El renacer de Roc¨ªo Molina
La bailaora representa el arte lib¨¦rrimo que nace del Sur
Roc¨ªo Molina (M¨¢laga, 1984) es la parte por el todo. Esa andaluza, artista comprometida y al¨¦rgica a las etiquetas en una b¨²squeda constante de la excelencia, que resume las aspiraciones de una Andaluc¨ªa en plena transformaci¨®n. De vocaci¨®n universalista, la bailaora ha perge?ado un lenguaje propio que hunde sus ra¨ªces en la tradici¨®n, pero que las reinventa en un flamenco que se abraza a las vanguardias.
Radicalmente libre, iconoclasta y ¡°gamberra¡±, Roc¨ªo Molina puede ser virtuosa en lo t¨¦cnico y suicida de pura osad¨ªa en lo conceptual. Y todo, con una naturalidad que desarma. Sin miedo a firmar alianzas con disciplinas y artistas de muy diferente procedencia, sus coreograf¨ªas se convierten siempre en acontecimientos esc¨¦nicos para aficionados de todo pelaje, ortodoxos y aperturistas, flamencos y postmodernos, guardianes de las esencias y adalides de la modernidad.
Roc¨ªo es, por tanto, casi un asunto de la cultura andaluza, una teor¨ªa sobre la capacidad de nuestros creadores para volar sin despegar unos pies siempre hundidos en la tradici¨®n m¨¢s profunda. ¡°He sido y soy muy reivindicativa de nuestra memoria y de la tradici¨®n en nuestro arte -asegura esta bailaora que ha puesto dinamita en todas las fronteras del flamenco-. No podemos perder las tradiciones, pero tampoco podemos sentir verg¨¹enza de ir incorporando todo lo nuevo que aparece en nuestras vidas. Siempre defender¨¦ la tradici¨®n, pero los artistas tenemos la obligaci¨®n de evolucionar¡±, reflexiona Molina sin aspavientos, a media voz, precisa met¨¢fora de esa revoluci¨®n callada que emprendi¨® con apenas veinte a?os cuando, independizada de la compa?¨ªa flamenca de Mar¨ªa Pag¨¦s, inici¨® un camino en solitario que ha hecho parada ya en escenarios de los cinco continentes.
Maternidad
La malague?a sale en estos d¨ªas previos al 28 de febrero del mayor par¨¦ntesis de su carrera profesional. Volver¨¢ a los escenarios el pr¨®ximo 9 de marzo para dejar que su baile renazca con la guitarra de Rafael Riqueni. El m¨²sico sevillano, a medio camino entre el arte y la leyenda, es el responsable de que la bailaora est¨¦ acelerando su recuperaci¨®n f¨ªsica tras un embarazo que dej¨® registrado en su anterior proceso creativo y que ha culminado en una maternidad vibrante que -un mes despu¨¦s del alumbramiento- la mantiene "oxitoc¨ªnica perd¨ªa, con el mayor nivel de enamoramiento que pueda existir", asegura con una sonrisa que es luz.
Esta bailaora empe?ada en viajar al ultramar del flamenco no hab¨ªa parado nunca hasta ahora, "desde que ten¨ªa siete a?os". Apenas una operaci¨®n de apendicitis la mantuvo alejada de los zapatos de baile veinte d¨ªas que le parecieron "un mundo". "Pero ahora necesitaba una pausa, una parada larga, para volver recargada de amor, y retomar mi baile con mucha calma, manteniendo la escucha para ver c¨®mo renace mi nuevo cuerpo, lo quiero descubrir poquito a poco", reflexiona la artista.
No le queda mucho tiempo, sin embargo. A la cita de marzo se le suman ya las de la gira internacional de Ca¨ªda del cielo, el espect¨¢culo previo a su concepci¨®n con el que puso al l¨ªmite su cuerpo y dej¨® turulatos a los aficionados m¨¢s conservadores del flamenco. Francia y Alemania esperan en abril a esta andaluza que recibi¨® el Premio Nacional de Danza con 26 a?os y cuyo sentido del baile es tan universal como lo ha sido siempre el arte m¨¢s lib¨¦rrimo que nace del Sur. "Yo intento tener cuidado al elegir a las personas a las que les pido opini¨®n, pero no me importa que las que vienen a verme bailar piensen lo que quieran. Me gusta que se tomen la misma libertad para emitir sus juicios que yo me tomo a la hora de crear, no me crea ning¨²n conflicto ", asegura esta bailaora menuda, de contornos rotundos, en las ant¨ªpodas de los c¨¢nones oficiales.
¡°El arte se debe escupir¡±
Y as¨ª ser¨¢: su cuerpo transformado para dar vida volver¨¢ a entregarse para "transmitir emociones", pero tambi¨¦n mensajes. "Me meto en temas pol¨ªticos, y seguir¨¦ reflexionando sobre el hecho de ser mujer", explica mientras repara en los nuevos tiempos que han llevado a situar este debate en el centro del discurso pol¨ªtico y social. "Me pone enormemente triste pensar que podemos dar pasos para atr¨¢s. Andaluc¨ªa no es as¨ª, conf¨ªo en nuestra intuici¨®n para seguir avanzando. ?C¨®mo vamos a ir hacia atr¨¢s cuando quedan kil¨®metros por delante para seguir conquistando derechos?", se cuestiona la bailaora, convencida de que es importante reaccionar "y alzar la voz": "Nunca me cortar¨¦ a la hora de crear porque no interese a nivel pol¨ªtico. El arte no debe pensarse: el arte tiene que ser libre, se debe escupir", zanja sin matices.
Y as¨ª ha regresado esta semana a la sala de ensayo, "con miedo el primer d¨ªa y un poco menos concentrada, porque la focalizaci¨®n es s¨®lo una: la crianza. Pero ahora aparte de criar, tengo que crear tambi¨¦n", asegura. Y en el inicio de este camino renovado se encuentra tambi¨¦n Riqueni y su guitarra: que su baile "renazca con ¨¦l" le ha dado pie para sentar las bases del que ser¨¢ su nuevo espect¨¢culo, un trabajo que pretende reflexionar sobre la guitarra flamenca, "mi otro gran amor", asegura.
"Ser¨¢ un trabajo en profundidad, pero quiero que sea muy austero, extremadamente sencillo, para poder olvidarme de mi ego y perderme en la guitarra y en los guitarristas que admiro", relata esta nueva Roc¨ªo Molina. Por lo dem¨¢s, asegura que seguir¨¢ haciendo ¡°lo mismo que hasta ahora: escuchar a mi cuerpo, que es quien escribe mis historias¡±. ¡°Puede parecer, y tambi¨¦n lo intento, que voy lanzando mensajes sobre los que reflexionar, pero el cuerpo va siempre por delante. Mi necesidad es bailar y siento que a¨²n tengo cosas por aprender y descubrir¡±, asegura.
Roc¨ªo Molina, que sigue viviendo en Andaluc¨ªa, es una de las artistas espa?olas con mayor proyecci¨®n internacional. Sus obras se han visto en teatros y festivales como el Barbican Center de Londres, el New York City Center, el Esplanade de Singapur, el Festival Tanz Im August de Berl¨ªn, el Festival SPAF de Se¨²l, el Teatro Stanislavsky de Mosc¨², el Teatro Nacional de Taiwan, el Dansens Hus de Oslo y Estocolmo, el Transam¨¦riques de Montreal, el Teatro Nacional de Chaillot en Par¨ªs o el Bunkamura de Tokio. Cuentan las cr¨®nicas que Mija¨ªl Baryshnikov, mito viviente de la danza, se arrodill¨® ante ella despu¨¦s de verla bailar en Nueva York. Asuntos a los que la malague?a le resta importancia, porque ella vive ¡°intentando escuchar m¨¢s a mi cuerpo y menos a mi ego¡±.
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