Adi¨®s a ¡°un prodigioso artesano¡± de la fotograf¨ªa
Eugeni Forcano no mantuvo los ojos muy abiertos en el mundo para atrapar la vida, hasta el final, con 92 a?os llenos de lucidez
Ha muerto Eugeni Forcano. No nos creemos que este fot¨®grafo casi eterno nos haya dejado. Viv¨ªa rodeado de antiguallas y se vest¨ªa como un sacerdote. Al contrario que cualquier reportero, le gustaba llamar la atenci¨®n, quiz¨¢s prefer¨ªa la imagen de fot¨®grafo de modas, que tambi¨¦n lo hab¨ªa sido. En sus fotograf¨ªas de calle se nota el ascendiente de su presencia en la actitud de los personajes que retrataba, casi entrando en ¨¦xtasis m¨ªstico mirando hacia el cielo.
Sus fotograf¨ªas no dejan indiferente a quien las mira, y no sabemos si nos est¨¢ explicando un chiste o todo lo contrario. Hasta tal punto quer¨ªa ejercer el efecto de hipnosis en sus modelos que limpiaba el blanco de los ojos con una gillette rascando el papel fotogr¨¢fico para hacer que brillaran como si fueran lunas llenas dentro del rostro. Un retrato de Josep Pla, entre tantos de los que le hizo, esta vez empolvado detr¨¢s la niebla del tabaco, es un ejemplo de su obsesi¨®n por abrir los ojos de la gente desde la fotograf¨ªa. ¡°Es un gran fot¨®grafo, exactamente un gran artista, un prodigioso artesano¡±, lo defini¨® Pla en Destino, mezclando el concepto del arte con el de milagro que supon¨ªa ser fot¨®grafo con estilo y discurso, nada com¨²n en la sociedad de aquellos a?os sesenta.
Forcano comenz¨® a trabajar en Destino cuando ten¨ªa m¨¢s de 30 a?os. Desde entonces, su extenso curr¨ªculo se reparte entre la ilustraci¨®n de libros, el reportaje para revistas, la fotograf¨ªa de publicidad y moda y una obra personal de cariz art¨ªstico, con la que experimentaba con el color y las deformaciones ¨®pticas, y que le hizo obtener muchos premios del entorno amateur. Pero ¨¦l fue un profesional pr¨®digo en publicaciones. Destaca aquella Gu¨ªa de Barcelona (1964), momento en que el turismo se empez¨® a considerar una industria y la principal entrada de divisas.
Hasta el final, con 92 a?os llenos de lucidez, nunca quiso dejar de ser fot¨®grafo, ni de mantener los ojos muy abiertos al mundo para atrapar la vida, siempre preocupado por su legado y la difusi¨®n de su obra, que conserv¨® aquella aura art¨ªstica de su origen amateur. Nos queda siempre la sensaci¨®n que las instituciones p¨²blicas no estamos haciendo suficiente para destacar el valor y guardar en lugar seguro los archivos de estos autores singulares que nos definir¨¢n en un futuro.
Viniendo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, el verano del 2014, y pasando durante breves d¨ªas por el Museo Comarcal del Anoia, la gran exposici¨®n antol¨®gica de Forcano se inaugur¨® en enero de este a?o en la sede de la Fundaci¨®n Vila Casas, en Palau Solterra. En aquella magn¨ªfica exposici¨®n al Archivo Fotogr¨¢fico de Barcelona en 2010, fruto de la donaci¨®n que hizo el autor de 650 fotograf¨ªas ¡ªfue ¨¦l mismo, otra vez, el que cedi¨® en 2013 un conjunto de fotograf¨ªas sobre Josep Pla a la Casa Museo Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner, en su pueblo de Canet de Mar¡ª, ha tenido que ser una fundaci¨®n privada la que ha respondido a la obligaci¨®n de presentar de manera ¨ªntegra en Catalu?a la exposici¨®n del MEC, homenaje al merecido Premio Nacional de Fotograf¨ªa 2012. Es un galard¨®n que no es frecuente en los curr¨ªculos y que lo sit¨²a entre los mejores fot¨®grafos espa?oles de la historia. De hecho, todav¨ªa pueden ir a ver, hasta el 20 de mayo, en Torroella de Montgr¨ª, la exposici¨®n La vida atrapada al vuelo, como tan acertadamente defini¨® el comisario Daniel Giralt-Miracle la manera de fotografiar de Forcano.
Laura Terr¨¦ es historiadora de la fotograf¨ªa.
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