Una clase de Historia con t¨ªteres ancestrales
La exposici¨®n 'De la caverna al cine: un viaje a trav¨¦s de los t¨ªteres' expuesta en Pozuelo de Alarc¨®n ahonda en el poder de este antiguo arte como fuente de aprendizaje y construcci¨®n de relatos hist¨®ricos
?Puede concentrarse en un solo lugar la historia de la humanidad contada a trav¨¦s de sus marionetas y t¨ªteres? ?Conocer c¨®mo fueron las luchas sociales en la Francia del siglo XIX a cargo de Guignol, la importancia de la agricultura para los habitantes de Vietnam o el respeto por los animales profesado en ?frica? Las respuestas a estas preguntas se desvelan cuando el visitante cruza las puertas de la exposici¨®n itinerante De la caverna al cine: un viaje a trav¨¦s de los t¨ªteres, abierta hasta el pr¨®ximo 25 de enero y de pase gratuito en el Espacio Cultural Mira, en Pozuelo de Alarc¨®n. Los m¨¢s de 400 objetos expuestos proceden de la compa?¨ªa granadina T¨ªteres Etc¨¦tera, fundada en 1981, reunidos ahora en una de las colecciones particulares de este arte m¨¢s relevantes de Espa?a.
Las antiguas figuras de madera sin restaurar parecen cobrar vida, pese a sus rostros mudos y su estatismo, en una estancia donde la temperatura y la luz tenues son esenciales para su conservaci¨®n. "Si no fuera as¨ª, se degradar¨ªan porque est¨¢n hechas con pieles y el calor les afecta much¨ªsimo", aclara Francisco de Borja Ruiz, uno de los responsables.
"El material con el que se hac¨ªan las cabezas de los t¨ªteres en Rep¨²blica Checa, de madera o escayola, marcaba la frontera social entre ricos y pobres", indica uno de los responsables de la muestra
La exposici¨®n viaja por los cinco continentes con marionetas de diferentes tama?os, formas y vestimentas. Algunas representaciones, como el denominado teatro de sombras, hac¨ªan las delicias de los indonesios quienes disfrutaban de aquellas tras una pantalla de tela. El maestro Dalang era quien coordinaba el elenco, formado por m¨¢s de un centenar de figuras; pon¨ªa las voces a los personajes y dirig¨ªa la orquesta.
Los titiriteros se convert¨ªan as¨ª en cronistas de su ¨¦poca, de los sucesos, las guerras y las desigualdades sociales. "El material con el que se hac¨ªan las cabezas de los t¨ªteres en Rep¨²blica Checa, de madera o escayola, marcaba la frontera social entre ricos y pobres", indica Ruiz. El teatro de marionetas estaba tan extendido en el pa¨ªs hace tres siglos que cada familia ten¨ªa uno en su hogar. El furor por este tipo de espect¨¢culos origin¨® aut¨¦nticas dinast¨ªas de titiriteros.
La muestra tambi¨¦n pone el foco en el acabado final de los mu?ecos. Asombra el nivel de detalle de los t¨ªteres de guante procedentes de China, hechos de madera de alcanfor con varias capas de laca y barniz. Complicados en su manejo? ¡ªlos maestros chinos entrenaban desde ni?os¡ª se usaban para interpretar la ¨®pera en miniatura. "Al pintarlos se les a?ad¨ªan unas gotas de sangre de gallo en los ojos por pura superstici¨®n", explica Ruiz a los visitantes. Mar¨ªa Guti¨¦rrez, de 61 a?os y vecina del municipio, se declara impresionada. "Habr¨ªa que traer aqu¨ª a los colegios. Es una buena forma de despertar el inter¨¦s de los ni?os por otras culturas, ahora que est¨¢n inmersos en lo inmediato".
Marionetas venecianas y el 'bunraku' japon¨¦s, joyas exclusivas
Paradas indispensables son Venecia y Jap¨®n. Las clases altas venecianas adquir¨ªan t¨ªteres con vestidos de seda y ricos bordados en el siglo XVIII. Las tres peque?as figuras de madera expuestas, desgastados sus materiales y deshilachados los ropajes por el paso del tiempo, se mostraban en peque?os teatros instalados en palacetes. La colecci¨®n de marionetas Grimani, en el Museo Goldoni de Venecia, es de las pocas que se conservan en la actualidad.
La ¨²ltima sorpresa del recorrido llega hasta tierras japonesas, una de las regiones que m¨¢s ha contribuido a la tradici¨®n titiritera. Su figura mejor custodiada aparece en una urna de cristal precintada, el Ningy? J?ruri o conocido popularmente como bunraku. "El nuestro es una aut¨¦ntica rareza, tanto por su antig¨¹edad como por su tama?o, m¨¢s peque?o que los habituales. No sobrepasa los 90 cent¨ªmetros", argumenta por tel¨¦fono para EL PA?S Yanisbel Mart¨ªnez, adjunta a la direcci¨®n de la compa?¨ªa T¨ªteres Etc¨¦tera desde 2007. Los bunrakus alcanzan miles de euros en subastas y son muy preciados porque apenas se dejan ver fuera de las fronteras niponas.
"La figura centenaria forma parte de nuestra colecci¨®n desde 2014, cuando la adquirimos en Par¨ªs en una subasta hist¨®rica. En ella, la hija del gran coleccionista franc¨¦s del siglo XX Jacques Chesnais se vio obligada a deshacerse de casi todo el patrimonio titiritero de su padre", explica Mart¨ªnez. Los mu?ecos de mayor tama?o son manejados desde atr¨¢s por tres personas y pueden llegar a pesar hasta cinco kilos.
La invenci¨®n del cinemat¨®grafo despide una muestra envuelta en una a¨²rea m¨¢gica, donde todav¨ªa las pantallas electr¨®nicas no hab¨ªan invadido el relato de masas global. Sin embargo, a Mart¨ªnez no le preocupa el presente digital porque considera que los t¨ªteres "mantienen una capacidad ancestral para contar historias y emocionarnos". Y a?ade: "Tenemos comprobado que un t¨ªtere en movimiento capta m¨¢s la atenci¨®n que una pantalla de un m¨®vil. Atrae tanto a peque?os como adultos y eso dice mucho de su poder en el siglo XXI".
Atenas, el lugar donde empez¨® todo
La compa?¨ªa T¨ªteres Etc¨¦tera, a punto de cumplir 38 a?os en activo esta primavera, ha conseguido reunir una abultada variedad de t¨ªteres y marionetas gracias a los viajes por el mundo y el contacto con otras culturas. Yanisbel Mart¨ªnez y Enrique Lanz, este ¨²ltimo actual director y fundador, son sus mayores art¨ªfices. "Enrique se hizo con las primeras figuras de la colecci¨®n al coincidir en Atenas con unos titiriteros indios con los que estrech¨® lazos. ?l les compr¨® varios objetos", indica Mart¨ªnez.
Otra de las formas que tienen para adquirirlos es mediante la defensa del patrimonio titiritero de culturas muy antiguas, con tradiciones tendentes a la desaparici¨®n en los pr¨®ximos decenios. "Los v¨ªdeos que se muestran en la exposici¨®n forman parte de un documental llamado El alma del pueblo, donde visitamos pa¨ªses como Mal¨ª o Vietnam y grabamos a aut¨¦nticos maestros que nos ense?an c¨®mo act¨²an en sus representaciones".
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