Una comedia con vibrador que ¡°apela a las cosas buenas de la vida¡±
Julio Manrique dirige en la Villlarroel ¡®L¡¯habitaci¨® del costat¡¯, sobre el m¨¦dico que invent¨® el consolador
Cuando el ginec¨®logo William Masters y la sex¨®loga Virginia Johnson (Masters & Johnson, esa gran pareja) utilizaron en la d¨¦cada de los sesenta del siglo XX el famoso artilugio Ulises para estudiar el orgasmo femenino (v¨¦ase Masters of sex, de Thomas Maier, Debolsillo, 2016) parec¨ªan ser unos adelantados. Pero muchos a?os antes un pionero m¨¦dico brit¨¢nico hab¨ªa creado el antecesor de ese aparato destinado a aventurarse, como el protagonista de la Odisea, en regiones desconocidas. Joseph Mortimer Granville es tenido por el inventor del vibrador (mal llamado consolador: hay una campa?a para cambiarle el nombre por ¡°alegrador¡±), desarrollado para aliviar, por la v¨ªa de llegar al cl¨ªmax, supuestas enfermedades femeninas, principalmente la histeria, a la que se achacaban, adem¨¢s de dolencias f¨ªsicas localizadas, ansiedad, irritabilidad, fantas¨ªas sexuales y tendencia a crear problemas. Granville alumbr¨® el dispositivo en 1870 cansado de hacer terapia a mano.
Ahora una comedia que se acaba de estrenar en la sala Villarroel de Barcelona con direcci¨®n de Julio Manrique tiene como elemento central el vibrador y a su inventor, convertido aqu¨ª en un estadounidense, el doctor Givings (Ivan Benet). L¡¯habitaci¨® del costat, que puede verse hasta el 3 de febrero, con Pol L¨®pez, Carlota Olcina, Mireia Aixal¨¤, Xavi Ricart, Alba Florejachs y Adeline Flaun, es una adaptaci¨®n de la pieza In the next rooom (or the vibrator play), de Sarah Ruhl, considerada una de las m¨¢s interesantes dramaturgas actuales de EE UU. La traducci¨®n al catal¨¢n la firma Joan Sellent.
¡°La comedia de Ruhl es muy divertida, est¨¢ llena de humor y de luz¡±, afirma Manrique. ¡°Es una autora poco conocida aqu¨ª, aparte de su Eurydice, que present¨® en el Grec de 2010 la compa?¨ªa brit¨¢nica ATC¡±. El director explica c¨®mo la pieza adapta a las circunstancias concretas de la sociedad estadounidense de la misma ¨¦poca, la segunda mitad del siglo XIX, y de moral igualmente victoriana, elementos de la historia de Granville y su invento. ¡°Es la historia del origen del vibrador, la cuenta muy bien en Tecnolog¨ªa del orgasmo Rachel P. Maines (editorial Milrazones). Resulta alucinante c¨®mo se lleg¨® a ese cacharro. Nosotros hemos conseguido por Internet para la obra uno vintage, no tan antiguo, de principios del siglo XX, que parece un secador. Se aplicaba al pubis y vibraba todo, muy curioso¡±.
"Resulta alucinante c¨®mo se lleg¨® a ese cacharro. Nosotros hemos conseguido por Internet para la obra uno vintage, no tan antiguo, de principios del siglo XX, que parece un secador".
Manrique recalca que les ha quedado un espect¨¢culo muy divertido y simp¨¢tico. ¡°Tiene algo de vodevil franc¨¦s, con comedia de puertas, y a la vez es una obra muy po¨¦tica, deliciosa. Habla del placer, del deseo y apela a las cosas buenas de la vida¡±.
La an¨¦cdota de partida, contin¨²a Manrique ¡°es la idea de un m¨¦dico fascinado por la electricidad, entonces la panacea, durante una ¨¦poca de cambio como la nuestra. Hay escenas muy bonitas en las que se ofrecen hip¨®tesis sobre el futuro que, claro, es en el que estamos ahora¡±. El m¨¦dico es un profesional que trata de curar lo que considera disfunciones sexuales con su nuevo aparato. ¡°En el escenario se muestran paralelamente los experimentos en una habitaci¨®n y la vida cotidiana de la casa del m¨¦dico en la de al lado. La esposa del doctor oye los gritos de placer en el laboratorio y quiere saber qu¨¦ ocurre, y luego que su marido pruebe con ella¡±. De fondo, ¡°la represiva y reprimida, encorsetada, sociedad victoriana y las mujeres que se rebelan contra ella¡±. Es, subraya el director, ¡°una obra muy femenina pero la autora tiene tambi¨¦n mucha empat¨ªa con los personajes masculinos como el m¨¦dico¡±.
Manrique apunta que la pieza tiene ¡°final feliz¡±.
Actriz negra para el papel de negra
La trama de L'habitaci¨® del costat incluye la historia de una mujer negra que hace de nodriza de un beb¨¦ blanco, y de un artista que quiere pintar esa imagen, esa Madonna, que le parece signo de los nuevos tiempos tras la reciente Guerra Civil. El papel de esa mujer negra, Elizabeth, lo interpreta una actriz negra, Adeline Flaun. Tiene sentido destacarlo vista la pol¨¦mica que ha causado recientemente el que en la nueva producci¨®n de ?ngels a Am¨¨rica en el Lliure un actor blanco encarnase a un personaje negro. Manrique se?ala que el reparto de su espect¨¢culo es anterior a la pol¨¦mica del Lliure (actores negros protestaron p¨²blicamente y el espect¨¢culo incluy¨® un cartel en la funci¨®n en el que se ofrec¨ªan explicaciones y disculpas) y subraya que la productora de L'habitaci¨® del costat es La Brutal, que dirige David Selvas, el director de ?ngels a Am¨¨rica. Selvas es adem¨¢s padre adoptivo de una ni?a negra. "Se nos est¨¢ yendo la olla un poco en todas estas pol¨¦micas", concluye.
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