Los chabolistas de Gl¨°ries se dividen en otros campamentos
Un vigilante controla que el solar no sea de nuevo ocupado
Un vigilante dentro de un barrac¨®n de obra y rodeado por los restos de lo que fuera uno de los campamentos m¨¢s grandes de chabolas en pleno centro de Barcelona, junto a la plaza de las Gl¨°ries, mantiene el solar libre de chabolistas y a punto para que en unas semanas se comiencen a construir bloques de viviendas. Las m¨¢s de sesenta personas que malviv¨ªan en el poblado se han repartido en otros asentamientos m¨¢s peque?os porque como suelen afirmar los responsables municipales: ¡°No se volatilizan¡±.
El pasado 24 de julio la Guardia Urbana acced¨ªa, junto con un grupo de operarios conduciendo peque?as excavadoras, al campamento cronificado en la manzana comprendida entre las calles Pamplona y ?lava y Bolivia y T¨¢nger del distrito de Sant Mart¨ª. Junto a los agentes, varios t¨¦cnicos del Centro de Urgencias y emergencias Sociales de Barcelona (CUESB) informaron a los chabolistas ¡ªse calcula que ¨²ltimamente viv¨ªan 60 entre ellos tres beb¨¦s y dos menores¡ª que el Consistorio les ofrec¨ªa la posibilidad de realojarlos en pensiones o albergues. Pocos aceptaron el ofrecimiento y mientras los agentes iban desalojando la zona se daban prisa en recoger, todo lo que pod¨ªan, para trasladarse a otros lugares.
Ayer hab¨ªa restos de mu?ecas, una ba?era de beb¨¦, platos rotos y una bombona de butano pero ni una de las chabolas en pie. Parec¨ªa un campo yermo en los que a fuerza de fijarse aparec¨ªan rastros, casi arqueol¨®gicos, de lo que fue la vida en ese lugar.
De hecho, la zona no es la primera vez que viv¨ªa un desalojo. En abril de 2016 la Guardia Urbana vaci¨® una antigua nave en la calle Pamplona donde llevaban ocho a?os viviendo 46 personas. Despu¨¦s su propietario la tir¨® al suelo y la convirti¨® en un solar. Precisamente el mismo espacio en que volvieron, tras el derribo, los chabolistas expulsados el pasado 24 de abril.
Viviendas inminentes
Ayer parec¨ªa que el solar, enfrente del Teatro Nacional y los Encantes, no volver¨¢ a convertirse en un campamento como el que ha venido asomando intermitentemente los ¨²ltimos a?os. Una inmobiliaria va a construir un edificio de viviendas y justo al lado, de hecho, donde estaban las antiguas naves destruidas en 2016, el Ayuntamiento construir¨¢ una zona verde.
Ayer a escasos metros de all¨ª, en la Diagonal, frente a la torre Agbar, decenas de personas curioseaban y compraban en uno de los denominados mercados de la miseria. Uno de los lugares donde chatarreros venden cualquier cosa procedente de un contenedor de basura que otra persona est¨¦ dispuesta a comprar. Entre ellos se encontraban varios de los antiguos inquilinos del antiguo campamento. ¡°Nos buscamos la vida¡±, explicaba una joven con una sonrisa forzada. Admite que tras el desalojo del campamento se trasladaron a otro solar de la ciudad situado en el distrito de Sant Mart¨ª. ¡°Nos ganamos la vida aqu¨ª¡±, dice se?alando el suelo del mercado de la miseria. Un mercado que va cambiando su ubicaci¨®n dependiendo de la presi¨®n policial pero que no abandona la zona de Gl¨°ries.
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