El Macba expone sus obras maestras
El centro expone, de forma permanente, 194 de las m¨¢s de 5.200 obras de su colecci¨®n para convertirse en museo de referencia del arte contempor¨¢neo
A lo largo de sus casi 23 a?os, el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba), ha realizado 33 exposiciones en la que ha presentado, de forma parcial y temporal, su enorme colecci¨®n de arte contempor¨¢neo formada por 5.248 obras. Desde este jueves, el museo del Raval muestra las obras maestras de estas piezas adquiridas a lo largo de todos estos a?os, sobre todo por la Fundaci¨®n Macba, el organismo que ha nutrido de 2.700 obras al museo. Las ¨²ltimas 37, de 18 artistas, desde 2016.
Se trata de la exposici¨®n Un siglo breve: colecci¨®n Macba ¡ªexpresi¨®n que propuso el brit¨¢nico Eric Hobsbawm por la velocidad de los cambios y su intensidad entre 1914 y 1991¡ª que repasa todo el siglo XX y comienzos del siglo XXI colocando las obras en orden cronol¨®gico, por d¨¦cadas, desde 1929 hasta la actualidad, con la idea de convertir el museo en un centro de referencia del arte contempor¨¢neo.
¡°La nueva presentaci¨®n de la colecci¨®n servir¨¢ para pasar del Macba hace al Macba es¡±, seg¨²n explica su director Ferran Barenblit, que ha conseguido con ella uno de los objetivos que se marc¨® tras ser nombrado en 2015. El problema es que el edificio Meier cuenta con 4.000 metros cuadrados de los que no todos son para exposiciones y de ah¨ª la reivindicaci¨®n de crecimiento de los responsables del museo que pasa, seg¨²n el Plan Estrat¨¦gico aprobado hace un a?o, por crecer en la Capella de la Miseric¨°rdia. La necesaria selecci¨®n de esta presentaci¨®n que se ha visto reducida a solo 194 obras y 165 documentos, algo que pone en valor el tambi¨¦n importante centro de documentaci¨®n con que cuenta el museo desde 2007.
Las piezas ocupan toda la primera planta del edificio de la Pla?a dels ?ngels y se exponen con un gran sentido did¨¢ctico. ¡°Cada ¨¢mbito es una microexposici¨®n, una estructura que se mantendr¨¢ en el tiempo aunque se renovar¨¢n las obras. La idea es que no sean presentaciones pl¨¢cidas y esperables y que generen una reacci¨®n emocional al visitante¡±, insiste Barenblit, que se ha fijado la meta de que su museo ¡°llegue a nuevos p¨²blicos y sea m¨¢s accesible¡±. En 2017 visitaron el centro 258.202 personas, un 20% menos que el a?o anterior y 43% menos que hace 10 a?os.
Nunca expuestas
Seg¨²n la conservadora y jefa de la colecci¨®n del Macba, Ant¨°nia Maria Perell¨®, en la nueva presentaci¨®n pueden verse nueve nuevas adquisiciones, como las serigraf¨ªas de Anni Albers de su etapa de la Bauhaus o los carteles de la guerra civil; obras de la colecci¨®n que no se hab¨ªa podido mostrar nunca, como las tres impresionantes pinturas de Basquiat, los preciosistas cuadros ricamente enmarcados de George Condo, la media docena de dibujos de Manolo Quejido de los a?os setenta y las serigraf¨ªas pol¨ªticas de Werker Collective.
Tambi¨¦n se incluyen piezas, que pese a las 33 presentaciones anteriores, no se hab¨ªan visto casi nunca. Entre ellas la impresionante pieza de Christian Boltanski, La R¨¦serve des Suisses Morts, de 1991; un muro laber¨ªntico creado con m¨¢s de 2.300 cajas de metal en la que aparece la fotograf¨ªa de una persona muerta, que ser¨ªa dif¨ªcil de atravesar si los fallecidos fueran espa?oles. No se hab¨ªa podido ver desde 1999, seg¨²n Perell¨®.
El recorrido arranca con la Exposici¨®n Internacional de Barcelona de 1929 con im¨¢genes del pabell¨®n dise?ado por Mies van der Rohe y Lilly Reich; el grupo GATCPAC fundado por Josep Llu¨ªs Sert y por obras de Joaqu¨ªn Torres-Garc¨ªa, Alexander Calder, Joan Mir¨® (magn¨ªficos yesos) o Brassa?, entre otros. Sigue la guerra civil, de tiros y de im¨¢genes, como el espl¨¦ndido cartel de Pere Catal¨¤ Pic pisando una gamada, y la posguerra; las protestas y el contexto pol¨ªtico de mayo de 1968 y 1975, con la muerte de Franco ¡°dos de las fechas significativas que aparecen reflejadas en las piezas de la colecci¨®n¡±, seg¨²n Tania Barson, conservadora jefe del museo. Un momento en el que los artistas empezaron a experimentar con nuevos lenguajes visuales para abordar temas pol¨ªticos candentes o reclamar libertad.
A finales de los sesenta la ciudad y sus conflictos, como la especulaci¨®n y la gentrificaci¨®n, pasan a ser tema art¨ªstico de inter¨¦s, como delatan las obras de Matta-Clark. El feminismo radical, con la cosificaci¨®n, los estereotipos y los roles subalternos est¨¢n presentes en el arte que de finales de los setenta, como puede verse en las piezas de Eul¨¤lia Grau, Eug¨¨nia Balcells, Marta Rosler y el colectivo Guerrilla Girls. Y el grafiti, el c¨®mic, los carteles y lo videoclips que cortocircuitaron la cultura establecida para siempre en los noventa, momento en el que los artistas comenzaron tambi¨¦n a trabajar con escenograf¨ªas e instalaciones a gran escala. Como la de Juan Mu?oz, The Nature of Visual Illusion, que vuelve a las salas del Macba.
El recorrido termina con las cr¨ªticas del arte a las relaciones econ¨®micas surgidas del neoliberalismo y la globalizaci¨®n y sus desigualdades. Nada como el drama de la migraci¨®n, un tema que abordan artistas como Allan Sekula y Carlos Aires, que ha creado Mar Negro, un enorme mosaico de ocho por cuatro creado a partir de madera reciclada de barcos ilegales provenientes de ?frica encontradas en las costas de C¨¢diz. Tan bello como tr¨¢gico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.