El rentable negocio de las terrazas: un euro al d¨ªa por mesa en la Barceloneta
Los restauradores protestan por la nueva norma de Colau y la oposici¨®n crea una comisi¨®n para vigilar su despliegue
Una mesa al sol en la tur¨ªstica avenida Joan de Borb¨® de la Barceloneta le cuesta a los restauradores de la zona 1,04 euros diarios. Sus terrazas son las m¨¢s caras de Barcelona, aunque el precio se compensa minuto y medio despu¨¦s de abrir el local. En La Rambla, el Ayuntamiento de Barcelona cobra por mesa 198,99 al a?o. En otras ¨¢reas de menos afluencia, la mesa va a 0,17 euros el d¨ªa. El coste de la mesa es irrisorio, pero en la guerra entre el Gremio de Restauraci¨®n y el Consistorio por la normativa de terrazas el precio no es lo m¨¢s importante. Los empresarios luchan por mantener y ampliar el n¨²mero de mesas. El Ayuntamiento, en cambio, aboga por no saturar la v¨ªa p¨²blica y defender los derechos de otros vecinos. Una guerra sin fin y sin ganadores.
En julio de 2016 el distrito de Ciutat Vella envi¨® a varios t¨¦cnicos a requisar mesas de los porches de la Boquer¨ªa. La concejal del distrito, Gala Pin, denunciaba que de los 16 negocios que operaban, solo cuatro ten¨ªan licencia. Tras sanciones y mucha mediaci¨®n, se estudi¨® caso a caso y se concedieron licencias para 36 mesas. La paz se firm¨® el pasado julio, dos a?os despu¨¦s. D¨ªas antes, restauradores y consistorio anunciaban lo que parec¨ªa el fin de la guerra con una ordenanza nueva.
La norma que hered¨® Colau cuando lleg¨® al cargo la dise?¨® el exalcalde Xavier Trias con el apoyo del PP. Con ella se eliminaban miles de mesas, pero Colau aplic¨® una moratoria y negoci¨® con los restauradores. El principal escollo de la ordenanza de Trias era las distancias entre sillas, mesas y fachadas, pues se exig¨ªa 1,8 metros para que las personas con movilidad reducida pudieran pasar sin encontrar obst¨¢culos. Otro problema era que a los locales con un aforo superior a 16 personas, contando la terraza, se les exig¨ªa dos ba?os y dos lavabos.
Una nueva ordenanza
Tras reunirse con los restauradores, Colau redise?¨® la norma y permit¨ªa que las terrazas no tuvieran que estar obligatoriamente frente al local y que la distancia de paso para personas con movilidad reducida se redujese a 1,50. Lo del n¨²mero de lavabos se limitaba a locales de nueva creaci¨®n.
El problema lleg¨®, no obstante, con el requisito de que, aunque la norma era efectiva para toda la ciudad, ser¨ªa cada distrito el que la aplicase teniendo en cuenta sus peculiaridades. De hecho, no hab¨ªan pasado ni cuatro meses desde su aprobaci¨®n cuando el Gremio sac¨® a sus empresarios a la calle acusando a Pin de estar realizando una ¡°supresi¨®n masiva de terrazas¡± en Ciutat Vella alegando ¡°problemas de espacio p¨²blico¡±. La concejal, por su parte, siempre ha asegurado que en el distrito hay muy poco espacio libre y es su obligaci¨®n ¡°garantizar que haya diversidad de usos en la v¨ªa p¨²blica¡±. La regidora mantiene que est¨¢ cumpliendo a rajatabla la ordenanza.
El gremio encontr¨® aliados en la oposici¨®n y PDeCAT, C¡¯s, PSC y PP consiguieron el pasado mi¨¦rcoles constituir una comisi¨®n de seguimiento de la ordenanza de terrazas en Ciutat Vella. Durante el pleno acusaron al distrito de falta de transparencia y de di¨¢logo. Pero si el gremio se considera perjudicado, la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona y ECOM, el movimiento asociativo integrado por organizaciones de personas con discapacidad f¨ªsica, tambi¨¦n. Ambos denuncian que los criterios de accesibilidad de las terrazas ¡°no pueden ser orientativos y flexibles tal y como permite la ordenanza y deber¨ªan ser iguales en toda la ciudad¡±.
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