La contradicci¨®n de Taib
Reci¨¦n divorciado, expulsado de casa y con miedo a ser repudiado por gay, el asaltante de Cornell¨¤ intent¨® redimirse con un ataque suicida en nombre de Al¨¢
Luciana no se sobresalt¨® cuando el lunes, al despertar, comprob¨® que el hombre al que am¨® y con el que a¨²n conviv¨ªa ¡ªno iba a ser por mucho tiempo¡ª hab¨ªa salido de casa. Era probable, pens¨®, que Abdelouahab Taib se hubiese acercado a la mezquita de Cornell¨¤, un edificio solemne pero austero en un pol¨ªgono industrial a 10 minutos a pie. All¨ª iba a rezar, a veces, porque se sent¨ªa ¡°relajado¡±. No sol¨ªa acudir al rezo de primera hora, pero era una posibilidad. S¨ª le pareci¨® extra?o, en cambio, que al salir del piso, en uno de los bloques que la Siemens construy¨® para sus trabajadores unas cuantas d¨¦cadas atr¨¢s, cerrase la puerta con llave.
Cuando su hermana la llam¨® para explicarle que un argelino de 29 a?os hab¨ªa sido abatido por la polic¨ªa tras asaltar una comisar¨ªa de los Mossos, Luciana no lo dud¨®: Taib se hab¨ªa suicidado. El hombre atravesaba una crisis personal que no supo digerir. Dos meses antes le hab¨ªa confesado que hab¨ªa mantenido relaciones con hombres y que su condici¨®n homosexual le causaba, en tanto que musulm¨¢n, un gran desasosiego. Ella se hab¨ªa enojado y le hab¨ªa pedido el divorcio ¡ªque se formaliz¨® una semana antes del asalto violento a la comisar¨ªa¡ª y ¨¦l ten¨ªa que abandonar el piso en pr¨®ximos d¨ªas y afrontar sus contradicciones.
Las vidas de Luciana, una espa?ola separada con dos hijas a su cargo, y de Taib, m¨¢s joven que ella y que antes de conocerla no hab¨ªa salido de su pa¨ªs, se cruzaron hace dos a?os y medio. Luciana trab¨® amistad con una pareja argelina de los bloques de la Siemens que le habl¨® del chico. ¡°Se conocieron por Internet, se gustaron, y ¨¦l lleg¨® a Cornell¨¤ con una carta de invitaci¨®n. No ha estado en otros lugares de Espa?a¡±, explica un amigo de la pareja, quien subraya que Luciana ya se hab¨ªa interesado por el islam antes de conocerle. ¡°Quiz¨¢ enamorarse de Abdelouahab fue el ¨²ltimo paso para convertirse, pero ¨¦l no la obligaba a llevar velo, aunque le gustaba que lo hiciera¡±.
El fin de semana antes del ataque estuvo deprimido y no sali¨® de casa
Se casaron, lo que permiti¨® a Taib obtener un NIE espa?ol, confirm¨® la polic¨ªa. ?l se instal¨® en los bajos donde ella viv¨ªa de alquiler y donde los Grupos Especiales de Intervenci¨®n (GEI) de los Mossos accedieron a la fuerza el lunes tras desalojar a los vecinos. La irrupci¨®n policial dej¨® desperfectos en puertas y marcos que, ayer, intentaban resta?ar dos operarios. Luciana trabajaba en un restaurante, mientras que Taib consegu¨ªa empleos espor¨¢dicos. Ahora hab¨ªa logrado, mediante una ETT, trabajar en el log¨ªstico para una empresa de paqueter¨ªa.
La relaci¨®n transcurri¨® sin grandes altibajos, hasta que Taib recibi¨® un primer golpe hace un a?o. ¡°Muri¨® su mejor amigo y eso le afect¨® much¨ªsimo¡±, explica una persona que ha hablado con Luciana despu¨¦s del asalto a la comisar¨ªa. La crisis estall¨® cuando, hace dos meses, decidi¨® hablarle de su homosexualidad. ¡°Le confes¨® que hab¨ªa tenido relaciones con chicos, le pidi¨® perd¨®n y le dijo que quer¨ªa seguir con la relaci¨®n. Ella se enfad¨® al principio, le pidi¨® que aclarase sus ideas y le dijo que deb¨ªan separarse¡±, explican las mismas fuentes. En esa misma conversaci¨®n, expres¨® lo avergonzado que se sent¨ªa por lo ocurrido y el temor a que la noticia de su homosexualidad trascendiera. ¡°Era un secreto que llevaba muy mal. Luciana se enfad¨® por el hecho de que no se lo hubiera contado ni a su madre¡±.
Acordada la separaci¨®n, siguieron conviviendo y Luciana asegura que no detect¨® un aumento de la religiosidad en Taib. En la mezquita, de hecho, los habituales no parecen conocerlo. Ella s¨ª notaba mucho m¨¢s apagado que de costumbre a un tipo ¡°callado, observador y muy tranquilo¡± que ¡°sol¨ªa ir bien vestido, perfumado y perfectamente afeitado¡±. El abogado de la familia, David Mart¨ªnez, lo vio hace nueve d¨ªas, cuando formalizaron los papeles del divorcio. ¡°Llevaba la misma barba recortada que siempre y hablaba de todo con naturalidad¡±.
El agresor le confes¨® a su pareja que le avergonzaban sus relaciones con chicos
Lo que bull¨ªa en la cabeza de Taib no puede saberse. Ha trascendido el contenido de una carta, escrita en ¨¢rabe, que los Mossos hallaron entre el Cor¨¢n y otros libros en el piso y que contienen vagas alusiones y encomendaciones a Dios. Seg¨²n su entorno, esa carta no era una despedida para Luciana, que no habla ¨¢rabe, sino un homenaje a su amigo muerto un a?o atr¨¢s. De naturaleza melanc¨®lica, Taib, explica su entorno, sol¨ªa dormir con un gato y cuando no lo hac¨ªa se sent¨ªa mal. El fin de semana antes del asalto no sali¨® de casa, deprimido tambi¨¦n porque un amigo ¨ªntimo acababa de marcharse.
La familia argelina de Taib ¡ªsu hermana es abogada¡ª ha pedido su repatriaci¨®n y est¨¢ tramitando los papeles para presentar una denuncia contra los Mossos. Tanto ellos como Luciana creen que se suicid¨®, pese a que todas las fuentes de la investigaci¨®n coinciden en que actu¨® con clara intenci¨®n de matar a la agente de los Mossos. Para la fiscal¨ªa, una y otra cosa no resultan contradictorias, ya que su acci¨®n fue una suerte de ¡°redenci¨®n religiosa¡±, una forma de morir matando que le permitir¨ªa huir de sus problemas.
Temeroso de ser repudiado por su entorno por gay si la verdad sal¨ªa a la luz, y ante un futuro incierto ¡ªle aterraba la idea de regresar a Argelia y as¨ª se lo expres¨® a Luciana¡ª, Taib se sinti¨®, cree su entorno, en un callej¨®n sin salida. Sus contradicciones acabaron estallando de forma violenta en un ataque que, admiten los Mossos, no fue demasiado planificado y que ten¨ªa relativamente a mano: la comisar¨ªa dista apenas 150 metros de su casa.
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