¡°La noche tiene muchos riesgos, as¨ª que ya solo bebo agua¡±
Alfonso Mart¨ªnez, vecino de Legan¨¦s, ha ganado una competici¨®n de los Ameripolitan Music Awards, una especie de premios Grammy del 'rockabilly'
Lo de Al es diminutivo de Alfonso. Y "dual" se lo dec¨ªan por sus apellidos, Mart¨ªnez Mart¨ªnez. Y as¨ª, con el sobrenombre art¨ªstico de Al Dual, se plantific¨® en Memphis unos meses atr¨¢s para concursar en los Ameripolitan Music Awards, una especie de premios Grammy del rockabilly. Hab¨ªa participantes de casi todos los rincones de Estados Unidos, pero el ganador del primer premio result¨® ser este murciano de 41 a?os que desde 2015 es vecino de Arroyoculebro, en Legan¨¦s. Alfonso ha grabado en Sun Records -la cuna de Elvis Presley o Carl Perkins- y en Berl¨ªn, donde este octubre dio forma a un LP que ver¨¢ la luz en primavera. Ahora sopesa mudarse con su mujer y su hija de dos a?itos y medio, Sue (un nombre t¨ªpico de los a?os cincuenta, c¨®mo no) a Nashville, meca de los sonidos americanos de ra¨ªz. No hay trabajo suficiente por estos lares para un bicho raro como ¨¦l, lamenta. Pero igual a¨²n estamos a tiempo para evitar este nuevo caso de fuga de cerebros.
?C¨®mo se enamor¨® de un g¨¦nero con el que no hab¨ªa coincidido ni en tiempo ni el lugar?
El feliz d¨ªa, a los 11 a?os, en que descubr¨ª en casa los discos de los Shadows. Mi padre es muy mel¨®mano y escuch¨¢bamos de todo, desde ¨®pera a Sinatra o Los Indios Tabajaras. Pero aquella guitarra twang me conmovi¨® por dentro. Y empec¨¦ a obsesionarme con la Am¨¦rica de los cincuenta.
Le ayudar¨ªa mucho el cine, claro.
American Graffiti ha sido una referencia, un icono: es la menos ?o?a. Luego llegar¨ªa Grease, que hizo mucho da?o porque esas patillas y chupas de cuero no eran las caracter¨ªsticas de la ¨¦poca. Los aut¨¦nticos m¨²sicos de rockabilly proven¨ªan m¨¢s de las grandes orquestas de jazz y se peinaban con raya al lado.
?Le habr¨ªa gustado vivir en aquella ¨¦poca?
Me habr¨ªa encantado. Estar¨ªa integrad¨ªsimo y content¨ªsimo. Y no le tendr¨ªa miedo a la competencia. Soy un hombre muy perseverante, as¨ª que habr¨ªa encontrado trabajo, seguro.
?Se sinti¨® muy solo de chavalito con una pasi¨®n tan singular?
Claro que te sientes raro. Cuando me hice mi primer tup¨¦, a los 12 o 13 a?os, por la radio sonaban Modern Talking, Azul y Negro o Bonnie Tyler. Jam¨¢s he sido un pandillero, sino m¨¢s bien un lobo solitario.
?Incluso a d¨ªa de hoy?
Un poco. Me levanto a las siete, llevo a la ni?a a la guarder¨ªa y luego me paso todo el d¨ªa encerrado en el estudio. A veces no s¨¦ ni en qu¨¦ d¨ªa vivo ni qu¨¦ ha sucedido en el mundo. En las reuniones familiares me encuentro sin temas de conversaci¨®n. No servir¨ªa yo de tertuliano...
Lo de ser madrugador no parece lo m¨¢s rockero del mundo.
Ya, pero la noche tiene muchos riesgos y llega un momento en que conviene parar. Desde hace cuatro a?os solo bebo agua, ni siquiera bebidas carbonatadas, y frecuento el gimnasio. Esta vida ultrasana ha sido una bendici¨®n.
?Ha trabajado en otras cosas, a modo de 'plan B'?
De chaval fui pinche de cocina e hice mis pinitos en una f¨¢brica y en un estudio de tatuaje, por conseguir alg¨²n dinerillo para socializarme, pero luego ya nada. El m¨²sico de rockabilly es un trabajador obsesivo.
Por cierto, ?sabr¨ªa decirme cu¨¢ntos tatuajes se ha hecho?
Ya no llevo la cuenta, pero m¨¢s de diez. El m¨¢s importante, la pantera que luzco en el cuello desde hace un par de a?os. Con 18 agujas y a fuego; a la manera tradicional, aunque doliera. Sue est¨¢ tan habituada que nos dice todo el d¨ªa ¡°?Tat¨², tat¨²!¡± para que le dibujemos garabatos en las manos y el cuello.
?Y esa idea de mudarse a Nashville, entonces?
Es la ciudad de los m¨²sicos por excelencia, mucho m¨¢s que Memphis, y tras el Ameripolitan no tendr¨ªa problema para que me concediesen la visa por Special abilities. Aqu¨ª no he dejado de luchar ni un solo d¨ªa, pero temo que voy a seguir encontr¨¢ndome con una muralla de acero.
Las cosas tampoco est¨¢n muy all¨¢ para los hispanos por aquellas tierras¡
Cierto. Es una sociedad muy materialista, anclada siempre en el ¡°Tanto tienes, tanto vales¡±, pero en el ¨¢mbito art¨ªstico no existen de momento esos recelos. Y nunca olvidar¨¦ los aplausos de los americanos de ascendente hispano cuando son¨® el nombre de Al Dual como ganador en Memphis. Entonces me qued¨¦ noqueado. Hoy, meses despu¨¦s, a¨²n casi no lo he asumido, pero lo recuerdo y se me escapan dos o tres lagrimillas¡
Un leganense de adopci¨®n (y de inc¨®gnito)
Pocos conocen en Arroyoculebro la dimensi¨®n de su vecino Alfonso como artista internacional. "Sospecho que me tienen por ese loco que sale a tirar la basura con el pelo despeinado", sonr¨ªe ¨¦l desde su guarida, rodeado de dos docenas largas de guitarras Gretsch. Sus largas sesiones de grabaci¨®n se traducen en alg¨²n que otro incordio, pese a las insonorizaciones. "Alguna protesta educada he tenido", concede, "pero el otro d¨ªa lleg¨® un vecino pegando pu?etazos a la puerta. Y no, a ese no le abr¨ª".
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