Si las piedras (del barrio de Las Letras) hablasen
Un estudio cartograf¨ªa los materiales tradicionales de los edificios del vecindario y reclama su protecci¨®n
Hay quien dice que las piedras hablan; que cuentan historias de los tiempos y de las gentes que han visto pasar, que se convierten en parte de su memoria. Si es as¨ª, las piedras del Barrio de las Letras de Madrid deben hablar por los codos. Los s¨ªlex, las calizas de Colmenar de Oreja y las dolom¨ªas de Redue?a y, sobre todo, los z¨®calos de granito (piedra berroque?a) tienen infinidad de historias que contar: sobre aquellos m¨¦dicos, actores y escritores que viv¨ªan alrededor de hospitales de las ¨®rdenes religiosas y corrales de comedias que se empezaron a construir hace m¨¢s de 600 a?os con materiales de derribos ¡ªde la muralla ¨¢rabe, por ejemplo¡ª; de los canteros de Zarzalejo, de Alpedrete, Moralzarzal y Villalba que tallaron sus pilares; de los carreteros que los llevaban en bueyes a la capital; de los constructores que encontraron los trucos para hacer m¨¢s sencillos los cambios futuros o para ocultar habitaciones a las autoridades con tejados muy inclinados¡
Por todo eso, porque est¨¢ convencido de que los z¨®calos, dinteles y jambas de las fachadas son parte del ¡°patrimonio tangible e intangible¡± del Barrio de las Letras, David Mart¨ªn Freire-Lista, especialista del Instituto de Geociencias del CSIC y la Universidad Complutense, reclama un esfuerzo a las autoridades para defenderlos frente a los peligros que les acechan: la falta de conservaci¨®n y unas reformas hechas por gentes que no saben absolutamente nada de ellos.
Seg¨²n comprob¨® recientemente, en un trabajo hecho junto a Rafael Fort, todav¨ªa hay una gran presencia de z¨®calos de materiales originales en la inmensa mayor¨ªa de los edificios ¡ªhay 740 que conservan la piedra berroque?a en alguna parte de su fachada¡ª, pero muchos de ellos est¨¢n tapados completamente (el 17,8%) con elementos distintos y en el resto de casos, la mayor parte de las veces el estado de conservaci¨®n ¡°es muy deficiente¡±. El experto describe eflorescencias salinas (manchas blanquecinas), desplacados superficiales, fracturas, pintadas, utilizaci¨®n indiscriminada de cemento por encima de las juntas, perforaciones realizadas para sujeci¨®n de cableado o r¨®tulos, manchas¡
La piedra berroque?a, o granito, procede de la Sierra de Guadarrama y en ella es frecuente la presencia de gabarros, tradicionalmente llamados negrones o manchones, de color gris oscuro. En Las Letras se us¨® durante siglos, adem¨¢s de en los z¨®calos, dinteles y jambas de puertas y ventanas, en los adoquines, registros de alcantarilla, bolardos, bordillos y pedestales de las estatuas.
Hay centenares de ejemplos, entre otros, la entrada de Iglesia del Sant¨ªsimo Cristo de la Fe (1592 y 1620), en la calle de Atocha 87; el hospital General de San Carlos (1756-1781) actual Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, palacio de Villahermosa (1805-1806), actual museo Thyssen Bornemisza; el palacio de los Duques de Ugena de 1734 en la calle del Pr¨ªncipe, 28 (1734).
A veces, se encuentra mezclado con otros materiales, aunque m¨¢s escasos, igualmente tradicionales, como en el convento de la Trinitarias (siglo XVII) en Costanilla de las Tinitarias, 1, con tramos de su z¨®calo construidos con s¨ªlex; en la Real Academia de Historia (1783), en la calle del Le¨®n, 21, cuyo escudo es de piedra blanca de Colmenar de Oreja. El mismo material utilizado en la modernista casa de P¨¦rez Villaamil (1908) de la plaza Matute, 12, y el otro palacio de los Duques de Ugena, este del siglo XVIII, en la esquina de la calle del Pr¨ªncipe, 28, que tiene el z¨®calo y la portada original construido con piedra berroque?a. En el Palacio de las Cortes, de granito, y con dinteles y jambas labrados con dolom¨ªa de Redue?a, se pueden apreciar f¨®siles de gaster¨®podos de aproximadamente 85 millones de a?os.
Las casas de malicia
David Mart¨ªn Freire-Lista insiste no solo en la necesidad de cuidarlos bien ¡ªlo que vendr¨¢ ¡°condicionado por el tipo de deterioro, el grado de pulimento o acabado (microrrugosidad) y la mineralog¨ªa teniendo especial cuidado en los sillares m¨¢s antiguos¡±¡ª, sino de conocer c¨®mo se han estado usando. ¡°Las casas se constru¨ªan siguiendo las ordenanzas con z¨®calo de piedra berroque?a, fachada de ladrillo, aleros de madera y revoco de cal, balcones y en las cubiertas ventanas abuhardilladas¡±, explica el especialista destacando, adem¨¢s, un detalle de ¡°sostenibilidad¡± de la ¨¦poca. ¡°Los sillares de granito que forman los z¨®calos est¨¢n dispuestos generalmente en aparejo a sogas. Si bien debajo de las ventanas suele haber un sillar de escaso grosor que permite su f¨¢cil extracci¨®n en caso de necesidad de abrir una puerta en el vano¡±, por ejemplo, si alguien quer¨ªa convertir una habitaci¨®n de la casa en un local comercial.
Tambi¨¦n explica c¨®mo nacieron las ¡°casas de malicia¡±, desde que Felipe II aprob¨® una norma en 1561 por la que las casas de m¨¢s de una planta deb¨ªan ceder una habitaci¨®n a la Corte para alojar a los funcionarios del Rey. ¡°La idea era ocultar desde el exterior la existencia de m¨¢s de un piso. Tejados muy inclinados que dieran lugar a buhardillas, plantas intermedias, ventanas desordenadas a diferentes alturas eran algunos trucos¡±, se?ala el experto.
Como primer paso en la conservaci¨®n ¡°de la identidad¡± que las piedras hist¨®ricas aportan al Barrio de las Letras, el grupo de Petrolog¨ªa Aplicada a la Conservaci¨®n del Patrimonio del Instituto de Geociencias IGEO (CSIC-UCM) ha presentado la candidatura de los granitos de Alpedrete, Cadalso de los V¨ªdrios y Zarzalejo, as¨ª como la de la Caliza de Colmenar de Oreja a la nominaci¨®n como como Global Heritage Stone Resource, distinci¨®n que se concede a piedras utilizadas en el patrimonio con gran potencial para su exportaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Barrio de Las Letras-Huertas
- Barrio Cortes
- CSIC
- Distrito Centro
- Organismos p¨²blicos investigaci¨®n
- Madrid
- Distritos municipales
- Pol¨ªtica cient¨ªfica
- Comunidad de Madrid
- Investigaci¨®n cient¨ªfica
- Arquitectura
- Espa?a
- Arte
- Ciencia
- Ayuntamiento Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Administraci¨®n local
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica