ver a Jordi Morales, que qued¨® hu¨¦rfano de padre y madre con 7 a?os, explicar que tuvo que contratar a un abogado para reclamar como v¨ªctima porque no fue considerada como tal por los tribunales. Impresiona escuchar el testimonio de N¨²ria Manzanares y Enric Vicente, que perdieron a sus dos hijos y a la hermana de ella, c¨®mo no han conseguido que la administraci¨®n les reconozca las secuelas del atentado y les conceda prestaciones solo por enfermedad com¨²n. O escuchar a Xavier Valls, que se qued¨® hu¨¦rfano de padre a los 9 a?os, contar como su madre, ante el abandono institucional, envi¨® telegramas de p¨¦same a Jordi Pujol y Pasqual Maragall como grito de protesta. Son algunos de los testimonios de familiares y v¨ªctimas del atentado de Hipercor de Barcelona el 19 de junio de 1987, en el que perdieron la vida 21 personas y otras 46 resultaron heridas, integrados en la exposici¨®n La Ferida d¡¯Hipercor. Barcelona 1987 en la Fabra i Coats, en Sant Andreu, no muy lejos de Hipercor. ¡°Una cercan¨ªa buscada porque fue este barrio el que sufri¨® especialmente el atentado ya que aqu¨ª viv¨ªan la gran mayor¨ªa de las v¨ªctimas¡±, explica el periodista Francesc Valls ¨Cex subdirector de la edici¨®n catalana de EL PA?S- comisario de la muestra organizada por el Museo de Historia de Barcelona y que se integra dentro de los actos del memorial por el 30 aniversario del atentado.
Una iniciativa que quiere evidenciar lo que Valls califica de ¡°divorcio entre el poder y las v¨ªctimas¡± y rescatar la memoria del que fue el primer atentado de ETA masivo y con la poblaci¨®n civil como objetivo. Las administraciones no facilitaron el contacto entre las v¨ªctimas: ¡°algunos se conocieron 174 d¨ªas despu¨¦s del atentado, en la sala de espera del forense¡±, explica. No pocos ni se enteraron de la celebraci¨®n del juicio, en 1989. Fue a partir de la sentencia cuando algunos afectados empezaron a coordinarse, una movilizaci¨®n en la que tuvo un papel importante Robert Manrique, uno de los heridos que tir¨® de list¨ªn telef¨®nico para localizarlos. ¡°Las administraciones no ayudaron y fueron r¨¢canos a la hora de reconocer los derechos de las v¨ªctimas¡±, a?ade Valls.
Solo 13 v¨ªctimas y familiares cobraron la indemnizaci¨®n por la responsabilidad civil subsidiaria de la administraci¨®n por la omisi¨®n cometida al no haber desalojado a tiempo los almacenes, tal como reconoci¨® en 1994 una sentencia de la Audiencia Nacional con un audio que recoge la muestra. ¡°Otras 33 personas que plantearon igual demanda no la obtuvieron con el argumento de que se les hab¨ªa pasado el plazo¡±, concluye. Esa lucha por el reconocimiento es el que relatan los entrevistados. Milagros Rodr¨ªguez, una trabajadora de Hipercor que estaba embarazada de tres meses cuando estall¨® la bomba, explica que le dijeron que no se preocupara: ¡°Fui al m¨¦dico al d¨ªa siguiente y me dijo que todo estaba normal¡±. Cuando pari¨®, su preocupaci¨®n era que la ni?a, J¨¦ssica, estuviera realmente bien: ¡°Y al principio eso parec¨ªa pero cuando ten¨ªa ya varios meses nos dimos cuenta de que no o¨ªa¡±. J¨¦ssica L¨®pez, de 30 a?os, que aprendi¨® a hablar y sigue sin o¨ªr, es otro de los testimonios. ¡°Es muy duro que te digan que no eres una v¨ªctima porque no estabas all¨ª. Entonces qu¨¦, nos ten¨ªamos que morir tambi¨¦n nosotros?¡±, expresa Enric Vicente, el padre que perdi¨® a sus dos hijos en el atentado y a su cu?ada. ¡°Es un acto de justicia y de reparaci¨®n de la ciudad hacia las v¨ªctimas. Y tambi¨¦n es una decidida voluntad de reconstruir la memora p¨²blica de Barcelona¡±, ha afirmado el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, en la apertura de la muestra que congreg¨® a unas 200 personas, entre ellas bastantes afectados.
Escalada etarra
Hac¨ªa ocho meses que Barcelona hab¨ªa sido nominada para los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992 y se convirti¨® en objetivo etarra. En 1987, antes de Hipercor, se produjeron otros tres atentados ¨Cdos de ellos con sendas v¨ªctimas mortales- y el perpetrado contra la refiner¨ªa de Enpetrol en Tarragona. El estallido de un coche bomba cargado con 200 kilos de amonal a las cuatro de la tarde y ocho minutos estacionado en el aparcamiento subterr¨¢neo de Hipercor y todo lo que desencaden¨® es el relato de la exposici¨®n a trav¨¦s de fotograf¨ªas, documentaci¨®n ¨Crecortes de prensa- audios con fragmentos de las sentencias y audiovisuales que registran el testimonio de siete de las v¨ªctimas y familiares del atentado.

El espacio expositivo est¨¢ dividido en varios ambientes separados por cortinajes con diferentes grados de opacidad. En algunos se proyectan im¨¢genes de aquel d¨ªa. Un espacio sobrio, dise?ado por Marta Gal¨ª y Marta Oristrell: ¡°se ha querido crear un ambiente de introspecci¨®n, hasta de cierta inquietud¡±, apunta el comisario. Esa es la sensaci¨®n que se tiene al entrar en un espacio circular, casi negro, solo iluminado con 67 filamentos de luz ¨Cuna por cada v¨ªctima- que bajan del techo, en homenaje a todos ellos.
Valls se ha entrevistado con familiares y v¨ªctimas y ha buceado en la gran cantidad de informaci¨®n, tanto judicial como de prensa, de archivos y bibliotecas de Catalu?a y del Pa¨ªs Vasco, que gener¨® la explosi¨®n de Hipercor. ¡°Resulta muy significativo reseguir las crisis y los cambios en el mundo abertzale que gener¨® el atentado a trav¨¦s de las p¨¢ginas del diario Egin¡±, comenta. Diez d¨ªas antes del atentado, Herri Batasuna obtuvo cerca de 40.000 votos en las elecciones europeas en Catalu?a.
La exposici¨®n, que es gratuita y estar¨¢ hasta el 11 de marzo, da buena cuenta de aquella tensi¨®n con art¨ªculos dur¨ªsimos, como el que insert¨® la Patronal de Fomento del Trabajo Nacional en prensa que justific¨® cualquier m¨¦todo contra el terrorismo. Un todo vale que inclu¨ªa una velada alusi¨®n a la utilizaci¨®n de la guerra sucia de los GAL que fue contestado el mismo d¨ªa ¨C el uno de julio de 1987- por el editorial Terrorismo verbal de EL PA?S en el que calificaba el argumentario de la patronal de ¡°fascistoide¡± y a favor de ¡°t¨¢cticas de desestabilizaci¨®n de terroristas¡±.
La bomba en Hipercor fue toda una sacudida social que dej¨® aterrorizada a la poblaci¨®n que sali¨® a la calle de forma masiva, cerca de medio mill¨®n de personas en Barcelona. Un espanto que propici¨® una acci¨®n espont¨¢nea en la Rambla donde se escribieron mensajes en el suelo, seg¨²n se aprecia en una de las fotograf¨ªas de aquellos d¨ªas. Tr¨¢gica iron¨ªa del destino, la misma escena que se vio este verano tras el atentado yihadista. Fue, adem¨¢s, una acci¨®n de ETA que quebr¨® hasta el entonces compacto mundo abertzale con las primeras cr¨ªticas a lo que fue calificado de ¡°grave error¡±.
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