La revoluci¨®n de Somosierra: 40 ni?os inmigrantes y 60 vecinos
El pueblo, ¨²ltimo de la Comunidad de Madrid antes de llegar a Castilla y Le¨®n, se prepara para recibir a los j¨®venes hacinados en Hortaleza
Los perros dan la se?al de alarma ante la inesperada aparici¨®n de un paseante. Sus ladridos retumban contra las paredes de las calles vac¨ªas de Somosierra, donde 60 vecinos se atrincheran contra el invierno mientras escriben emails al alcalde: se acaban de enterar de que a su pueblo van a llegar 40 de los ni?os inmigrantes que se hacinan en el centro de primera acogida de Hortaleza (Madrid). Esta es la ¨²ltima localidad madrile?a antes de que la A-1 desemboque en Castilla y Le¨®n. Anclado a m¨¢s de 1.400 metros de altura, la nieve ya asoma en los picos m¨¢s cercanos a la gasolinera del municipio m¨¢s elevado de la regi¨®n. En los restaurantes que jalonan la carretera, todos saben lo que ocurrir¨¢ si la Comunidad de Madrid no cambia sus planes: ya han visto el trasiego de alba?iles que ponen a punto una residencia sin estrenar en el coraz¨®n del pueblo.
¡°Aqu¨ª, en invierno, somos 60 personas. El pueblo no lo quiere en absoluto. Est¨¢n todos como en Fuenteovejuna, todos a una¡±, describe Francisco Sanz (PSOE), el regidor de la localidad, a la que el INE atribuye 77 habitantes. ¡°La residencia est¨¢ en el mismo casco urbano¡±, cuenta sobre su pueblo, que est¨¢ a 90 kil¨®metros de la Puerta del Sol. ¡°Me han dicho que iban a traer 40 ni?os, de 16 a 18 a?os, pero esa residencia no tiene permiso para eso, sino para discapacitados¡±, advierte Sanz, que ha puesto el asunto en manos de la asesor¨ªa legal del Ayuntamiento. ¡°Comprendo que tienen que encontrar un sitio en el que estar, pero hay sitios m¨¢s grandes que los puedan absorber: si somos 60, y van a meter 40...¡±, a?ade. Y remata: ¡°Yo estoy a favor de que vengan, porque est¨¢n muy necesitados. No han venido por capricho¡±.
Desde principios de verano, cientos de ni?os inmigrantes no acompa?ados se hacinan en un centro de Hortaleza dise?ado para acoger a una treintena. Han llegado a dormir en el suelo. A varios se les ha sometido a pruebas de mu?eca para determinar si son mayores de edad. Y todos han vivido rodeados por la inquietud de una parte del vecindario y desperdigados por los parques aleda?os. En paralelo, el futuro de los menores se ha convertido en un arma arrojadiza pol¨ªtica. El Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad quisieron trasladarlos a Tres Cantos, pero la oposici¨®n del alcalde del municipio y las discrepancias de las dos Administraciones sobre el estado de la residencia de destino dio al traste con el proyecto. Ahora, si el Gobierno regional no cambia de opini¨®n, varias decenas de menores ir¨¢n a Somosierra.
Alli, una promoci¨®n de chalets sin estrenar les aguarda tras ser reconvertida en residencia. Los trabajos contin¨²an a toda prisa. Hay cajas sin abrir sobre el suelo. Pistolas de silicona por todas partes. Furgonetas de mensajer¨ªa que llegan cargando pal¨¦s. Frente a la pausa buc¨®lica del pueblo, alrededor de la residencia hay un ritmo fren¨¦tico. Como si todo fuera a cambiar en cuesti¨®n de d¨ªas.
Siete literas para que no duerman en el suelo
El desbordamiento de las infraestructuras del centro de acogida de Hortaleza ha llevado a incrementar su capacidad instalando siete literas ¡ªcatorce camas¡ª de forma provisional, seg¨²n el acuerdo alcanzado por el Gobierno regional y los sindicatos el 31 de octubre.
Adem¨¢s, las partes pactaron la contrataci¨®n de tres educadores m¨¢s ¡ªuno para trabajar por las noches y dos con turnos variables¡ª y el mantenimiento de dos ayudantes de cocina.
Esos pactos reflejan el otro lado de la dram¨¢tica situaci¨®n que se ha vivido en un centro en el que los menores han llegado a dormir en el suelo.
As¨ª, los empleados se han visto enfrentados a una carga de trabajo mucho mayor de la prevista para la dimensi¨®n de la plantilla, por lo que los sindicatos han reclamado la intervenci¨®n de la inspecci¨®n de trabajo.
El primer aviso llega con el oto?o, cuando el ret¨¦n de quitanieves ya se prepara para el invierno. El municipio recibe la visita del empleado de una compa?¨ªa especializada en la gesti¨®n de residencias ¡ªque ha declinado hacer comentarios¡ª para anunciarle el desembarco de los 40 ni?os. Inmediatamente, anuncia que contratar¨¢ a j¨®venes de la zona. Enseguida se acumulan los curr¨ªculos.
¡°Nos han dicho que la residencia estar¨¢ en funcionamiento el 19 de noviembre¡±, cuenta uno de los j¨®venes que opta a un puesto. ¡°Y que habr¨¢ 40 empleados, aunque no sabemos cu¨¢ntos aportar¨¢ la Comunidad¡±, sigue. ¡°En el pueblo hay de todo: gente que est¨¢ a favor, y gente que est¨¢ en contra. Yo pienso en ellos. ?Con el fr¨ªo que hace aqu¨ª en invierno! ?Si tenemos metro y medio de nieve!¡±.
¡°Sobre la ubicaci¨®n de los dispositivos no nos pronunciamos por una cuesti¨®n de protecci¨®n de la identidad de los menores¡±, explica un portavoz de la consejer¨ªa de pol¨ªticas sociales. ¡°Estamos llegando a acuerdos con entidades sociales que pueden ofrecer plazas para ellos, independientemente del lugar donde tengan sus centros¡±, a?ade. ¡°Son estas entidades las que nos ofrecen las plazas en funci¨®n de sus recursos materiales y humanos¡±.
Las de Somosierra se ultiman contra reloj. Llega el invierno. Amenaza la nieve. Y 60 vecinos esperan a 40 inmigrantes.
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