La izquierda ¡®magdal¨¦nica¡¯

El otro d¨ªa supe de una parafilia sexual que desconoc¨ªa. Consiste en estampar el rostro dulcemente contra muffins, magdalenas, brioches, cruasanes y todo tipo de productos de boller¨ªa y pasteler¨ªa. Lo hace una mujer oriental en Instagram: es una pr¨¢ctica muy mullida y extra?a que, al parecer, pone a mil a los convencidos.

Surge tambi¨¦n ahora cierta parafilia pol¨ªtica en torno al carbohidrato. El pacto entre Manuela Carmena e I?igo Errej¨®n se forj¨® entre empanadillas (al parecer la alcaldesa acarreaba una bandeja cuando se lesion¨® el tobillo) y se ha puesto de largo a base de magdalenas regadas con batido de chocolate, como en una merendola preadolescente (y apta para celiacos).

Fue en un acto en Villaverde donde los candidatos hablaron de cuidados, de conciliaci¨®n laboral, de vivienda y de otras cosas. Sonaron Aretha Franklin y Los Chunguitos, tocados ahora por la varita m¨¢gica de Rosal¨ªa.

La alcaldesa ya hab¨ªa sacado partido de su accidente con las empanadillas: su imagen en silla de ruedas, con la pierna escayolada, es contrahegem¨®nica

La magdalena aqu¨ª es algo m¨¢s que una cosa de comer: es s¨ªmbolo de lo que podr¨ªamos llamar la izquierda magdal¨¦nica: basada en la solidaridad, los cuidados, el entendimiento, la feminidad, el buen rollo, la cooperaci¨®n y todas esas cosas tan opuestas al dogma pol¨ªtico y econ¨®mico dominante, que es competici¨®n, ¨ªmpetu y jungla. "Alg¨²n d¨ªa la ternura mover¨¢ el mundo", dijo hace mucho Don Algod¨®n, ide¨®logo avant la lettre de esta rama de la nueva pol¨ªtica.

Carmena y Errej¨®n se la est¨¢n jugando a esta carta, la de la dulce abuelita y el buen chaval, aunque ya sabemos que su candor tiene l¨ªmites y que de tontos no tienen un pelo. Se nos propone un soft power, la horizontalidad, la preocupaci¨®n por el d¨¦bil, lo matriarcal. La alcaldesa ya hab¨ªa sacado partido de su accidente con las empanadillas: su imagen en silla de ruedas, con la pierna escayolada, es contrahegem¨®nica, no trata de ocultar su vulnerabilidad y puede conectar con el p¨²blico ahora que el zeitgeist impone la fortaleza y la superaci¨®n de las propias fronteras hasta dar en la frustraci¨®n y la ansiedad constantes. "Pero se trata de aumentar los ¨ªndices de amor", como escribir¨ªa Fern¨¢ndez Porta.

Desde la izquierda se han hecho memes cachondos se?alando que la reposter¨ªa no es un instrumento revolucionario. La derecha se ha quejado de que el "Madrid de las magdalenas" va en contra del Madrid que quiere "competir por ser una gran capital internacional", una ciudad global y todas esas cosas tan rimbombantes que no est¨¢ claro que beneficien al ciudadano de a pie, constre?ido precisamente por la opresiva internacionalidad contempor¨¢nea.

Si las magdalenas simbolizan realmente un Madrid m¨¢s humano y menos asalvajado, que nos den m¨¢s magdalenas, sobre todo ahora que nos viene a reconquistar la ultraderecha testoster¨®nica y ecuestre. A ver qu¨¦ sale de esta confiter¨ªa del amor: la receta de las magdalenas fue difundida por Ia alcaldesa en Instagram el pasado diciembre, veremos si coincide con la receta del ¨¦xito. En ambos casos se requiere una Thermomix.