Velintonia quiere revivir
Intelectuales como Heaney y Vargas Llosa y artistas como Serrat o Poveda tratan de salvar la casa de Vicente Aleixandre
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
En el n¨²mero 3 de la calle de Vicente Aleixandre, cerca del metro Metropolitano, hay una casa hermosa y desvencijada. En el interior, de techos altos y ventanas y mamposter¨ªas con solera, bien se podr¨ªa rodar una pel¨ªcula de misterio psicol¨®gico. Est¨¢ vac¨ªa y contiene un aire lleno de historia. En el jard¨ªn, silvestre, crece un gran cedro del L¨ªbano alrededor del cual correteaba un perro llamado Sirio. Aqu¨ª viv¨ªa el poeta Vicente Aleixandre, de ah¨ª el nombre de la calle, premio Nobel de Literatura en 1977.
Los herederos quieren deshacerse de una propiedad que no genera m¨¢s que gastos, sobre todo en vista de la falta soluciones pol¨ªticas, asegura Alejandro Sanz, presidente de la Asociaci¨®n Amigos de Vicente Aleixandre. Por eso la Asociaci¨®n de Vecinos de Chamber¨ª El Organillo ha pedido que se proteja y rehabilite la casa y tiene el benepl¨¢cito de la de Amigos de Vicente Aleixandre. La propuesta ha sido presentada para su aprobaci¨®n en la Asamblea de Madrid.
Entre las adhesiones a esta propuesta se encuentra la del premio Nobel irland¨¦s Seamos Heaney o la del cantaor Miguel Poveda, que ofreci¨® un recital en la casa, dentro de los actos que all¨ª ya se celebran. Tambi¨¦n otros como Mario Vargas Llosa, Luis Eduardo Aute, Joan Manuel Serrat, Raphael, Kiko Veneno, Antonio Gamoneda, Jos¨¦ Sacrist¨¢n o Alberto Conejero. El grupo Maga le dedic¨® la canci¨®n titulada La casa en el n¨²mero 3: "Los cristales rotos marcan, / como el mapa de una isla, / el lugar donde el olvido se instal¨®".
Por las tardes, de 18.00 a 20.00, el p¨²blico puede acceder a la casa y visitar una exposici¨®n de retratos del poeta. Entre las efigies del autor Sanz muestra el suelo de la cocina original que apareci¨® debajo del parquet posterior, todo ello iluminado por las mismas bombillas (o similares) que el escritor usaba en su ¨¦poca. "Si hici¨¦semos pruebas de ADN probablemente encontr¨¢semos evidencias de la presencia de Lorca o Miguel Hern¨¢ndez, que pisaron este suelo", dice, "por aqu¨ª pasaron miembros de la generaci¨®n del 27, del 36, del 50, o poetas como Pablo Neruda".
Seg¨²n explica Sanz, su asociaci¨®n lleva 23 a?os luchando porque las autoridades creen una Casa de la Poes¨ªa. "No queremos que se haga cualquier tipo de centro cultural, sino uno dedicado especialmente a esta disciplina", dice Sanz, que ha preparado la edici¨®n de la Poes¨ªa completa de Aleixandre. "Adem¨¢s creemos que tiene que ser obra del Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad y el Ministerio de Cultura, para evitar vaivenes pol¨ªticos". En la fachada se ve un cartel de "Se Vende".
"Este lugar fue muchas d¨¦cadas lugar de peregrinaje de poetas j¨®venes y consagrados, espa?oles y latinoamericanos", dice Sanz, "ven¨ªan a entregarle sus versos al maestro". La familia de Aleixandre lleg¨® a Madrid en 1927, y dej¨® la casa durante la Guerra Civil, cuando fue bombardeada por su cercan¨ªa al frente de Ciudad Universitaria. Despu¨¦s de la contienda el edificio se reconstruy¨® y el autor lo habit¨® con su hermana Conchita hasta su muerte en 1984.
El anterior nombre de la calle era Wellingtonia, palabra que designa una especie de secuoya propia de la Sierra Nevada californiana. El poeta fue simplificando el nombre en su correspondencia y en su uso cotidiano, hasta dejarlo en Velintonia, un po¨¦tico nombre para una po¨¦tica casa. Se habla de cambiar el nombre de la parada de metro de Metropolitano para evitar la confusi¨®n con el estadio del Atl¨¦tico de Madrid.
El paisaje ac¨²stico de la zona, el silencio y los pajarillos, tambi¨¦n se conserva, dada la tranquilidad del barrio, un silencio que tambi¨¦n disfrutaba su inseparable hermana Conchita. "Como muchas mujeres que rodean a literatos, pas¨® de forma silenciosa, sin dejar obra", dice Sanz, "pero fue un pilar de su vida, con una abnegaci¨®n casi monacal que hay que recordar: se dedic¨® a su hermano en cuerpo y alma". Otra de las estancias es el dormitorio de Aleixandre. "Aqu¨ª escribi¨® casi toda su obra", asegura el experto, "porque el poeta escrib¨ªa en la cama".
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