En el pa¨ªs de la buena gente
Tenemos demasiada gente a un lado y otro del espectro pol¨ªtico que quiere pasar a la historia
Las ¨²ltimas semanas nos llev¨® de cabeza todo tipo de c¨¢lculos sobre si el frente independentista iba o no a apoyar los Presupuestos del Estado. Sab¨ªamos que ese apoyo era crucial para que Pedro S¨¢nchez se mantuviera en La Moncloa. Y tambi¨¦n sab¨ªamos que la exigencia de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n no era menos crucial para el independentismo para seguir manteniendo vivo su horizonte de futuro, un iridiscente paisaje mucho m¨¢s importante para ellos que el presente donde vivimos todos, los independentistas y quienes no lo somos. Esa utop¨ªa nos narra lo bien que vamos a vivir todos los que vivimos en Catalu?a, incluso lo bien que vivir¨¢n, profetizan, los habitantes del pa¨ªs vecino al que por fin podr¨¢n llamar Espa?a sin que eso sea en detrimento de su patriotismo. En aquellas mismas semanas tambi¨¦n se fraguaron unas mesas de di¨¢logo que fueron funcionando con muy escasos frutos, con la esperanza de que se pod¨ªa ir creando un ambiente de confianza y ganas de ir limando, si no todas, algunas de las muchas aristas que ofrece la estructura territorial espa?ola.
El suspense termin¨® abruptamente la semana pasada. Por su parte, Pedro S¨¢nchez dio por finalizado el di¨¢logo, alegando que no pod¨ªa aceptar el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n que exig¨ªa el independentismo porque no est¨¢ previsto en la Constituci¨®n. Aqu¨ª conviene hacer un par¨¦ntesis. El art¨ªculo 10.2 algunos lo interpretan como permisible con dicho refer¨¦ndum, por el hecho de haberse ratificado en el momento de su redacci¨®n la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos. Pero esas ratificaciones no se convierten autom¨¢ticamente en doctrina y por lo tanto no tienen rango constitucional. Por ello se insiste siempre que para que ese derecho a la autodeterminaci¨®n sea posible, debe nuestra Carta ser sometida a una reforma que deber¨¢ votar toda la poblaci¨®n espa?ola.
Los Presupuestos fueron bloqueados por los grupos independentistas en el Congreso de los Diputados. Y eso autom¨¢ticamente oblig¨® a S¨¢nchez, sin pens¨¢rselo dos veces, a convocar elecciones para el pr¨®ximo 28 de abril. El independentismo no tard¨® ni un segundo en tildar al todav¨ªa presidente de Gobierno de cobarde. El independentismo se manifest¨® el s¨¢bado pasado en una leg¨ªtima convocatoria a favor de sus presos pol¨ªticos ¡ªa los que yo absolver¨ªa, incluso indemnizar¨ªa a cuenta de mis impuestos, pero inhabilitar¨ªa hasta el fin de los tiempos para cualquier responsabilidad pol¨ªtica de la gesti¨®n p¨²blica¡ª, pero sorprendentemente la pancarta que encabezaba la manifestaci¨®n dec¨ªa textualmente ¡°La autodeterminaci¨®n no es delito¡±. Bueno, no es delito manifestarse por pedirla, pero autodeterminarse unilateralmente, como m¨ªnimo, es saltarse la ley.
Estaba claro que el apoyo que recibi¨® S¨¢nchez hace ocho meses del grupo independentista en el Congreso para desalojar a Rajoy de la Moncloa, ahora lo sabemos, estribaba en la confianza de que aqu¨¦l cediera ante sus exigencias, que no eran otras que el refer¨¦ndum. Ah¨ª comenz¨® un tira y afloja que termin¨® como termin¨®. Con unos presupuestos, los m¨¢s sociales en los ¨²ltimos ocho a?os, y con un proyecto progresista, incluso de indisimulado color centro izquierdista, sumado a ello la firme voluntad de resolver el conflicto con Catalu?a, aunque no a la velocidad que exig¨ªa la Generalitat y en los t¨¦rminos no jur¨ªdicos que planteaba para llevar a cabo su soluci¨®n. Era evidente que las prioridades no eran las mismas. El independentismo quer¨ªa ya la ruta que los llevara al pa¨ªs de las sonrisas eternas y la buena gente. S¨¢nchez necesitaba esos Presupuestos para proseguir con sus propios n¨²meros, su pol¨ªtica de fuerte acento social. El voto en contra de las Cuentas, en alianza con la ultraderecha (le llamo as¨ª, sin ambig¨¹edades ni matices, a la pi?a ideol¨®gica que forman PP, C¡¯s y Vox), nos llevan a una de las convocatorias m¨¢s dram¨¢ticas, pero a la vez m¨¢s esperanzadoras para la izquierda espa?ola, de la ¨²ltima d¨¦cada.
?Recuerda el lector el 3 de marzo de 1996? Ese d¨ªa se celebraron elecciones generales porque Converg¨¨ncia y Uni¨® le retir¨® el apoyo a los Presupuestos de Felipe Gonz¨¢lez. El 26 de abril, a las 21.15, del mismo a?o, en el hotel Majestic, CiU y el PP sellaron un acuerdo de colaboraci¨®n que garantizaba la investidura de Aznar.
Le¨ª hace unos d¨ªas un tuit de Ram¨®n Cotarelo donde expon¨ªa que S¨¢nchez prefiri¨® suicidarse a ¡°pasar a la historia¡± aceptando el refer¨¦ndum. Tenemos demasiada gente a un lado y otro del espectro pol¨ªtico que quiere pasar a la historia. Que Espa?a no se divida entre estos y los que no llegan a fin de mes.
Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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