Simancas: ¡°Yo puedo mirar a mis hijos a los ojos; no s¨¦ si los protagonistas del ¡®Tamayazo¡¯ podr¨¢n¡±
Quince a?os despu¨¦s, el pol¨ªtico del PSOE estrena libro sobre la traici¨®n que le impidi¨® gobernar Madrid
El hijo de Rafael Simancas no entiende nada. Juega al f¨²tbol. Se ha educado en los valores del deporte. Y le lanza a su padre una pregunta afilada por su inocencia de ni?o: "Si son de tu equipo, ?por qu¨¦ meten los goles en tu porter¨ªa?". Es 2003, y el l¨ªder del PSOE acaba de perder la presidencia de la Comunidad porque dos de sus compa?eros de partido, Eduardo Tamayo y Mar¨ªa Teresa S¨¢ez, le han traicionado. Quince a?os despu¨¦s, Simancas recuerda c¨®mo le clavaron ese pu?al en la espalda en el libro Alegato contra la resignaci¨®n: 2003-2018. Quince a?os de la pol¨ªtica madrile?a que explican el tamayazo, que presenta este lunes. Dice que no ha dejado que el rencor envenene su vida. Y sus ojos relampaguean mientras intenta describir lo que sinti¨® aquellos d¨ªas. "Mucha verg¨¹enza", cuenta. "Dolor y verg¨¹enza", a?ade. Y calla.
Sent¨ª verg¨¹enza¡±, cuenta Simancas, que ha escrito un libro sobre el caso
As¨ª empieza todo. Tres j¨®venes universitarios levantan la mano en una clase de teor¨ªa pol¨ªtica centrada en el sistema espa?ol. Reconocen que no saben qu¨¦ es el Tamayazo. Que desconocen que una pareja de diputados hizo a?icos la lealtad debida a sus votantes para impedir la investidura de un presidente de su propio partido. Y conceden que en su memoria no ocupa lugar alguno aquella noticia, una bomba que cop¨® portadas y telediarios mientras se desmadejaban los detalles de una trama propia de un thriller. Su profesor les mira preocupado. Se llama Rafael Simancas y decide coordinar un libro para explicar cu¨¢ntas cosas cambiaron en Madrid como resultado de que el PP acabara gobernando en lugar del PSOE.
"No somos masoquistas. Aquello no es un episodio agradable de recordar. Lo rememoramos para que no se vuelva a repetir¡±, dice.
Este es el inicio del golpe que cambia la historia de la Comunidad de Madrid. 10 de junio de 2003. Asamblea regional. Manuel Cobo, consejero de la presidencia en funciones, se acerca a Simancas, que est¨¢ sentado en la tribuna. Es el hombre del momento. Un joven socialista de 36 a?os que puede recuperar la Comunidad para el PSOE tras dos legislaturas de gobiernos populares. El hombre que ha prometido cambiar a la direcci¨®n de Caja Madrid, poner coto a las constructoras y apostar por la vivienda p¨²blica. Uno que lleva d¨ªas negociando al filo de la navaja un pacto de gobierno con Fausto Fern¨¢ndez, el l¨ªder de Izquierda Unida. Los dos pol¨ªticos saben que no les sobra ni un voto para alcanzar el poder. Que est¨¢n ante una oportunidad ¨²nica para cambiar Madrid. Y conf¨ªan en que la buena disposici¨®n de las dos partes quede reflejada en esta jornada, cuando se vota la constituci¨®n de la mesa de la C¨¢mara y que un socialista presida la Asamblea. En consonancia con todo lo que hay en juego, Cobo mira a Simancas con gesto grave, y habla con la desaz¨®n propia de quien da un p¨¦same:
¡ªEste y yo no tenemos nada que ver en esto, dice, en referencia a s¨ª mismo y a Alberto Ruiz-Gallard¨®n, el presidente saliente.
¡ª?No ten¨¦is nada que ver en qu¨¦?, contesta Simancas.
Jam¨¢s volv¨ª a hablar con esos personajes corruptos¡±, dice sobre Tamayo y S¨¢ez
Faltan dos diputados del PSOE. Los n¨²meros ya no cuadran. Cuando observa los dos esca?os vac¨ªos, el aspirante a presidente piensa que las ausencias se deben a un mero retraso. "Estar¨¢n en el ba?o", se dice. "O en la cafeter¨ªa".
Sin embargo, hace ya mucho tiempo que Tamayo y S¨¢ez ni est¨¢n en la Asamblea. Escoltados por un guardaespaldas, se han recluido en la suite de lujo de un hotel madrile?o. All¨ª reciben a los periodistas. Explican que se oponen a una alianza "con los comunistas" de IU. El golpe se ha consumado. Todo lo que ocurre despu¨¦s ¡ªcarreras por los pasillos, lamentos, discusiones, una comisi¨®n de investigaci¨®n para desentra?ar los intereses que se ocultan tras las ausencias, la votaci¨®n de investidura¡ª es accesorio. Lo fundamental ya ha ocurrido.
El PSOE e Izquierda Unida ya no suman los votos suficientes para formar gobierno. Tras meses de idas y venidas, de investigaciones y acusaciones, hay que convocar elecciones de nuevo. Esperanza Aguirre vuelve a ganar, esta vez con mayor¨ªa absoluta. Una victoria que cimenta 23 a?os ininterrumpidos de gobiernos del PP en la Comunidad de Madrid. Dos decenios de bonanza econ¨®mica, pol¨¦micas por la gesti¨®n de lo p¨²blico y corrupci¨®n. Mucha corrupci¨®n. Son los a?os de la P¨²nica, la G¨¹rtel y la Lezo.
Esperanza Aguirre
?C¨®mo ha vivido Aguirre todos estos a?os de acusaciones e insinuaciones de que el PP estuvo detr¨¢s de las ausencias de Tamayo y S¨¢ez?
"Los he vivido diciendo que las acusaciones en un estado de derecho las tiene que demostrar el que acusa. Que la carga de la prueba es de quien acusa. Y estos se?ores no han podido demostrar jam¨¢s nada", contesta la expresidenta de la Comunidad. "He vivido con gran satisfacci¨®n haber construido 12 hospitales nuevos, implantar el biling¨¹ismo y hacer 100 kil¨®metros de metro. Fue un gobierno, por lo menos por mi parte, en lo que lo ¨²nico seguro es que yo no me enriquec¨ª", a?ade. "En este libro de propaganda electoral, vienen a decir que fue un golpe de estado. ?Qu¨¦ golpe de estado? No ganaron las elecciones. No se presentaron con los comunistas [por IU]. Durante la campa?a no dijo que iban a unirse con los comunistas. Y las coaliciones de perdedores no son m¨¢s leg¨ªtimas que el gobierno del ganador", argumenta. "En la Federaci¨®n socialista madrile?a se mascaba el odio y algo se sab¨ªa [antes de las ausencias], desde luego que s¨ª. O sea, guerras internas. La prueba es que han pasado 15 a?os y ni a Tamayo in a S¨¢ez les han descubierto [un incremento de] patrimonio", prosigue. Y remata: "Lo normal hubiera sido que SImancas hubiera cogido a estos dos y les hubiera dicho: ?qu¨¦ es lo que pasa??qu¨¦ es lo que quer¨¦is? Porque lo que quer¨ªan era darle un susto a Simancas"
Si son de tu equipo, ?por qu¨¦ te meten los goles?¡±, le pregunt¨® su hijo
"Jam¨¢s he vuelto a hablar con esos dos personajes corruptos", responde Simancas sobre la posibilidad de haber negociado el voto de los dos diputados del PSOE, que acabaron expulsados de la pol¨ªtica por los electores, que les dejaron sin esca?o en la repetici¨®n electoral. "Un gobierno decente, que quer¨ªa frenar la especulaci¨®n urban¨ªstica, que quer¨ªa frenar el saqueo de lo p¨²blico, ten¨ªa enemigos", opina. "[Del cambio de gobierno] se beneficiaron fundamentalmente los promotores, los tenedores de suelo en las grandes operaciones urban¨ªsticas, que proporcionaron grand¨ªsimos beneficios a unos pocos, pero que generaron grav¨ªsimos problemas al conjunto de la sociedad madrile?a", sigue. "Unos pocos quer¨ªan obtener un beneficio brutal a costa del bienestar de la mayor¨ªa. Yo hab¨ªa prometido acabar con eso", recuerda. Y remata: "Algunos me dicen ahora sobre mis propuestas: qu¨¦ ingenuo, no ten¨ªas que haberlo dicho y s¨ª haberlo hecho".
La noche de aquel 10 de junio, Simancas conduce hasta su casa desde la Asamblea. Cuando cierra la puerta de su hogar, le esperan su mujer, Mar¨ªa Jos¨¦, y su hijo, el ni?o que sue?a con ser futbolista, ese que a¨²n se pasea por la calle agarrado de la mano de su padre. No necesitan hablar de lo que ha pasado en la C¨¢mara regional. Es la noticia del d¨ªa, del mes y del a?o. Ha abierto todos los telediarios. El PSOE en pleno, con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a la cabeza, se ha volcado en la b¨²squeda de una soluci¨®n. Y para entonces marido y mujer ya han conversado por tel¨¦fono varias veces. Ninguno de ellos da cr¨¦dito a lo ocurrido. Y la llegada a "la burbuja" del hogar no cambia las emociones de Simancas.
"Si hablamos de sentimientos, reconozco que el principal sentimiento era de verg¨¹enza", recuerda quince a?os despu¨¦s, con las emociones a¨²n a flor de piel. "Hab¨ªamos generado muchas expectativas y me daba mucha verg¨¹enza que se frustraran por algo en lo que nosotros ten¨ªamos responsabilidad, en parte, porque aquellos corruptos estaban en nuestras listas", sigue en su despacho del Congreso de los diputados. "Aquella noche, sobre todo sent¨ªa verg¨¹enza. Mucha verg¨¹enza. Dolor y verg¨¹enza", repite. "Hab¨ªa una frustraci¨®n personal evidente, y sobre todo una frustraci¨®n por el equipo y las miles de personas que nos hab¨ªan ayudado a ganar las elecciones", a?ade. Y rompe: "Desde entonces, me levanto cada ma?ana, me miro en el espejo, y me reconozco. No tengo nada por lo que bajar la cabeza. Puedo mirar a los ojos a mis hijos. Soy una persona decente. No s¨¦ si algunos de los que hicieron esto del Tamayazo podr¨¢n decir lo mismo".
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