Acusados en el juicio contra la Orden de los Miguelianos defienden a su l¨ªder
Niegan los abusos sexuales por parte del fundador y la pr¨¢ctica de exorcismos dentro de la ¡°casa madre¡±
Dos de los acusados en el juicio por asociaci¨®n il¨ªcita que pertenecieron a la Orden de los Miguelianos han defendido al que fuera su fundador, Miguel Rosendo, negando ante el tribunal las acusaciones de supuestos abusos sexuales y de integridad moral que formularon contra ¨¦l varias v¨ªctimas durante el proceso. La consagrada, Iria Qui?ones, ha rebatido la declaraci¨®n de la que fuera fiscal de la Orden que acus¨® al l¨ªder de abusos sexuales, org¨ªas y de practicar exorcismos y sesiones de espiritismo dentro de la llamada ¡°casa madre¡± de Oia, Pontevedra. "La facultad sobrenatural que ten¨ªa era que rezaba¡±, ha contestado la acusada a preguntas del fiscal.
"Yo ten¨ªa la confianza de estar haciendo algo de Dios y Miguel me aportaba una forma de vivir la fe que a m¨ª me llenaba, que me hac¨ªa feliz", ha asegurado la exmonja. ¡°Con el tiempo empec¨¦ a verlo como alguien especial, y no hay nada en este hombre que me hiciera pensar en que hac¨ªa algo malo¡±, refiri¨¦ndose a los abusos. Iria Qui?ones ha recriminado que la Iglesia les llamase falsas monjas cuando el obispo de Tui-Vigo hab¨ªa amparado la Orden.
Su declaraci¨®n se ha centrado en refutar el testimonio de Dolores Espi?eira, que pas¨® de estar acusada por la fiscal¨ªa a ser testigo de cargo contra Rosendo y v¨ªctima de presuntos abusos. ¡°Las acusaciones de esta mujer no tienen explicaci¨®n racional¡±, ha zanjado Qui?ones, y cree que cambi¨® su declaraci¨®n inicial por la que su marido, tesorero de la Orden, acabase en la c¨¢rcel por posibles irregularidades en la contabilidad.
Ha admitido, sin embargo, que Miguel Rosendo llam¨® "maric¨®n" a miembros de la asociaci¨®n pero ha negado con rotundidad que emplease el t¨¦rmino ¡°puta¡± hacia ellas. "En alguna ocasi¨®n s¨ª lo escuch¨¦ [llamar "maric¨®n"], pero no lo hizo con una connotaci¨®n sexual, sino como una expresi¨®n hacia una persona indecisa que no toma decisiones; el t¨¦rmino puta, en cambio, nunca lo escuch¨¦¡±, ha declarado.
Tambi¨¦n ha reconocido que en una ocasi¨®n Rosendo lleg¨® a encerrar a una consagrada en la biblioteca, pero ha explicado que ¡°fueron cinco minutos, un d¨ªa que esta persona que tomaba pastillas y se escapaba con frecuencia ten¨ªa un brote y hab¨ªa que dejarla sola¡±. ¡°Ten¨ªamos una convivencia estrecha y aunque a veces hab¨ªa discusiones, nunca viv¨ª broncas fuera de lo normal ni percib¨ª nada que me hiciese sentir subyugada¡±, ha explicado Iria Qui?ones.
Sobre las reliquias de pelo, u?as y muestras de sangre de Miguel Rosendo que este obligaba a recoger a sus congregados, Qui?ones ha restado importancia a este hecho pero ha reconocido que "hab¨ªa gente que lo hac¨ªa aunque yo no ten¨ªa ese inter¨¦s¡±. La acusada ha insistido en que dentro de la Orden todo se hac¨ªa bajo la supervisi¨®n de la Iglesia.
Otro acusado y miembro de la extinta Orden y Mandato de San Miguel Arc¨¢ngel, Jos¨¦ Carlos A., tambi¨¦n ha defendido la figura y el comportamiento de Miguel Rosendo para denunciar una persecuci¨®n contra ¨¦l por parte del sacerdote y supervisor de la Iglesia, Isaac de Vega, y los padres de algunos consagrados. ¡°Ellos han sido los instigadores de todo esto¡±, ha declarado. "Me siento enga?ado por el entorno que me rodeaba pero no por parte de Miguel", ha dicho el acusado ante el tribunal. ¡°En la Orden solo trabajaban por amor a Dios y nunca vi a nadie all¨ª dentro con cara de sufrimiento o dolor¡±.
Jos¨¦ Carlos A. ha negado que conociera supuestos abusos sexuales por parte de Rosendo, al que constantemente le dedic¨® palabras de admiraci¨®n y agradecimiento. "Era una familia de lo m¨¢s normal, sencilla y humilde, y me lo entreg¨® todo como a un hijo m¨¢s", ha a?adido.
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