Calor y malos olores en el Mercat del Llibre de Sant Antoni
Libreros y clientes se aclimatan a las nuevas paradas dispuestas en las cuatro calles que lo rodean
El techo de aluminio de las nuevas paradas del Mercat del Llibre dominical de Sant Antoni se ha convertido en una molestia para los libreros que, a finales de mayo, se trasladaron de la carpa provisional que ocuparon durante m¨¢s de siete a?os en la calle de Urgell. ¡°Tal vez de haber sido la estructura m¨¢s alta se hubiese evitado que se concentrara tanto el calor en los pasillos, pero lo cierto es que ni las aberturas de los toldos laterales ayudan a refrescar y cuando calienta el sol el techo es que abrasa¡±, se queja uno de los libreros. Adem¨¢s de esa molestia, los que est¨¢n en la calle de Tamarit, cerca de las rampas del aparcamiento, suman un problema m¨¢s: los malos olores que suben de abajo, donde est¨¢n las c¨¢maras frigor¨ªficas.
Los primeros cien d¨ªas despu¨¦s de la vuelta al mercado de Sant Antoni han servido a libreros y compradores para chequear el funcionamiento de las nuevas paradas. ¡°Que se concentra mucho el calor lo hemos comprobado todos. Pero lo que m¨¢s nos preocupa son los malos olores que salen del aparcamiento y que tambi¨¦n lo notan los paradistas que tienen el puesto dentro del mercado, en las esquinas¡±, explica Fuensanta Garc¨ªa, la nueva presidenta del Mercat desde junio. Esas son algunas de las cuestiones que piensa plantear a los responsables municipales de Mercats del consistorio en el pr¨®ximo encuentro. Desde el primer domingo, el 31 de mayo, ya han ido introduciendo algunas modificaciones al detectar fallos: ¡°los toldos de los extremos de las marquesinas se colocaron despu¨¦s cuando nos dimos cuenta de que la lluvia mojaba mesas y libros, sobre todo si hab¨ªa rachas de viento¡±. Tambi¨¦n se detectaron goteras en puntos de la estructura del techo: ¡°ya veremos qu¨¦ pasa el d¨ªa que caiga una tromba fuerte¡±, se pregunta la presidenta.
Compradores y visitantes parecen ya acostumbrados a que los paradistas est¨¦n en tramos discontinuos en las calles de Urgell, Tamarit, Borrell y Manso. ¡°Se hace un poco extra?o porque siempre hemos estado juntos. Tambi¨¦n en la carpa provisional. La expresi¨®n de dar una vuelta al mercado era literal porque todos est¨¢bamos alrededor de la estructura del antiguo mercado¡±, subraya Carlos, ex paradista de Sant Antoni de visita con la familia. Los primeros domingos la nueva disposici¨®n caus¨® extra?eza: ¡°preguntaban si solo nos hab¨ªamos trasladado los que ve¨ªan en uno de los tramos¡±, apunta Garc¨ªa.
Poco turismo extranjero entre los puestos
No se ven muchos turistas extranjeros entre las paradas de libros y eso que el barrio de Sant Antoni es uno de los que no suele fallar en el top ten de las visitas a Barcelona. Se podr¨ªa concluir que una cosa son los restaurantes, las tiendas y los bares y otra, distinta, los libros. "S¨ª que se asoman pero no suelen ser compradores, lo que es bastante normal sino entienden bien el castellano o el catal¨¢n. Salvo los japoneses que buscan pergaminos y libros viejos", cuentan en la parada de Inmaculada Reg¨¤s donde se puede ojear desde una primera edici¨®n del libro Contrallums, de V¨ªctor Catal¨¤, con dedicatoria de pu?o y letra; un ejemplar de La torre de Babel de Josep Maria Subirachs, dedicado por el autor al historiador, editor y pol¨ªtico Max Canher; o una edici¨®n de 1937 de uno de los primeros libros de Joan Vinyoli. Pero que no haya turistas tampoco les preocupa mucho. Otra librera, Anna Figueres, lo tiene clar¨ªsimo: "Nuestros clientes son otros. Casi mejor que no vengan turistas porque acabar¨ªan provocando cambios en la oferta, como ha pasado en otros sitios de Barcelona".
Superada la novedad, ayer, un domingo de agosto, las paradas de libros estaban bastante animadas aunque los libreros subrayan que las ventas fueron muy buenas los domingos de junio y que a partir de julio bajaron: ¡°claro que estamos en pleno agosto, tendremos que dejar pasar unos meses m¨¢s para tener una idea m¨¢s ajustada¡±, comentaban desde el puesto de Inmaculada Reg¨¤s. Este, como la mayor¨ªa de los que han vuelto a la vera de las paredes de Sant Antoni, ha regresado al emplazamiento que ten¨ªa hace ocho a?os. Una reubicaci¨®n que se ha intentado respetar al m¨¢ximo ¡ªlos que est¨¢n en las paradas del interior del mercado lo pidieron voluntariamente¡ª y que se ha podido realizar porque hay menos vendedores. De los cerca de 180 que rodeaban el mercado antes de su cierre a las carpas provisionales fueron unos 90 ya que el resto o se jubil¨® o ces¨® en la actividad?. ¡°Y de los 90 hemos regresado 76. El ayuntamiento compr¨® las paradas que ocupaban las esquinas porque quer¨ªan mantener esos espacios libres¡±, dice la presidenta de los libreros que no oculta cierta cr¨ªtica a c¨®mo se realiz¨® el proceso de reubicaci¨®n. Tambi¨¦n reconocen mejoras: poder descargar los libros a pie de puesto por la ma?ana si van con coches, que las marquesinas ofrecen un aspecto m¨¢s ordenado ¡ªeso salta a la vista¡ª y poder disponer de unos aseos en condiciones.
Lo que no ha variado es la clientela, gente a la que le gusta curiosear entre los libros en busca de alguna rareza o lectura a precios m¨¢s econ¨®micos. O los que van a la caza de videojuegos, camisetas, vinilos, calendarios, revistas de todas las ¨¦pocas, ¨¢lbumes de cromos, carteles, postales..... La mayor¨ªa son aut¨®ctonos a los que se suman visitantes del resto de Espa?a de vacaciones: ¡°este mes s¨ª que han venido madrile?os, andaluces y gallegos que est¨¢n de visita en Barcelona, se acercan a ver el nuevo mercado y los libros¡±, comenta la presidenta del Mercat.
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