El d¨ªa en que el independentismo aterriz¨® en la realidad
Un a?o despu¨¦s de la fallida rep¨²blica, el secesionismo se debate entre las v¨ªas pragm¨¢tica y unilateral
Un a?o despu¨¦s de la fugaz declaraci¨®n de independencia de Catalu?a, el secesionismo m¨¢s irreductible, reunido en torno a la Asamblea Nacional Catalana, se dispone hoy a protestar en la calle para exigir que el bolet¨ªn oficial de la Generalitat publique la proclamaci¨®n de la rep¨²blica catalana. ¡°El mandato del 1 de octubre no es simb¨®lico¡±, reza el lema de la convocatoria, que aspira a movilizar a quienes siguen defendiendo la v¨ªa unilateral, despu¨¦s de un a?o de la proclamaci¨®n fallida de la rep¨²blica, la intervenci¨®n de la autonom¨ªa, la convocatoria de elecciones y la fuga y el encarcelamiento de buena parte del Gobierno que protagoniz¨® aquella huida hacia adelante.
La mayor¨ªa de la sociedad catalana est¨¢ hoy lejos de estos postulados, pero una minor¨ªa muy activa sigue poniendo serias dificultades a quienes, incluso dentro del independentismo, buscan v¨ªas m¨¢s gradualistas. Poco importa que el 27 de octubre de 2017 el Govern ni siquiera hiciera el amago de arriar la bandera espa?ola de la Generalitat tras la accidentada votaci¨®n parlamentaria que proclam¨® la rep¨²blica. Ni que los miembros del Govern desaparecieran del mapa nada m¨¢s lanzar la proclama por miedo a ser detenidos, porque no sab¨ªan qu¨¦ hacer despu¨¦s de una declaraci¨®n a la que nunca previeron llegar o por una mezcla de ambas cosas.
Lo cierto es que Catalu?a se encuentra hoy aturdida por un ya largo ba?o de realidad y metida en un impasse provocado por unos partidos independentistas que, si bien tienen la mayor¨ªa absoluta, son incapaces de consensuar un plan que incardine la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa dentro de otra esfera de reivindicaci¨®n nacional a medio o largo plazo. Y si tienen dificultades para gobernar Catalu?a m¨¢s a¨²n las tienen para ejercer el papel de apoyo del Gobierno que les otorg¨® su voto favorable a la moci¨®n de censura que llev¨® a Pedro S¨¢nchez al poder.
¡°Ahora ha quedado claro que todo aquello fue un error, que el independentismo se equivocaba o se enga?aba, pero las hipotecas que dej¨® ese episodio en forma de juicio a los l¨ªderes del proc¨¦s dificulta una salida; el independentismo dif¨ªcilmente podr¨¢ cambiar de relato antes del juicio¡±, reflexiona el l¨ªder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. ¡°Estamos en un momento en lo que lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer¡±, dice para describir el actual momento pol¨ªtico focalizado ahora con la apertura del juicio oral que enviar¨¢ al banquillo, previsiblemente en enero, a 18 pol¨ªticos y lideres sociales del proc¨¦s.
Esta gesti¨®n del mientras tanto est¨¢ dejando estampas de lo m¨¢s curiosas. Desde el Palau de la Generalitat, Quim Torra, sigue en su papel de presidente-activista que se dedica a la pol¨ªtica gestual. Esta semana, sin ir m¨¢s lejos, ha impulsado ¨®rganos de incierto futuro como el Consejo de la Rep¨²blica ¡ªuna suerte de gobierno en la sombra liderado por Carles Puigdemont desde B¨¦lgica¡ª u otro que, bajo la batuta del cantautor Llu¨ªs Llach, deber¨ªa sentar las bases ¡ªque no redactar¡ª de una futura Constituci¨®n catalana. El resto del Gobierno catal¨¢n, o una buena parte de ¨¦l, mientras tanto, intenta comenzar a gobernar tras dos a?os de absoluta par¨¢lisis en la administraci¨®n de la Generalitat. Y gobernar en el sentido m¨¢s autonomista. Solo as¨ª se explica que el Govern y el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez acumulen ya 30 reuniones desde julio para desencallar cuestiones pendientes desde hac¨ªa a?os. La situaci¨®n ha cambiado despu¨¦s de dos a?os en que las dos Administraciones hab¨ªan mantenido un di¨¢logo de sordos. Y, ahora, con una mano se acaricia la rep¨²blica, con la otra se intentan gestionar las crecientes listas de espera de la sanidad p¨²blica.
Torra, en su papel de presidente activista, se dedica a la pol¨ªtica gestual
?Con qu¨¦ relato debe quedarse uno? ?Hasta qu¨¦ punto los gestos de Torra son una nueva amenaza de deriva unilateral? ¡°No creo que haya que tomarse demasiado al pie de la letra lo que va diciendo Torra; hasta ahora es pura gesticulaci¨®n para intentar mantener unidos a los suyos e intentando dibujar bien al rival¡±, dice Pau Luque, autor de La secesi¨®n en los dominios del lobo (Catarata, 2018), que repasa los principales acontecimientos del llamado oto?o catal¨¢n.
Pero el discurso inflamado de Torra y de quien le coloc¨® en el cargo, Carles Puigdemont, parece tener cada vez menos eficacia para unir la parroquia independentista. Todo lo contrario. Esta misma semana la consejera de Presidencia del Gobierno catal¨¢n, Elsa Artadi, ¡ªotrora fiel ejecutora de las voluntades del expresidente huido¡ª comenz¨® a marcar distancias con sus ideas. A ra¨ªz de la constituci¨®n del Consejo de la Rep¨²blica, con el que Puigdemont pretende seguir tutelando al Generalitat, Artadi, dej¨® claro que Govern y Consejo van por v¨ªas separadas. ¡°Las decisiones del Consejo de la Rep¨²blica no tendr¨¢n una traslaci¨®n directa en el ¨¢mbito de la Generalitat¡±, dijo.
El Gobierno central y el Govern han mantenido desde julio 30 reuniones
El fil¨®logo y escritor Jordi Amat, autor de La conjura de los irresponsables (Anagrama, 2017), ve se?ales suficientes para concluir que el independentismo ni quiere ni puede repetir errores del pasado. ¡°Han aprendido, de forma desconcertante para ellos, cu¨¢l es la composici¨®n ideol¨®gica de la sociedad catalana. Hab¨ªa un cierto espejismo a la hora de creer que sus acciones generar¨ªan un gran apoyo entre la ciudadan¨ªa y al final se ha demostrado que hay una oposici¨®n muy numerosa¡±, sostiene. Amat considera que este aterrizaje forzoso ha tenido como principal consecuencia que se haya ¡°musculado¡± un independentismo pragm¨¢tico. ¡°El poder espa?ol ha elegido a Junqueras como interlocutor y se da por entendido que la soluci¨®n pasa por el independentismo gradualista¡±, sostiene.
En el Govern, el principal valedor de Junqueras es el vicepresidente Pere Aragon¨¨s, convertido en hombre fuerte de ERC tras el encarcelamiento del l¨ªder y la huida a Suiza de la secretaria general, Marta Rovira. Aragon¨¨s entiende que la lecci¨®n a aprender es que si se llevan las cosas al l¨ªmite sin negociaci¨®n, habr¨¢ violencia ¡°y en el campo de la violencia el Estado siempre tiene las de ganar". Por ello cree que el independentismo solo tiene opciones de forzar una negociaci¨®n sobre un refer¨¦ndum si logra un ¡°desbordamiento democr¨¢tico¡±. ¡°Y solo ocurrir¨¢ cuando sea m¨¢s que mayoritario, hegem¨®nico, y de manera sostenida¡±. Su estrategia entronca con una Catalu?a que a?ora un gran pacto sobre la cuesti¨®n territorial que ni de lejos encaja con la de Pedro S¨¢nchez pero que s¨ª permite que ambos se sienten en una mesa. Amat ve en ello un punto de inflexi¨®n y una buena noticia tras meses de infarto. ¡°Un sector creciente de la ciudadan¨ªa espa?ola ha tomado conciencia este a?o de que la crisis pol¨ªtica catalana es resultado tambi¨¦n de una crisis constitucional espa?ola. Que ahora se quiera abordar esta situaci¨®n, algo que no quiso hacer el Gobierno del PP, es uno de los pocos brotes verdes que nos deja este a?o¡±.
La Crida de Puigdemont celebra su primera asamblea
La Crida Nacional per la Rep¨²blica, la formaci¨®n que promueve el expresident Puigdemont y su entorno, celebra hoy su primera asamblea en Manresa (Barcelona), a¨²n con muchos interrogantes. Sus "fundadores", que son quienes hayan hecho una donaci¨®n de al menos cinco euros, empezar¨¢n a debatir las ponencias organizativas e ideol¨®gicas ante un congreso fundacional te¨®ricamente fijado para diciembre.
Desde el experimento de Junts per Catalunya, Puigdemont y su entorno piensan c¨®mo aglutinar al independentismo. Tras meses de retraso, en julio presentaron un manifiesto firmado por unas 50.000 personas que instaba a crear ¡°un instrumento pol¨ªtico¡± e incluso concurrir a las elecciones municipales y europeas. Eso es algo ahora nada claro. ERC y la CUP le dieron el portazo. La duda ahora es cu¨¢l ser¨¢ el encaje del PDeCAT. La direcci¨®n de ese partido no ve con buenos ojos la fusi¨®n, aunque en su ¨²ltimo congreso decidi¨® que la apoyar¨ªa. Pero ahora recela de que la Crida sea un partido que busque competir en el mismo espacio ideol¨®gico.
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