Estoicismo
Junqueras tiene una manera de ser determinante en el estilo de liderazgo que transmite sin alzar la voz. Es un estoico
Normalmente, no ser¨ªa necesario, pero conviene aclarar que este art¨ªculo no precisa en absoluto la opini¨®n del autor en cuanto a sus opiniones pol¨ªticas personales. Se trata de una opini¨®n basada en la observaci¨®n de datos.
La ¨²ltima encuesta de opini¨®n del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO) llamaba la atenci¨®n por varias cuestiones, partiendo de la base de que el porcentaje de partidarios de la independencia se mantiene estable (47%) y de que la horquilla de esca?os independentistas se sit¨²a entre 70 y 73. Lo que llama la atenci¨®n es la diferencia de votos entre Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el Partit Dem¨°crata Catal¨¤ (PDeCAT), que parece estar creciendo sin prisa pero sin pausa.
En Esquerra hay un l¨ªder, que ejerce ese liderazgo con un fuerte carisma. En la otra pata del independentismo ?qu¨¦ hay?
Para ello se puede aventurar una primera explicaci¨®n, y es que ERC es un partido pol¨ªtico cl¨¢sico, s¨®lido en su estructura y piramidal desde el punto de vista del liderazgo. Y en el campo de la partitocracia ¡ªque no gusta a casi ning¨²n ciudadano, pero que se alimenta del hecho de que, al final, m¨¢s del 70% de los ciudadanos votan a los partidos¡ª, siempre ha sido determinante el liderazgo. Y ese liderazgo ha de ser unipersonal. Lo de la ¡°direcci¨®n colegiada¡± y todo eso vale en parte para la CUP, que no es un partido como ellos mismo dicen, sino un conglomerado de grupos y estados de ¨¢nimo varios.
En ERC hay un l¨ªder, y se llama Oriol Junqueras, que ejerce ese liderazgo con un fuerte carisma, entre los suyos pero tambi¨¦n m¨¢s all¨¢. Lo esencial es el estilo, y la esencia de ese tipo de liderazgo es determinante en el caso que nos ocupa. En la otra pata del independentismo ?qu¨¦ hay? Los restos ag¨®nicos de un partido que ya no lo es (Converg¨¨ncia); las diversas almas de un partido que existe pero no est¨¢ muy seguro de ello (PDeCAT); una cosa que no es todav¨ªa un partido, pero no dice lo que es (La Crida); y varias, muchas, entidades, consejos y comit¨¦s, el Consell de la Rep¨²blica (el se?or Com¨ªn) y una confusi¨®n de l¨ªderes y liderazgos que hace bueno el dicho ¡°?cuidado, que vienen m¨¢s jefes que indios!¡±.
No hay color porque, adem¨¢s, entre estos ¨²ltimos hay una confusi¨®n de roles notables, una competici¨®n por el poder y una notable desorientaci¨®n t¨¢ctica y estrat¨¦gica. Todos los intentos para fagocitar a Esquerra (¡°unidos ganaremos¡±, ¡°unidos somos m¨¢s fuertes¡±, etc¨¦tera) han fracasado, lo que confirma que ERC es un partido y los dem¨¢s no.
En cuanto a liderazgo, rara vez se ha visto tal fragmentaci¨®n en una misma corriente pol¨ªtica y eso en la historia de todos los partidos y movimientos pol¨ªticos ha acabado siempre mal. Cuesta creer que Carles Puigdemont se vea como l¨ªder ¨²nico e indiscutible del independentismo catal¨¢n, cuesta todav¨ªa m¨¢s entender qui¨¦n cree ser Quim Torra. Y los Comit¨¦s de Defensa de la Rep¨²blica (CDR) van cada vez m¨¢s por su cuenta, en su d¨ªa animados a ello por el mismo Torra. Quiz¨¢ todo ello ayude a entender que ERC, que es un partido cl¨¢sico con los defectos y virtudes de todos ellos, hace tiempo que ha entendido lo esencial: hay que reformular los tiempos para preservar el horizonte finalista, y hay que reformularlos en t¨¦rminos de t¨¢ctica y de estrategia. Lo hace desde su propio criterio.
Hay un segundo elemento a tener en cuenta. Y es que Junqueras tiene una manera de ser que es determinante en el estilo de liderazgo que transmite sin alzar la voz. Es un estoico, observen el salto a la antig¨¹edad que ello representa en t¨¦rminos de manera de ser. El estoicismo, que la historia de las ideas pol¨ªticas sit¨²a en Cenon de Cipio, 350 antes de Cristo, tiene en su estela, seg¨²n la mayor¨ªa de estudiosos, a Cicer¨®n, Cat¨®n el Joven, S¨¦neca o Marco Aurelio. No hay unanimidad en ello, pero uno se suma a los que incluyen a S¨®crates en la lista. ?Qu¨¦ caracteriza a los estoicos? Sin duda una considerable dignidad personal en la aceptaci¨®n de las contrariedades de la vida, una cierta renuencia a adjudicar esas contrariedades a los dem¨¢s, y una clara capacidad de ¡°controlar la raz¨®n¡± para lo bueno de la vida (eso parece f¨¢cil) y para lo malo. Y aqu¨ª es donde nos damos cuenta de esa cualidad que conocemos como dignidad de la persona, por lejos o cerca que uno est¨¦ de tal o cual l¨ªder, en este caso Junqueras.
Es decir, el concepto de partido (bastante antiguo) y el concepto de estoicismo (una antigualla, literalmente) para entender lo que sucede hoy en d¨ªa en la pol¨ªtica catalana.
Pere Vilanova es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica (UB)
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