El poder¨ªo del cromosoma XY
El ¨ªdolo colombiano refrenda ante 15.000 almas su condici¨®n de artista tan controvertido como imparable
Maluma no es Juan Luis Londo?o, sino Juan Luis y su circunstancia. Evalu¨¢bamos anoche en el WiZink Center no ya al m¨¢s en¨¦rgico nuevo motor latino de la m¨²sica de baile, sino al seductor m¨²ltiple y transfronterizo, al gal¨¢n de pose pol¨ªgama que precisa de cama grande para que le quepan sus conquistas arracimadas, al morenazo que segrega tanta testosterona que no sabemos si tomarle por machista o garante de la pervivencia del g¨¦nero humano. A sus a¨²n biso?os 24 a?itos, Londo?o demostr¨® anoche ser tan artista como personaje. Y provocar recelos o suspiros supone un indudable triunfo precoz, puesto que hoy solo la indiferencia consta en los diccionarios neoseculares como sin¨®nimo del fracaso.
Anda tan seguro Maluma de sus posibilidades que le ha puesto de t¨ªtulo ¡®F.A.M.E.¡¯ a su esperad¨ªsimo nuevo disco, acr¨®nimo algo forzado de ¡°fe, alma, m¨²sica, esencia¡±; los ingredientes b¨¢sicos, se supone, en su raz¨®n de ser. La esencia es el poder¨ªo del cromosoma XY: ¨¦l solo, prieto y repeinado, se basta con las gafas oscuras y un traje ¨¢ureo para deslumbrar a las ocho rotundas y curvil¨ªneas tigresas que integran su cuerpo de baile. No es noche de paridades, sino de aclamaciones: las 15.000 almas que abarrotan el recinto y se involucran en el perreo t¨®rrido triplican a la audiencia que en octubre de 2016 asisti¨® al debut madrile?o de este machote de Medell¨ªn. El fen¨®meno provocar¨¢ satisfacci¨®n o reparos, pero atestig¨¹emos que la progresi¨®n ascendente del reguetonero es geom¨¦trica.
A la altura de ¡®Mala m¨ªa¡¯ -media hora de velada-, Maluma se ha despojado de lentes y botones superiores de la camisa para que atisbemos el pectoral tatuado. No se conforma el colombiano con que le asignemos la etiqueta #melofo, sino que ejerce de emperador plenipotenciario. Que le coloca una corona a la M de su logotipo y utiliza a las bailarinas como ojeadoras para elegirle a una bella espectadora for¨¢nea, Diana, sobre cuyas piernas cantar¨¢ ¡®El perdedor¡¯. ¡°Tengo novia, no importa¡±, aduce en referencia a Natalia Barulich, que en los proleg¨®menos hab¨ªa ejercido de DJ como la mitad del t¨¢ndem NataliaAndEsther.
El ¡®affaire¡¯ con Diana acaba en piquito. Y en el grader¨ªo, referentes de la vida social como Bel¨¦n Esteban, Pelayo D¨ªaz, los futbolistas Koke, Oblak o Diego Costa y dem¨¢s pr¨ªncipes y princesas del pueblo. Maluma puede contar con vozarr¨®n notable ¡®Marinero¡¯ mientras sobrevuela la pista sobre una gr¨²a. Pero el debate no es tanto musical como conceptual. Maluma es un signo de los tiempos, un ¨ªdolo para el barro virtual de Instagram. Y seguir¨¢ arrasando.
Entrevista a Maluma: "En una disco es f¨¢cil ver a dos hombres junto a 15 mujeres"
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