Obras en la Gran V¨ªa: vender entre el polvo y el ruido

Un martillo neum¨¢tico arranca el pavimento junto a Helados Italianos Palazzo, uno de las decenas de establecimientos que pueblan la Gran V¨ªa de Madrid. En el interior del local, el ruido de la maquinaria se ha convertido en un fondo permanente. ¡°Ahora que est¨¢ la maquinaria aqu¨ª enfrente nos perjudica bastante, la gente no entra y yo salgo de trabajar con dolor de cabeza¡±, explica una de las dependientas de esta helader¨ªa. Como este, otros muchos locales aguantan las p¨¦rdidas de ingresos y las molestias de las obras de ampliaci¨®n de las aceras a la espera de que los resultados merezcan la pena.

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¡°Los comercios son muy sensibles a estos factores y es indiscutible que les est¨¢ afectando¡±, se?ala Luis Pacheco, presidente de la Confederaci¨®n del Comercio Especializado de Madrid (Cocem). Pacheco asegura que las p¨¦rdidas de los comercios de la Gran V¨ªa y alrededores alcanzan el 30% respecto al mismo periodo del a?o anterior. Hilario Alfaro, presidente de la Mesa Foro Empresarial, dice haber echado en falta ¡°m¨¢s complicidad entre los empresarios, los vecinos y el Ayuntamiento¡±, adem¨¢s de ¡°la realizaci¨®n de un estudio de impacto econ¨®mico de estas obras en la Gran V¨ªa y los alrededores¡±.

Luis Pacheco critica la forma en la que las obras se est¨¢n ejecutando, que en su opini¨®n ¡°ofrece una mala imagen¡± de la zona: ¡°No se pueden hacer obras como si se tratara de un pol¨ªgono industrial. Esas vallas afean esta calle tan emblem¨¢tica de Madrid y le quitan todo el cach¨¦¡±, reprocha. Esas mismas vallas son las que resultan una molestia y una merma de beneficios en el bar Don Jam¨®n. ¡°Muchos de nuestros clientes vienen del teatro cuando salen a cenar. Ah¨ª dentro caben m¨¢s de mil personas, con que vengan el 10% salimos ganando, pero con estas vallas no se nos ve nada¡±, explica Antonio, camarero del bar, mientras se?ala el Teatro Lope de Vega, situado justo al otro lado de la calle y donde se representa desde 2011 el musical de El Rey Le¨®n.

Bares y restaurantes se est¨¢n viendo afectados por estas obras, sobre todo en cuanto a las terrazas, una fuente de ingresos importante para estos establecimientos. ¡°Estamos en ¨¦poca de terrazas pero entre el ruido, el polvo, la falta de espacio casi nadie se sienta en las mesas de la terraza, a nadie le apetece comer viendo unas obras y viene menos gente¡±, lamenta Andrea, encargada de la cafeter¨ªa Le Pain Quotidien. Un portavoz del Museo del Jam¨®n, que dispone de dos locales en la emblem¨¢tica v¨ªa, coincide con esta opini¨®n: ¡°Queremos entender que ser¨¢ para mejor, pero hasta que no est¨¦n terminadas las obras no lo sabr¨¢ nadie¡±.

"Entre un 20% y un 30% menos"

No solo los locales situados en la Gran V¨ªa est¨¢n afectados. En la calle de la Reina, paralela a esta v¨ªa, el bar Cock tambi¨¦n est¨¢ sintiendo los efectos de los trabajos. ¡°Calculo que estoy ingresando entre un 20% y un 30% menos de lo normal desde que comenzaron las obras¡±, explica Jos¨¦ Manuel Astiarraga, due?o del establecimiento. Respecto a si la climatolog¨ªa adversa que la regi¨®n est¨¢ sufriendo en los ¨²ltimos meses pudiera tener que ver con el descenso de los ingresos en la restauraci¨®n, Astiarraga es claro: ¡°Puede ser que empeore la situaci¨®n para los que tienen terraza, pero mi local es de interior y deber¨ªa tener ventaja, y sin embargo no es el caso¡±. En la explanada de la calle de la Montera, a las obras de Gran V¨ªa se han unido las del metro, que impulsa la Comunidad de Madrid. Desde el pasado mes de abril, buena parte de la zona permanece rodeada de una valla que oculta a la vista de los viandantes varios establecimientos.

Una empresaria que ha preferido no dar su nombre tiene tres negocios en la calle de la Montera y se est¨¢n resintiendo. ¡°En dos de ellos estoy ingresando un 80% menos y en el otro estoy literalmente en p¨¦rdidas¡±, lamenta. Achaca esta situaci¨®n al vallado, que reduce el flujo de turistas en la zona e impide que puedan poner la terraza con normalidad. ¡°Los negocios de la zona hemos estimado que, en este tiempo, se han perdido unos 60 puestos de trabajo entre personas despedidas y no contratadas por la falta de terrazas¡±, asegura la empresaria.