B-A-N-A-N-A-S
La primera vez que escuch¨¦ este t¨¦rmino peyorativo fue a los siete a?os. Toda mi infancia tuve una crisis de identidad: era reacio a mi propia raza
Hay un t¨¦rmino peyorativo con el que nos llaman a los asi¨¢ticos descendientes cuando has nacido o has crecido en un pa¨ªs occidental y has perdido contacto con la identidad cultural de tus padres. ¡®Banana¡¯. Ï㽶ÈË. Porque somos "amarillos por fuera y blancos por dentro".
La primera vez que escuch¨¦ esto fue a los siete a?os de edad, cuando mi t¨ªa se re¨ªa de mi acento roto al hablar en chino mandar¨ªn y por el poco inter¨¦s que mostraba por aprender esta parte de mi cultura. Lo peor es que yo lo hac¨ªa intencionadamente. Era reacio a mi propia cultura. A mi propia raza. Tuve una crisis de identidad que perdur¨® durante toda mi infancia y adolescencia y parte del motivo se deb¨ªa a c¨®mo ¨¦ramos y seguimos siendo retratados en los medios y a c¨®mo nos percibimos y nos perciben desde la construcci¨®n y la mirada occidental.
Cuando encend¨ªas el televisor apenas hab¨ªa referentes y en los pocos que hab¨ªa sal¨ªan personas como Mickey Rooney haciendo yellowfacing parodiando los t¨®picos y los estereotipos de los asi¨¢ticos del este. Cuando ojeaba con curiosidad las revistas taiwanesas de mi madre, equivalentes al ?Hola!, sal¨ªan anuncios de cremas blanqueadoras o lentillas circulares para agrandar nuestros ojos y disimular nuestros ojos rasgados. Cuando hablabas con amigos ve¨ªas c¨®mo la palabra ¡®chino¡¯ se utilizaba para asociarlo a todo lo negativo, lo impuro, lo barato, que a fulanito le "hab¨ªan enga?ado como a un chino", o que pusieran un cartel de "No perros y chinos tampoco" en un episodio de A¨ªda. Vamos, que, vi¨¦ndolo con perspectiva, mi entorno no jugaba a mi favor y, menos a¨²n, ayudaba mis conflictos de identidad personal.
Mis padres notaron este rechazo, y no tardaron en apuntarme a uno de los primeros colegios chinos que hubo en Madrid. Me acuerdo perfectamente del primer d¨ªa de clase. El colegio chino se compon¨ªa mayormente de ni?os de la di¨¢spora taiwanesa. Se daba clase los s¨¢bados de 9 a 16 horas si no me equivoco. Recuerdo pensar que nunca hab¨ªa estado en un espacio con tantas personas racializadas.
Siempre he pensado que cuando perteneces a un grupo que ha sido considerada una minor¨ªa, desarrollas una conciencia y una madurez respecto a tu cuerpo como territorio pol¨ªtico desde una temprana edad. Me acuerdo que compart¨ªamos durante los recreos experiencias sobre racismo y xenofobia, solo que no sab¨ªamos verbalizarlo e identificarlo, sino que compart¨ªamos historias muy similares y parecidas a pesar de no conocernos ni sabernos nuestros nombres. Los recreos y la hora de la comida duraban el doble de tiempo que las clases. Creo que los mismos profesores eran conscientes de la importancia de que nos encontr¨¢semos entre nosotros. Que la ense?anza del idioma era importante, pero no la intenci¨®n principal. Quiz¨¢s por eso no aprend¨ª y sigo sin haber aprendido a escribir en chino mandar¨ªn.
All¨ª empec¨¦ a interesarme por artistas taiwaneses (Jolin Tsai, Jay Chou, SHE), form¨¦ mi primer grupo de baile -organizando una coreograf¨ªa al ritmo de la canci¨®n de Who do you think you are de las Spice Girls- y forj¨¦ amistades con las que hoy en d¨ªa sigo manteniendo el contacto. Con que no me llamen banana otra vez, todo bien.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.