Las tardes son las nuevas noches de Madrid
Los empresarios del ocio madrile?o se ven obligados a actualizar su modelo de negocio de acuerdo con las nuevas pautas de consumo
A las 4.00 de la madrugada la m¨ªtica sala de conciertos madrile?a Moby Dick no sabe a qui¨¦n servir copas. Es viernes y los clientes ya han desfilado para casa a pesar de que el local sigue abierto hasta las 6.00. La escena, que se acentu¨® con la crisis y provoc¨® un cambio de tendencias, se repite cada fin de semana, aunque en los ¨²ltimos tiempos ha remontado. Pero lo cierto es que los clientes llegan antes, eligen con conocimiento de causa qu¨¦ bebida quieren consumir y se retiran mucho m¨¢s pronto que hace una d¨¦cada a sus aposentos. Los h¨¢bitos han cambiado, el canalleo de Madrid se ha pasado al tardeo y la ciudad que nunca duerme -con perd¨®n de Nueva York- ha empezado a conciliar algo m¨¢s el sue?o en sus horas nocturnas.
¡°Nuestros clientes potenciales son los mismos de siempre, han crecido con nosotros, y ahora necesitan conciliar su vida familiar y laboral con el ocio¡±, explica Hugo Garc¨ªa, responsable de comunicaci¨®n de la sala de conciertos madrile?a, abierta desde hace 27 a?os. El ocio no ha muerto, insiste, pero se ha mudado por obligaciones vitales. ¡°Mira, la tasa de nacimientos en la regi¨®n en 1973, cuando yo nac¨ª, era el doble que una d¨¦cada despu¨¦s, eso tiene mucho que ver. Hay menos j¨®venes¡±, a?ade. El doble exactamente no, pero s¨ª que es verdad que a principios de la d¨¦cada de los 70, el n¨²mero de nacidos en la comunidad madrile?a ascend¨ªa a 90.000, mientras que en los 80 la cifra superaba por poco los 60.000, seg¨²n datos del censo de la regi¨®n. ¡°La gente de 40 y 50 a?os se sigue sintiendo joven y quiere seguir disfrutando de la m¨²sica en directo, por ejemplo, pero por unas cosas u otras ha tenido que cambiar de h¨¢bitos¡±.
As¨ª que la necesidad del sector por reinventarse viene avalada por los n¨²meros, que plasman la importancia del ocio para los j¨®venes y los no tan j¨®venes. La Comunidad de Madrid cuenta con m¨¢s 2.600 empresas entre discotecas y salas de fiestas, bares de copas, teatros y musicales, productoras de festivales y eventos culturales, tablaos, restaurantes de espect¨¢culo, verbenas y entidades festeras. Emplea a 20.800 trabajadores y, en cuanto al nivel econ¨®mico, el sector recreativo representa el 1,6% del PIB regional, con 3.500 millones de euros de facturaci¨®n. M¨¢s de siete millones de madrile?os y 3,3 millones de extranjeros consumen diversi¨®n en cualquiera de sus facetas y, de hecho, el 50% del turismo internacional que visita la regi¨®n disfruta de una oferta que se ha visto obligada a mutar.
Moby Dick, asentado en la avenida Brasil, es de los locales que se ha tenido que reinventar para no morir de soledad. Desde los matinales, para ofrecer m¨²sica en directo a padres con sus hijos en horario diurno, hasta en la calidad de la bebida. ¡°Ahora la gente se cuida m¨¢s, as¨ª que en invierno pueden entrar ya a las 19.00, eligen su copa premium cuando antes no importaba, pagan m¨¢s por la copa, se piden menos bebidas y se van antes a casa, y luego el domingo aprovechan para hacer deporte¡±. Ante este cambio de tendencias, el Irish Rover, que pertenece a la misma cadena que Moby Dick, se ha acoplado a las nuevas demandas y ofrece actividades como torneos de trivial, espect¨¢culos de magia, funciones de microteatro o incluso salirconarte, -as¨ª, todo junto-, una especie de encuentros entre personas que se re¨²nen para pintar cuadros mientras beben y se relacionan.
Guillermo Bragado, vicepresidente de la asociaci¨®n empresarial Noche Madrid, asegur¨® en una asamblea general que se celebr¨® hace una semana en la capital, que la forma de divertirse ¡°es cada vez m¨¢s diurna, cultural y familiar, m¨¢s diversa y m¨¢s inclusiva. Por eso, necesita refundar y actualizar su modelo de negocio de acuerdo con las nuevas pautas de consumo, segmentaci¨®n de los gustos por edades y perfiles y la incorporaci¨®n de los nuevos canales de comunicaci¨®n digital, que han dejado atr¨¢s las herramientas publicitarias convencionales¡±.
Los conciertos matinales familiares, las fiestas en el parque organizadas, el afterwork -cada vez est¨¢ m¨¢s extendido este concepto de salir a tomar algo despu¨¦s de trabajar sin pasar por casa, sobre todo en una ciudad como Madrid, donde las distancias importan, y mucho-, la modernizaci¨®n del cabar¨¦, las sesiones bizarras, el fen¨®meno del brunch los domingos por la ma?ana, el nuevo boom de los tablaos flamencos, y la fusi¨®n entre ocio y gastronom¨ªa, van a marcar los pr¨®ximos a?os del sector, seg¨²n las conclusiones a las que han llegado las asociaciones del sector recreativo que ven en el d¨ªa lo que antes ofrec¨ªa exclusivamente la noche. Algunas de estas actividades ya llevan varias a?os abri¨¦ndose paso, como los brunch domingueros, y otras renacen de las cenizas en un intento desesperado de los empresarios del ocio por sobrevivir.
Nacho Fern¨¢ndez, director general del Florida Retiro, lo confirma. Su espacio, compuesto por cuatro restaurantes, varias terrazas y un local donde ofrecen espect¨¢culos de cabar¨¦ mientras el cliente puede disfrutar de su cena, abri¨® en octubre de 2016 con la intenci¨®n de cubrir ¡°todo el espectro horario¡±. ¡°Antes solo se sal¨ªa a bailar por la noche. Ahora el cliente pide otras cosas. Disfruta de un gin tonic en la terraza a cualquier hora o viene a tomar el vermut a mediod¨ªa, o a ver un espect¨¢culo mientras disfruta de nuestra oferta gastron¨®mica. Nosotros hemos seguido un modelo que lleva implantado en Europa varios a?os¡±. Es el culto de la diversidad como flotador de supervivencia.
Un flotador al que, algunos, se agarran pero manteniendo su apuesta por las ra¨ªces. Eso hace Ramiro Ferreira, de Essential Flamenco, abierto desde hace cuatro a?os. ?l tambi¨¦n ha tenido que adelantar las sesiones, ¡°ahora tenemos una a las 20.30, cuando antes en los tablaos nos qued¨¢bamos toda la noche e incluso varios d¨ªas¡±, y reconoce que el p¨²blico que m¨¢s se interesa por sus espect¨¢culos es el extranjero. ¡°Los madrile?os piensan que el flamenco es para guiris, as¨ª que el 95% de nuestros clientes viene de fuera. Es una pena, parece que en Espa?a cuesta reconocer el flamenco como un arte¡±. ?l ha decidido reivindicar lo de siempre, aunque aportando peque?as modificaciones. ¡°Otros ofrecen comida mientras los artistas est¨¢n haciendo su espect¨¢culo. A m¨ª eso me parece una falta de respeto para el artista. A nadie se le ocurrir¨ªa hacerlo as¨ª en la ¨®pera de Mil¨¢n, por ejemplo. As¨ª que nosotros ofrecemos solo c¨®cteles de calidad, preparados, que es lo que se lleva ahora, y ofrecemos espect¨¢culos con artistas reconocidos. El tablao, adem¨¢s, tiene una sesi¨®n que empieza antes para que el cliente pueda salir antes¡±.
El ocio muta, pero sobrevive. Madrid ofrece variedad y posibilidades diferentes para disfrutar durante las 24 horas del d¨ªa. La discoteca ha perdido fuerza. Hay menos j¨®venes, pero m¨¢s puretas que no quieren renunciar a su vida social. ¡°De la necesidad hacemos virtud¡±, se r¨ªe Ferreiro. El d¨ªa, o el tardeo, conquistado los bares, las terrazas o los parques y llega para quedarse.
Una normativa obsoleta para los empresarios
Los empresarios mantienen una de las reivindicaciones m¨¢s antiguas en el sector del ocio: la de hacer una profunda renovaci¨®n del marco normativo por parte de las Administraciones para ¡°ampliar las franjas de actividad matinal para discotecas, salas de fiestas y restaurantes de espect¨¢culos¡±, permitiendo la integraci¨®n del ocio, la cultura, la gastronom¨ªa y los espect¨¢culos. ¡°El sistema actual de licencias est¨¢ anticuado, no se renueva desde finales de los a?os 70¡±, se queja Hugo Garc¨ªa, de Moby Dick. ¡°El cat¨¢logo de actividades depende de la Comunidad y su aplicaci¨®n del Ayuntamiento¡±, aclara, ¡°y no se ponen de acuerdo¡±.
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