Otra lecci¨®n de Tarradellas
El ¡®president¡¯ no tuvo reparos en pactar con Su¨¢rez y entenderse con el Rey. Representaban al Estado, no eran sus enemigos
![Josep Tarradellas tras entrevistarse con Su¨¢rez en 1977.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DJ4L4MII7EHH7POX7IM7NSIKSQ.jpg?auth=f737306b5d5b1b2c85530c38cfd76b28b46ce868cfbbb0eccb8a4e891efd85ee&width=414)
Se imaginan un Diccionario Tarradellas de Pol¨ªtica? La de disgustos que nos habr¨ªa ahorrado. Lo recomendar¨ªan en las escuelas de negocios y en los estudios de humanidades. No har¨ªa falta amarle o aborrecerle para sacarle jugo, como nadie siente apego o aversi¨®n por Sun Tzu o Maquiavelo. Se les lee y luego, seg¨²n capacidad de cada cual, se reflexiona. Puesto que no leg¨® manual de instrucciones, uno tiene que espigar aforismos, im¨¢genes, advertencias y consejos en su infinita correspondencia, discursos o testimonios privados.
Llu¨ªs Maria Bonet me facilita de su fondo particular documentaci¨®n relacionada con el president. El veterano periodista trabaj¨® en la Agencia Popular Informativa, que public¨® en julio de 1974 quiz¨¢ la primera entrevista al renacido Tarradellas. Si algo se ha cruzado por su vida, el periodista lo tiene en casa. Uno duda si E. L. Doctorow se bas¨® en los hermanos Collyer para inspirar su Homer & Langley o lo hizo en ¨¦l.
La tarde del 30 de junio de 1977 Llu¨ªs Maria, junto a quien ejerci¨® de secretaria de Tarradellas en Saint-Martin-le-Beau, Isabel Bonet y su hermano Sebasti¨¤ (hom¨®nimos con el primero, pero sin parentesco), visitaron al president en Madrid. ?ste les recibi¨® en su base para la Operaci¨®n retorno, el piso de Manuel Ort¨ªnez. El d¨ªa 27 se hab¨ªa entrevistado con Su¨¢rez. Dos d¨ªas despu¨¦s, tras un intermedio acongojado, lo hizo con el Rey. Bonet anot¨® en una suerte de post-it mediano los highlights del encuentro. Es dif¨ªcil hallar en una nota m¨¢s titulares por cent¨ªmetro cuadrado. Sintetizo.
Como conoc¨ªamos, el primero a quien el president notific¨® su inmediato viaje a la capital espa?ola fue Joan Revent¨®s, el socialista vencedor en Catalu?a de las elecciones del 15 de junio. El motivo para informarle, seg¨²n Tarradellas: ¡°Soy fiel¡±. Qui¨¦n se enter¨® m¨¢s tarde de su retorno fue Jordi Pujol. Lo hizo a trav¨¦s de Revent¨®s. Cuando el entorno del president, ya en Madrid, trat¨® de contactar con el l¨ªder nacionalista no lo logr¨®. Marta Ferrusola aleg¨® que estaba ¡°ilocalizable en L¨¦rida¡±, seg¨²n Tarradellas. Al futuro mandatario, contrariado por el protagonismo del exiliado, le cost¨® aceptar lo acontecido. ¡°Se le notaba que todav¨ªa com¨ªa chatarra¡±, resumi¨® el president a los Bonet.
Durante el encuentro con Su¨¢rez, ¨¦ste ¡°me hizo treinta propuestas y yo le dije a todas que no, y yo le hice otras treinta y ¨¦l me dijo que no a todas¡±, coment¨® Tarradellas al tr¨ªo. El d¨ªa 30 el president propuso a Revent¨®s perfilar jur¨ªdicamente un principio de acuerdo para negociar en una segunda fase. Se sumaron Frederic Rahola, Ort¨ªnez y los catedr¨¢ticos en Derecho Josep Llu¨ªs Sureda y Josep Antoni Gonz¨¢lez Casanova. Aunque seg¨²n Tarradellas, la cuesti¨®n jur¨ªdica la quer¨ªa resolver el catedr¨¢tico de Derecho y diputado de la UCD Manuel Jim¨¦nez de Parga. Era ¡°super-secreto¡±.
Y atenci¨®n ahora. Ese mismo d¨ªa Tarradellas almorz¨® en el Ritz con dos viejos republicanos, Josep Andreu Abell¨® y Joan Casanelles. Cre¨ªamos, as¨ª lo anot¨® el propio presidente en su p¨®stumo Ja s¨®c aqu¨ª, que les hab¨ªa llamado a consultas para conocer su opini¨®n y que hab¨ªan redactado un comunicado conjunto posterior.
Nada, nada. Fueron Andreu y Casanelles quienes, no queriendo quedar fuera de la foto, viajaron a Madrid, invitaron al retornado y le plantaron el texto para que lo firmara. Una ¡°triste visita¡±, la defini¨® Tarradellas. A pesar de ello, call¨® y dej¨® fluir el teatro. ¡°Cuando se ha ganado, uno debe ser generoso¡±, dijo a los Bonet.
Hay m¨¢s. Manuel Fraga, l¨ªder de Alianza Popular, le invit¨® a cenar. Tarradellas, porque todo se acaba sabiendo, declin¨®. Al d¨ªa siguiente, 1 de julio, el exvicepresidente le recibir¨ªa con frialdad. Y la perla: el president ten¨ªa billete para regresar a Par¨ªs, v¨ªa Pa¨ªs Vasco, en tren, ¡°por miedo al avi¨®n¡±.
La semana pr¨®xima se cumplir¨¢n 41 a?os del episodio. Tarradellas tuvo su oportunidad y la aprovech¨®, en beneficio propio y en el de todos por m¨¢s que luego saliesen figuras como Josep Benet a patalear. Acudi¨® a la cita sabiendo qu¨¦ pod¨ªa esperar de unos y otros e incluso c¨®mo deb¨ªa contentar a los propios. No tuvo reparos en pactar con Su¨¢rez y entenderse con el Rey. Representaban al Estado, no eran sus enemigos. Pactaba de instituci¨®n a instituci¨®n. Era con quienes hab¨ªan quedado en la oposici¨®n de los que recelaba por su experiencia de anta?o. Por eso hubo acuerdo.
L¨¢stima que un hombre tan preocupado por conservar hasta la ¨²ltima nota para la posteridad no destinase las atl¨¢nticas noches de la Turena a elaborar una suerte de companion guide para orientarnos en el futuro y evitar que nos perdi¨¦semos entre tanta hoja de ruta grandilocuente y tanto inmovilismo vacuo. No nos queda otra que contentarnos con reflexionar sobre las notas del diligente Llu¨ªs Maria Bonet.
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