1.401 octos¨ªlabos, en ¡®Lletra d¡¯Or¡¯

Nada como una caminata hacia una ermita como una forma de encontrar el equilibrio espiritual. Eso es lo que propone de alg¨²n modo el escritor Jordi Llavina en su ¨²ltimo poemario, Ermita, paseo hasta el oratorio de Sant Pere de Puig, en la Selva del Camp, territorio de la infancia tarraconense del autor. El viaje f¨ªsico le permiti¨® plantearse una serie de ¡°consideraciones l¨ªricas y morales¡± que tradujo formalmente en los 1.401 octos¨ªlabos que public¨® el a?o pasado. En un curioso gui?o, los griegos representaban el equilibrio con la letra Phi, precisamente la que, forjada hace tres generaciones por la dinast¨ªa de joyeros catalanes Capdevila, simboliza el pin con el que se reconoce el premio Lletra d¡¯Or al mejor libro publicado en catal¨¢n el a?o anterior, distinci¨®n que ha recibido hoy el autor.

El galard¨®n cumpli¨® su particular ritual: a falta de dotaci¨®n econ¨®mica, la editorial (en esta ocasi¨®n, Meteora) agasaj¨®, como mandan los c¨¢nones no escritos del premio, con una amical cena a Llavina (Gelida, 1968) y a los nueve miembros del jurado, que, como acordaron sus fundadores en 1956 (con Josep Maria Castellet, Antoni Comas y Maria Aur¨¨lia Capmany, entre otros ilustres), deben abandonarlo justo cuando cumplen los 50 a?os. ?ste es el caso, en la presente edici¨®n, del editor y director de la revista digital N¨²vol, Bernat Puigtobella. El jurado lo completan Salvador Macip, Ada Castells, Sebasti¨¤ Alzamora, N¨²ria Cadenes, David Plana, Heura Mar?al, Llucia Ramis y S¨ªlvia Bel.

Mantiene el autor que en Ermita el tema principal del libro es ¡°el paso del tiempo¡±, aunque cualquier pretexto de lo que va encontrando al hacer camino al ascender le da pie a una reflexi¨®n. ¡°Defiendo que el poema es un poema de la esperanza¡±, aclara Llavina, que si bien tambi¨¦n deja constancia de que no es creyente, los versos permiten entrever su posici¨®n sobre lo trascendente y lo sagrado.

Terminado en una primera fase en 2016 y dejado en barbecho, Ermita tiene una m¨¦trica estricta, algo no demasiado usual en un autor que, si bien suele ser respetuoso con lo formal, su obra po¨¦tica se caracteriza, precisamente, por ser bastante narrativa. En realidad, as¨ª lo refleja su dilatada bibliograf¨ªa, donde alternan la prosa y el verso. En ambos casos, sin embargo, reconocida con notables galardones, nueve incluido este ¨²ltimo, y entre los que destacan el Josep Pla por la novela Nitrato de Chile (2001), el Serra d¡¯Or (2008) por Diari d¡¯un setembrista y el Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s (2011) por Entrada de fosc, ambos de poes¨ªa, y el m¨¢s reciente de la Cr¨ªtica catalana (2013) por el? poemario Vetlla. El Lletra d¡¯Or, sin embargo, Llavina no lo podr¨¢ volver a ganar porque sus famosas bases no escritas impiden que un autor pueda repetir. Pero su nombre ya estar¨¢ asociado a los de Espriu, Carner, Arderiu, Oliver, Gabriel Ferrater que, s¨®lo por citar a poetas y a unos pocos, lo tienen. En el prestigio est¨¢ el premio.