El eterno aprendiz de mago
El ilusionista Jorge Blass conmemora sus 25 a?os en el mundo de la magia con siete funciones repletas de nuevos n¨²meros
Una carpa ambientada en el siglo XIX, un juego de espejos y un mago. Jorge Blass (Madrid, 1980) se sube a una pasarela, junto al escenario principal del Gran Teatro Bankia Pr¨ªncipe P¨ªo (Cuesta de San Vicente, 44) para dar los ¨²ltimos retoques de su nuevo espect¨¢culo. Blass conmemora desde hoy (y durante los s¨¢bados y domingos del mes de diciembre; entrada general desde 25 euros; por 10 euros m¨¢s se puede disfrutar de un encuentro con el mago) los 25 a?os que lleva sumergido en el mundo de la magia. "Yo era ese ni?o pesado que dec¨ªa a mis padres: 'Quiero ser mago", recuerda con un brillo en la mirada.
Blass comenz¨® con la magia con solo 13 a?os, cuando el gran Juan Tamariz lo acogi¨® como aprendiz. Ah¨ª descubri¨® el placer de mirar al p¨²blico a la cara, a sentirlo cerca. Antes de los 14, hab¨ªa ofrecido su primera actuaci¨®n en solitario. A los 23 ya hab¨ªa publicado un libro y antes de los 25, ideado su primer espect¨¢culo nacional. Eso sin contar su paso por la televisi¨®n, dentro del club Megatrix. "Soy un hombre de acci¨®n, lo que me gusta es estar en escena", dice con una amplia sonrisa sin dejar de dar indicaciones a su reducido equipo. Es un perfeccionista.
A pesar de toda su experiencia, Blass no se siente un maestro de magos. "Soy consciente de que he inspirado a muchos j¨®venes", remarca el artista que resume el secreto de su precoz ¨¦xito en dos ideas: "Vocaci¨®n innata y buenas dosis de perseverancia".
"Antes, la magia solo ten¨ªa cabida en pubs y en locales de noche. Ahora, hemos logrado devolverla a su sitio natural: el teatro", afirma Blass
"La magia se basa en materializar los deseos de la gente", opina este ilusionista sin quitar ojo del escenario donde va a actuar todas las navidades. Define su nueva apuesta como "arriesgada": "La composici¨®n del escenario me obliga a actuar muy cerca de los espectadores". Considera esa cercan¨ªa como algo necesario, pero tambi¨¦n es un reto. "El futuro de la magia pasa por lo de siempre: espect¨¢culos en directo en los que puedas ver algo verdaderamente extraordinario y sorprendente. Eso mantendr¨¢ viva la magia", argumenta.
El auge de los espect¨¢culos de ilusionismo y su desembarco en las salas de teatro es algo relativamente reciente y que le llena de satisfacci¨®n a Blass: "Es un sue?o cumplido". Otro m¨¢s. "Antes, la magia solo ten¨ªa cabida en pubs y en locales de noche. Ahora, hemos logrado devolverla a su sitio natural", reflexiona.
Los asistentes a su show podr¨¢n sorprenderse con juegos como el "del pedido online", como lo denomina Blass. En ¨¦l, el madrile?o escoge al azar a alguien del p¨²blico y le invita a comprar con su m¨®vil un producto por Internet. Minutos despu¨¦s, y sin que haya llegado ning¨²n mensajero, Blass hace aparecer la compra demandada en una caja que ha permanecido expuesta a los ojos de los presentes. Tecnomagia.
"Hace tiempo, el misterio se creaba con una chistera y un conejo, ahora tambi¨¦n con las nuevas tecnolog¨ªas", defiende el mago. "Este tipo de empresas de comercio online saben mucho de nosotros gracias a la informaci¨®n que obtienen de las redes sociales o, a esos algoritmos que predicen nuestras tendencias de compra. Quer¨ªa reflexionar sobre ello", a?ade.
Para Blass, un buen mago "debe buscar continuamente la excelencia", principalmente para no desilusionar a la persona que tiene delante. "La magia te demuestra que se pueden romper las leyes f¨ªsicas y hacer cosas imposibles de un modo art¨ªstico", dice. Este proceso acaba por transformar al espectador en un ni?o al mezclar teatro con unos efectos especiales que parecen de pel¨ªcula. "Para m¨ª, el cine es un elemento de inspiraci¨®n brutal", comenta. Lo demuestra recordando el "truco de Facebook" (ese en el que un amigo al que sigues en la red social se teletransporta al escenario): "Se me ocurri¨® viendo Love Actually", recuerda, "el comienzo es maravilloso porque muestra la felicidad de varias personas al encontrarse en la terminal de llegadas de un aeropuerto".
Blass reconoce que sigue siendo ese "ni?o t¨ªmido; el t¨ªpico al que le costaba salir a la pizarra". "La magia me ha ayudado a abrirme a los dem¨¢s", reconoce. "Con los trucos, generas una reacci¨®n incre¨ªble, adem¨¢s de un v¨ªnculo con las personas. Algo que a ti, como autor, te empodera", argumenta el mago, que tambi¨¦n ejerce como patrono de la Fundaci¨®n Abracadabra de Magos Solidarios, que visita a menores hospitalizados. "La magia tiene un indudable valor terap¨¦utico", defiende.
Las pruebas de sonido llegan a su fin, las luces se aten¨²an. Blass echa un ¨²ltimo vistazo para asegurarse de que todo est¨¢ controlado. "Por mucha experiencia que tengas, por mucho que pase el tiempo, siempre hay nervios", reconoce un mago al que David Copperfield le compr¨® un truco. "Los nervios son buenos y sanos", a?ade, "ya que sin emoci¨®n, no hay espect¨¢culo".
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