Madrigales de Monteverdi, junto a los los muros del monasterio de El Escorial
El concierto forma parte del XII Festival de M¨²sica al Atardecer, que Patrimonio Nacional organiza en distintos Sitios Reales para propulsar las principales manifestaciones del Arte
El monasterio de San Lorenzo de El Escorial, esa potente ¡°m¨¢quina de piedra y sue?o¡± como lo definiera el poeta, fue este domingo altavoz de algunos de los m¨¢s caracter¨ªsticos madrigales del genial compositor cremon¨¦s Claudio Monteverdi (1567-1643). El concierto forma parte del XII Festival de M¨²sica al Atardecer, que la instituci¨®n estatal Patrimonio Nacional organiza en distintos Sitios Reales para propulsar las principales manifestaciones del Arte. El Ayuntamiento escurialense, la Comunidad de Madrid y la Fundaci¨®n Goethe colaboran en la propuesta musical.
El Patio de Carruajes del antiguo monasterio jer¨®nimo, regentado hoy por la orden agustiniana, ha sido escenario del concierto, protagonizado por la Capilla Renacentista, coro de quince titulares, siete voces femeninas y ocho masculinas, dirigidas por Amaya A?¨²a Tejedor. Con sabia mano y evidente desenvoltura, A?¨²a rigi¨® la interpretaci¨®n de 16 selectos, concisos y bellos madrigales extra¨ªdos del Cuarto Libro de este g¨¦nero expresivo propio del siglo XVI, en el que Monteverdi realizar¨ªa sus m¨¢s fruct¨ªferas experimentaciones musicales. Fue publicado en Venecia en 1603 y escrito una d¨¦cada antes.
La elecci¨®n de ¨¦ste, entre los ocho libros de madrigales compuestos por el autor cremon¨¦s, parec¨ªa obedecer al deseo de la directora de Capilla Renacentista de dar a conocer el tr¨¢nsito de la creatividad monteverdiana desde la rigurosa polifon¨ªa propia del Renacimiento hasta una ins¨®lita y genial osad¨ªa arm¨®nica que, dada la modernidad de su audacia, ser¨ªa pedantemente criticada en su ¨¦poca por Giovani Mar¨ªa Artusi. Empero, fue en ese preciso momento creativo cuando comenz¨® a percibirse el alcance de la gesta del compositor italiano, rubricada ulteriormente por el ¨¦xito, en su tenaz pugna por encajar la palabra y la m¨²sica mediante una eficaz dramatizaci¨®n del fraseo, del contenido literario pues, que jerarquizaba no solo el g¨¦nero madrigalesco en s¨ª mismo sino que iniciaba una tendencia, ya irrefrenable, versada hacia la teatralizaci¨®n musical que culminar¨ªa en una innovaci¨®n gen¨¦rica expl¨ªcita en la oper¨ªstica pionera y pre-barroca de un Orfeo.
La hechura del concierto escurialense fue grata y amena, plenamente. La sinceridad de madrigales como Anima m¨ªa perdona o Ah dolente partita, todo un hito en la m¨²sica coral por su torrencial apasionamiento, contrastaba con la dulzura del Quel augelin que canta, pieza dedicada a los p¨¢jaros. Por misterio o coincidencia inexplicable, a partir de esa interpretaci¨®n varias decenas de golondrinas sobrevolaron alegremente el Patio de Carruajes del monasterio, emitiendo sus fin¨ªsimos chillidos durante la mayor parte del concierto. Uno de los componentes del elenco coral declamaba previamente el texto de cada madrigal, ora con afectaci¨®n ora con vivida pena, subrayando de tal manera la importancia del texto en las creaciones monteverdianas.
El pr¨®ximo domingo 15 de julio, el mismo escenario escurialense servir¨¢ de recept¨¢culo para escuchar El Mes¨ªas de Georg Frederick Haendel, que data de 1641 y a¨²na la m¨¢s depurada excelencia de la m¨²sica coral y orquestal al ser considerado como el oratorio m¨¢s sublime de la Historia de la M¨²sica y como troquel b¨ªblico, por antonomasia, de la cultura religiosa anglicana, tanto, que cuando era interpretado en Gran Breta?a, quienes lo escuchaban se ergu¨ªan de pie como resortes, por la emoci¨®n que su interpretaci¨®n a¨²n hoy desata. La entrada al concierto dominical vespertino, convocado a las 21.30, ser¨¢ asimismo gratuita hasta completar un aforo que puede llegar a abarcar m¨¢s de 600 localidades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.