Entre Jordis anda el juego

Como actor, director y autor, Ramon Madaula sabe que en el mundo de la comedia las carcajadas son el term¨®metro del ¨¦xito, y en Adossatslas hay de la primera a la ¨²ltima escena. Su segunda pieza teatral es una comedia agridulce sobre tres generaciones de catalanes que sobrellevan como pueden la infelicidad que les corroe; debajo de esas risas aflora un retrato coral de la amargura que invita a la reflexi¨®n. Jordi Bosch, Rosa Renom y Carles Canut derrochan vis c¨®mica y car¨¢cter al frente de un magn¨ªfico elenco dirigido con acierto y complicidad por Jordi Casanovas.

¡°Me duele la tripa de tanto reir¡±. Lo dec¨ªa, con una sonrisa de oreja a oreja, un espectador al salir del Teatro Romea de una comedia que huele a ¨¦xito en la cartelera navide?a (hay funciones hasta el 28 de enero). El punto de partida es jugoso: tres generaciones de Jordis ¡ªel abuelo, el padre y el nieto¡ª celebran su onom¨¢stica un d¨ªa de Sant Jordi en un chalet adosado y la aparente felicidad de la reuni¨®n familiar se va nublando con conflictos que acaban aguando la fiesta.

Tiene un lado muy perverso esta comedia, pues la familia que vemos en el escenario bien podr¨ªa ser la nuestra; peque?as y grandes frustaciones, celos y envidias, fracasos y sue?os rotos conforman un mosaico de insatisfacciones e incomunicaci¨®n familiar que Madaula sit¨²a en el jard¨ªn de una casa adosada ubicada en una t¨ªpica urbanizaci¨®n del Vall¨¨s Occidental. Un paisaje, en suma,inquietantemente reconocible.

Despu¨¦s de su deb¨²t como autor teatral con L?electe, tambi¨¦n dirigido por Jordi Casanovas, Madaula afina su buen olfato esc¨¦nico con di¨¢logos vivos, directos, rematados por r¨¦plicas y sentencias que, no por previsibles, dejan de tener gracia. Como actor se reserva el papel de Joan, hermano de Jordi, escultor que explota el registro de artista incomprendido y abandonado por su pareja; y lo borda.

Rosa Renom (Carmen, esposa de Jordi) y Marieta S¨¢nchez (Deisy, la cuidadora de Jordi abuelo), sacan extraordinario partido de los dos personajes femeninos de la comedia.Cumple con naturalidad y eficacia Guillem Balart dando vida al Jordi peque?o; en sus principales escenas tiene como maestro de la situaci¨®n nada menos que a un sensacional Carles Canut, que clava sus sentencias con retranca y muestra su lado m¨¢s tierno apoyando los sue?os de futuro de su nieto.

Dejo para el final al Jordi hijo, papel a medida de ese gran actor c¨®mico que es Jordi Bosch: no pierde comba recreando toda la mala baba de un catal¨¢ emprenyat de manual: un funcionario con carnet de partido harto de esperar un cargo que siempre acaba pillando algui¨¦n con mejores padrinos; harto de la id¨ªlica felicidad en que parece vivir su esposa, de las pullas de su padre y de un hermano artista cuyas obras no entiende; harto de un vecino "facha y pepero". Harto de su perro. Harto de todo.

Hay, ciertamente, abuso de estereotipos en la construcci¨®n de personajes y lugares comunes, y tics demasiado previsibles, pero con actores de este calibre, Adossats garantiza hora y media de diversi¨®n. Que no es poco en tiempos tan necesitados de gracia y buen humor.