Gafas de realidad virtual y culo en pompa

Recuerda a un sill¨®n de dentista, pero sin tapicer¨ªa. Uno tiene que incorporarse al rev¨¦s. Se dispone de seis apoyos: manos, rodillas y pies. ¡°Pon el culo en pompa, tienes que controlar tus movimientos con el culo¡±. Con ese consejo entras de golpe a la Barcelona Games World y a la realidad virtual, dentro de los videojuegos m¨¢s espectaculares del sal¨®n. Con las gafas, no ves el aparato al que est¨¢s agarrado. Es solo una herramienta que no tiene cabida en la virtualidad: es la excusa para sobrevolar monta?as nevadas. En el juego, simple, tienes que pasar por unos aros. El reto es m¨¢s que complicado para los de joysticks y teclas.

?caros deja muy atr¨¢s el binomio que durante a?os uni¨® el ocio digital con el sedentarismo. La fuerza y el movimiento del trasero son indispensables. Quienes suscriben superan el reto de forma dispar. Uno acaba agobiado tras torpes intentos de enderezar su rumbo por el cielo, sin un punto y al borde de la contractura lumbar. El otro pasa por un solo aro. Eso s¨ª, con la sensaci¨®n de haberse sentido p¨¢jaro.

Imposible apreciar los distintos mundos de la zona de realidad virtual del sal¨®n a ojo descubierto: hay que entrar. Una plataforma vibratoria invita a ser un Kilian Jornet saltando por monta?as, en este caso subido a una mountain bike, y sin caerte seas lo imprudente que seas. La bici tambi¨¦n despega hacia el cielo. Aqu¨ª no hay esfuerzo y la descarga de adrenalina es m¨¢xima. Otra opci¨®n es subir a una monta?a rusa. La compa?era de la derecha, chica virtual de pelo naranja, no para de gritar. Todo es muy real (chillidos, tensi¨®n, tirones de la m¨¢quina...) aunque la virtualidad no genera ese vac¨ªo en el est¨®mago de las terrenales.

Sin gafas futuristas, recuperamos las de vista para ir al t¨²nel del terror inspirado en el flamante Resident Evil 2. Aviso: no podemos tocar a los zombis; ellos s¨ª lo har¨¢n y saldr¨¢n del videojuego. Enseguida es tarde: un zombi de cabeza partida se te echa encima...

De presas de zombis pasamos a ser una zorra con sus hijos que, en un mundo apocal¨ªptico, busca evitar la extinci¨®n. Ahora cazamos nosotros: un pobre conejo que sirve para sobrevivir con dos de los cachorros (el tercero ha muerto). Los trabajados gr¨¢ficos del videojuego Endling, de uno de los estudios indie promovidos por la Generalitat, se cortan abruptamente. Un ¡°error fatal¡± en el c¨®digo. ¡°Est¨¢ en fase de prototipo¡±, tranquiliza Mario Crespo, ingeniero que presenta el proyecto.

En el ¨¢rea de videojuegos antiguos, Retrobarcelona, acabamos ante teles de tubo enchufadas a la Nintendo, de los ochenta. El juego, un cl¨¢sico: Super Mario Bros. Nuestra zona de confort. Uno se emociona: recuerda trucos y llega al quinto mundo. El m¨¢s joven jug¨® directamente a la sucesora Super Nintendo. Para el caso, es lo mismo: la paz est¨¢ al lado del entra?able fontanero de gran bigote.