Ni?o de Elche: El quej¨ªo dislocado
Paco Contreras entona en su ¨²ltimo disco un grito que duele y seca la saliva, que desbarata cualquier composici¨®n de lugar previa
Parec¨ªa con?Voces del extremo (2015) que Ni?o de Elche era un cafre, un provocador, un bala perdida. Y qu¨¦ va. Terminaremos asociando aquello con una c¨¢ndida colecci¨®n de arrullos si lo comparamos con algunos de los ingredientes que confluyen en?Antolog¨ªa del cante flamenco heterodoxo, doble ¨¢lbum a un tiempo absorbente y dificil¨ªsimo, que el ilicitano estrenaba anoche en el Lope de Vega. La mezcla de fascinaci¨®n y estupor que provoca esta obra es la misma que sugiere la entrada del protagonista en el escenario. Paco Contreras irrumpe de calle, pero se desnuda ante nuestros ojos para colocarse el traje negro de cantaor: la solemnidad del ritual trasladada a un proceso inc¨®modo.
Este Ni?o de 2018 seguir¨¢ horrorizando a muchos puristas, pero puede que ahora desazone tambi¨¦n a los urbanitas modernos que le saludaron como un friqui asimilable. Contreras ha querido optar por una suerte de quej¨ªo dislocado, un grito que duele y seca la saliva, que desbarata cualquier composici¨®n de lugar previa. No hay asideros en esta antolog¨ªa documentad¨ªsima y desconcertante, vanguardia empapada de tradici¨®n ignota, experimento de y para valientes.
La Seguiriya del silogismo (en lat¨ªn) bordeaba en alg¨²n momento el canto bif¨®nico del T¨ªbet y conjuga la guitarra m¨¢s o menos flamenca de Ra¨²l Cantizano con las manipulaciones electr¨®nicas en directo de Susana Hern¨¢ndez. Menudencias, si lo comparamos con los berridos del Ni?o en esa Canci¨®n de cuna que hermana a Lorca y Robert Crumb. O al rechinar de las cuerdas de guitarra con un arco de viol¨ªn para la bella Saeta del mochuelo. Admit¨ªa Ni?o de Elche anoche sobre su antolog¨ªa que a¨²n ¨¦l mismo est¨¢ "averiguando qu¨¦ es". Un flamenco que invoca a Shostakvich y se dice tan influido en el cante por Tim Buckley (Deep song) como por Lola Flores no tiene f¨¢cil explicarse en pocas palabras. Nosotros tampoco diseccionarlo, pero Ni?o se ha erigido en un reto mayor.
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