Ca?a y pepito para cerrar El Palentino
El ic¨®nico bar de Malasa?a ha servido sus ¨²ltimas cervezas y bocadillos este jueves tras 80 a?os de servicio. La muerte de su due?o, Casto Herrezuelo, ha precipitado su cierre
Mar¨ªa Dolores L¨®pez y Juan Carvajal viven esta semana d¨ªas at¨ªpicos. Son las once de la ma?ana y no hay asientos libres en El Palentino, el legendario bar de Malasa?a regentado durante d¨¦cadas por el incombustible Casto Herrezuelo, fallecido el pasado 22 de febrero a los 79 a?os. Mientras Loli, como la llaman todos, se ocupa de servir ca?as y atender al tel¨¦fono, Carvajal se encarga de poner los bocadillos. Casi todos los que se piden son los famosos pepitos. Han sido los ¨²ltimos de este lugar, que ha echado el cierre la noche de este jueves.
¡°Solo esperamos que se acuerden de nosotros¡±, desea L¨®pez. A sus 67 a?os, admite que ya no puede, ni quiere, hacerse cargo de tal responsabilidad. El Palentino era la raz¨®n de ser de Casto, pero L¨®pez quiere ¡°recuperar¡± el tiempo. En esta decisi¨®n tambi¨¦n ha influido que ninguno de los hijos de Casto ni los de la propia Lola se han querido hacer cargo del local. Era un bar a la medida de Casto. L¨®pez tiene claro que si Casto sigue vivo, ¡°no se cierra el bar¡±. ¡°Era su vida¡±, asegura.
Pero El Palentino ya ha echado el cierre definitivamente. ¡°Malasa?a despu¨¦s de El Palentino va a ser nula¡±, explica a su manera L¨®pez. Esta afirmaci¨®n se corrobora con las muestras de cari?o de los vecinos que no paran de llegar durante toda la ma?ana y en los d¨ªas previos al cierre. Un ramo de flores, bizcochos caseros¡ Si quedaba algo del antiguo barrio de Malasa?a, eran El Palentino y la tienda de ropa infantil La Moda. Ahora solo queda la segunda.
¡°Esto es un trozo del barrio que se va. Se le va a ir un trozo a todo el mundo¡±, comenta Carvajal, para el que tambi¨¦n se va un trozo de vida. De los 80 a?os de El Palentino, ha trabajado la mitad aqu¨ª. A sus 56 a?os y un horizonte laboral nada claro, admite que descansar¨¢ ¡°unos d¨ªas¡± antes de volver a buscar trabajo ¡°y seguir¡±.
Bego?a ha nacido en este barrio y es clienta habitual. ¡°Se pierde un poquito lo que es el alma del barrio, porque lo bueno que tiene El Palentino es que no segrega a nadie¡±, se?ala. En el bar hay gente de todas las edades y oficios. Entre ellos, Miguel Marcos, un m¨²sico gallego. Para ¨¦l, este bar ha sido un ¡°punto de encuentro¡± para muchos artistas. Marcos apura su ca?a y comparte la misma sensaci¨®n que todos: ¡°No s¨¦ Malasa?a, pero esta esquina va a ser un lugar de recuerdo y vac¨ªo¡±.
Dos j¨®venes disfrutan su desayuno. Es la primera vez que entran a este lugar, aunque ya hab¨ªan escuchado de ¨¦l. No ten¨ªan conocimiento de que fuesen los ¨²ltimos d¨ªas de El Palentino. "Da un poco de miedo pensar que todo se va pareciendo. Todo es lo mismo, todos los bares van teniendo el mismo aspecto. Todo se convierte en lo mismo", concluye uno de ellos.
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