Pedrolo & Fuster, ¡®agencia¡¯ de detectives
El festival BCNegra recuerda a los dos autores que salvaron el g¨¦nero en catal¨¢n entre 1950 y 1998 escribiendo novelas y dirigiendo colecciones
Si se hubieran tomado a s¨ª mismos como personajes, quiz¨¢ los habr¨ªan hecho compartir despacho de agencia de detectives en una de sus propias obras. Porque la labor de investigaci¨®n y difusi¨®n que entre 1950 y 1998 desarrollaron Manuel de Pedrolo y Jaume Fuster con la novela negra fue vital para rescatar el g¨¦nero en Catalu?a y que hoy hable en catal¨¢n. Podr¨ªan incluso haber verbalizado la ocurrencia en esas ¡°largu¨ªsimas charlas de pie, en medio de la calle¡±, cuando se cruzaban en sus respectivos paseos matinales por el centro de Barcelona, seg¨²n recordaba la escritora Maria Ant¨°nia Oliver en el homenaje que se hizo la noche del lunes a su marido en la biblioteca que lleva su nombre, la Jaume Fuster, en el marco de la BCNegra.
Llegaron al g¨¦nero por inquietudes y con intencionalidades casi id¨¦nticas. Pedrolo (1918-1990) le¨ªa novela negra de joven y en 1949, en la peque?a editorial Turrell de Reus donde acababa de publicar su primer libro, el poemario ?sser en el m¨®n, conocer¨ªa a Ferran Canyameres, para quien acab¨® trabajando en su equipo de traductores para la editorial Albor, donde estaba Rafael Tasis. Vital: con su La biblia valenciana (1954), Tasis ser¨ªa la primera piedra sobre la que se edificar¨ªa la reconstrucci¨®n del templo del g¨¦nero en Catalu?a. El gusto de Fuster (1945-1998) vendr¨ªa influido por su padre, incondicional del g¨¦nero, quien le llevaba de peque?o los domingos a intercambiar novelas negras al mercado de Sant Antoni.
¡°Ser¨ªa muy conveniente tener entre nosotros unos cuantos cultivadores profesionales de novela policiaca¡±, declaraba en 1961 Pedrolo, como recoge en Manuel de Pedrolo, manual de superviv¨¨ncia (Meteora) el escritor del g¨¦nero Sebasti¨¤ Bennasar, ayer moderador de una mesa redonda tambi¨¦n en BCNegra de significativo t¨ªtulo, Tots som hereus de Manuel de Pedrolo, en el auditorio del Conservatorio del Liceo. Estaba el autor de Mecanoscrit del segon origen uniendo su pasi¨®n juvenil con su pasi¨®n (y raz¨®n) adulta: ampliar el mercado de lectores en catal¨¢n en la gris y represaliada Catalu?a de los a?os 50 y 60 a trav¨¦s de un g¨¦nero popular, la misma cruzada que le llev¨® casi en solitario a escribir como un poseso de cualquier g¨¦nero, teatral, er¨®tico o ciencia-ficci¨®n incluidos. Predic¨® con el ejemplo, con cinco obras can¨®nicas: Doble o res (escrita en 1950); Es vessa una sang f¨¢cil (1952); L¡¯inspector fa tard (1953); su obra maestra resultado de haber traducido un a?o antes El cartero siempre llama dos veces de su favorito James Cain, Joc brut (1965), y Mossegar-se la c¨²a (1967), casi todas publicadas mucho m¨¢s tarde.
Incansable, multifac¨¦tico, Pedrolo ampli¨® el c¨ªrculo dirigiendo entre 1963 y 1970 la m¨ªtica colecci¨®n amarilla y negra de La Cua de Palla para Edicions 62, dando a conocer en catal¨¢n a Dashiel Hammett, Raymond Chandler, Ross Macdonald, pero tambi¨¦n a George Simenon o, incluso, a John Le Carr¨¦. En muchos casos eran obras que respond¨ªan tambi¨¦n a la tipolog¨ªa de las que hac¨ªa ¨¦l mismo: reflejar una realidad y una denuncia social, cuestionando el sistema, como indican la atenci¨®n a las clases m¨¢s desfavorecidas (Joc brut) o las condiciones laborales de los obreros (L¡¯inspector fa tard; Mossegar-se la cua¡). Ese fue el puente entre ambos. ¡°Pedrolo es un espejo para Fuster; le visitaba a su casa y aqu¨¦l le iba aconsejando escritores muy engag¨¦s, ideologizados, con un gran peso de lo social, como Leonardo Sciascia o Giorgio Scerbanenco; los personajes de Pedrolo est¨¢n asfixiados por el pa¨ªs donde viven, reflejan la cara oscura de la sociedad, son delincuentes por las circunstancias o por buscar un golpe que cambie su vida; en ese sentido De mica en mica s¡¯omple la pica, el debut de Fuster, en 1972, es para m¨ª la primera novela neopolar en Catalu?a y en Espa?a: ah¨ª est¨¢ la inestabilidad laboral, la fuga de capitales¡¡±, reflexiona ?lex Mart¨ªn, experto en novela negra y autor del flamante estudio Jaume Fuster, g¨¨nere negre sense l¨ªmits (Alrev¨¨s).
La huella era profunda: Fuster escribi¨® De mica en mica... para La Cua de Palla de Pedrolo, pero en 1969 la censura la fren¨®, coincidiendo as¨ª con el cierre de la colecci¨®n, arrastrada por la crisis de Enciclop¨¨dia Catalana. Adem¨¢s, la traducci¨®n al castellano de Joc brut es del propio Fuster y el volumen de relatos policiacos Negra i consentida, del colectivo Of¨¨lia Dracs (que ten¨ªa en Fuster a uno de sus motores), est¨¢ dedicado a Pedrolo. La herencia no fue completa: seg¨²n Mart¨ªn, Pedrolo habr¨ªa sugerido que Fuster, enamorado de Hammett, deb¨ªa ser su sustituto natural cuando se retom¨® La Cua de Palla y hasta habr¨ªa intervenido indirectamente en la selecci¨®n de los n¨²meros 34 a 49, como demostrar¨ªa ¡°la publicaci¨®n de dos t¨ªtulos de Macdonald, del que Fuster era un fan¨¢tico¡±; al final, la colecci¨®n quedar¨ªa en manos de Xavier Coma.
La semilla, sin embargo, estaba echada y Fuster pudo aplicar la filosof¨ªa heredada de su mentor en la serie La Negra, de la editorial La Magrana, que asesor¨® y, a partir de 1988, dirigi¨®. ¡°Ah¨ª acentu¨® su tesis de que no todo deb¨ªa ser alta literatura, que se deb¨ªa crear una literatura nacional popular que ampliara el mercado lector en catal¨¢n, donde ya emerg¨ªan nombres como Ferran Torrent o Guillem Frontera, o ¨¦l mismo o Oliver, am¨¦n de ayudar a la incipiente ense?anza de la lengua en las escuelas¡±, opina ?lex Broch, fundador en 1986 de la serie y su director hasta 1988. Fuster, con astucia y hasta 1998, dio salida a los autores catalanes (39 de los 62 t¨ªtulos lanzados) y a los europeos (Eric Ambler, Ruth Rendell, Jos¨¦ Cardoso Pires, Scerbanenco¡), justo los huecos que dejaba La Cua de Palla de Coma.
¡°La novela negra en los a?os 70 ideologiza el t¨ªpico proceso del g¨¦nero, donde se da una transgresi¨®n y se restituye la situaci¨®n, con un proceso laber¨ªntico de por medio; en esa ¨¦poca se acent¨²a la mutaci¨®n del g¨¦nero negro a la novela social¡±, cree Broch. Jean-Patrick Manchette, o Maj Sj?wall y Per Wahl?? o, incluso, Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, reflejar¨ªan esa inquietud en Francia, Suecia o Espa?a.
Fuster se mostr¨® m¨¢s amplio en el registro que su padre Pedrolo. Al g¨¦nero propiamente negro que encarn¨® el ciclo del detective Llu¨ªs Arquer (cacof¨®nicamente, el Lew Archer de Macdonald), con Les claus de vidre (que tambi¨¦n llev¨® a televisi¨®n) o Sota el signe de Sagitari, ¨¦l le a?adi¨® el policiaco a partir del buscavidas Enric Vidal (¡°un Ripley de Highsmith, pero no tan malo¡±, seg¨²n Mart¨ªn) con De mica en mica¡ y La corona valenciana, am¨¦n de homenajes al g¨¦nero como Tarda, sessi¨® continua, 3,45 o Les cartes de H¨¦rcules Poirot; en total, unas nueve obras.
A pesar de todo ello, y de ser ¡°un gran renovador del l¨¦xico policiaco, con palabras como pipa, pasta, fer-li la pell¡±, apunta uno de sus disc¨ªpulos, Rafael Vallbona, hoy Fuster, a los 20 a?os de su muerte, est¨¢ ¡°muy olvidado¡±, se lamenta Oliver, aun con los cerca de 200.000 ejemplares vendidos de De mica en mica¡ al haber entrado en el circuito escolar. ¡°Cuando fallece, el g¨¦nero no ha renacido a¨²n; adem¨¢s, sus ciclos novel¨ªsticos son muy cortos y el fen¨®meno V¨¢zquez Montalb¨¢n y Carvalho, desde Tatuaje, que es de 1974, justo dos a?os despu¨¦s de De mica en mica¡, le eclipsa. Creo que tampoco le hizo bien querer abarcar muchos tipos de lectores y jug¨® en exceso con la intertextualidad¡±, sostiene Mart¨ªn. A
Aunque esta misma semana se pone a la venta una edici¨®n ¨®mnibus con tres obras suyas (Doble o res, L¡¯inspector fa tard y Joc brut, en Edicions 62), tampoco le ha ido mejor a Pedrolo. ¡°Sus libros salen poco en nuestra biblioteca; pero son interesantes porque se puede ver que no se necesitan ni mossos ni una gran investigaci¨®n y ni un gran detective para hacer buena novela negra¡±, sostiene Jordi Canal, director de la biblioteca La B¨°bila de L¡¯Hospitalet de Llobregat, especializada en el g¨¦nero.
Andreu Mart¨ªn aparte (le hizo saltar del castellano al catal¨¢n y en La Negra le public¨® seis t¨ªtulos), Margarita Aritzeta y Teresa Solana ser¨ªan, seg¨²n Mart¨ªn, los autores en los que m¨¢s se puede reseguir el influjo de Fuster, mientras el de Pedrolo estar¨ªa m¨¢s visible en Llu¨ªs Llort. Echa en falta el estudioso en la novela negra en catal¨¢n de hoy ¡°mala leche, explicar mejor la realidad, falta discurso pol¨ªtico, preocupaci¨®n por Catalu?a¡ compromiso vaya, eso que tanto Pedrolo como Fuster ten¨ªan mucho¡±. Como los buenos detectives.
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