Armas para evitar la invasi¨®n tur¨ªstica
El Ejecutivo planea cambiar la ley para que la unanimidad no sea obligatoria para vetar pisos tur¨ªsticos en un bloque
Una sola persona puede destruir la estrategia conjunta de todo un vecindario en contra de los pisos tur¨ªsticos. Pasa a diario. Se convoca a los propietarios a una reuni¨®n. El orden del d¨ªa de la cita recoge una votaci¨®n para decidir si se veta o no la presencia de pisos tur¨ªsticos en el edificio. Y con que un solo vecino apoye su instalaci¨®n, salta por los aires el consenso del resto: la ley de la propiedad horizontal exige unanimidad para vetar este tipo de usos, lo que permite que un solo individuo secuestre la voluntad de la mayor¨ªa. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez se ha comprometido a modificar la norma para fortalecer los consensos vecinales.
¡°Yo compr¨¦ mi casa hace 30 a?os¡±, recuerda con un punto de nostalgia Saturnino Vera, portavoz de la asociaci¨®n vecinal Cavas (La Latina). ¡°Levantamos y rehabilitamos el barrio. Dedic¨¢bamos uno de nuestros dos sueldos a pagar la hipoteca e ir arreglando poco a poco el edificio: la electricidad, el patio, la cubierta... de una casa de 1860, que estaba en un estado bastante ruinoso¡±, describe. ¡°Ahora todo est¨¢ rehabilitado, tambi¨¦n la fachada. Ocurre en todo el barrio. Y no ha sido porque vengan los turistas¡±, argumenta, recordando que un solo voto impidi¨® que se vetaran los pisos tur¨ªsticos en su bloque. ¡°Ahora, cuando est¨¢ todo arreglado, vienen y cogen los pisos a mansalva¡±, protesta.
¡°Yo vivo en el barrio de Chueca, y en los estatutos tenemos una condici¨®n de partida, que se pueden poner en el edificio despachos u oficinas, pero que para cualquier otro cambio de uso hay que tener la aprobaci¨®n de la comunidad¡±, repasa Paco Pardinas, que vive en un edificio de 1.900 y colabora en la asociaci¨®n vecinal. ¡°Hace tres a?os, un propietario decidi¨® empezar con los pisos tur¨ªsticos, no pidi¨® autorizaci¨®n, y empez¨® a ejercer la actividad. Convocamos la junta de propietarios, el resto de propietarios votaron en contra de la autorizaci¨®n, y a pesar de todo ¨¦l sigui¨® ejerciendo la actividad y adem¨¢s nos demand¨®¡±, a?ade. ¡°El primer juicio lo ha ganado la comunidad, pero ellos han recurrido. Y ahora el proceso puede durar a?os¡±, contin¨²a. Y lamenta: ¡°Mientras tanto, ya hay un segundo piso tur¨ªstico¡±.
Para evitar que ese tipo de problemas se enquiste, el Gobierno planea una modificaci¨®n de la ley de propiedad horizontal, rebajando la exigencia de unanimidad a que se logre una mayor¨ªa de tres quintos en contra de permitir la actividad en el bloque. As¨ª lo anunci¨® esta semana la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, que dijo contar con la complicidad de todas las Comunidades Aut¨®nomas.
Pulso institucional
¡°Es un tema que hay que abordar, pero sorprende que no hayan recabado antes informes jur¨ªdicos¡±, matizan desde el Gobierno de la Comunidad de Marid, que prepara un decreto para intentar regular las viviendas tur¨ªsticas en la regi¨®n.
El texto regional prev¨¦ un aumento de los inspectores, y plantea limitar ese tipo de apartamentos a un m¨¢ximo del 75% de la totalidad de los existentes de un inmueble ¡ªque ser¨ªa el 50% en aquellos edificios con un ¨²nico propietario¡ª.
Ese decreto establecer¨¢ un marco para toda la regi¨®n, sin impedir que cada Ayuntamiento establezca medidas a¨²n m¨¢s restrictivas. De hecho, el de la capital ha presentado alegaciones frente a la propuesta de la Comunidad de permitir el alquiler de habitaciones para uso tur¨ªstico, el ratio de ocupaci¨®n (persona por metro cuadrado) y el de viviendas de uso tur¨ªstico con respecto al n¨²mero de total de viviendas de un bloque.
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