Barcelona pierde la batalla contra la contaminaci¨®n
Entidades y expertos reprochan a Colau falta de valent¨ªa y lamentan que no se restrinja el tr¨¢fico hasta 2020
Barcelona va tarde en la lucha contra la contaminaci¨®n. La ciudad supera desde 2010 los valores m¨¢ximos de poluci¨®n por di¨®xido de nitr¨®geno que fija la directiva europea, el 98% de los barceloneses est¨¢ expuesto a niveles de part¨ªculas finas superiores a lo que recomienda la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y se estima que hay unas 3.500 muertes prematuras vinculadas a la contaminaci¨®n cada a?o en la gran Barcelona. Pese al dramatismo de los datos y a que el ?rea Metropolitana se dot¨® en 2017 de un protocolo contra la contaminaci¨®n, no se restringir¨¢ la circulaci¨®n de veh¨ªculos contaminantes hasta 2020.
La tibieza del protocolo se ha evidenciado esta semana cuando la presencia de part¨ªculas en suspensi¨®n debido al anticicl¨®n ha obligado a declarar un episodio de alta contaminaci¨®n. Mientras ciudades peque?as como Valladolid restring¨ªan el tr¨¢fico, en Barcelona los coches han circulado con normalidad. Los ecologistas consideran insuficiente el protocolo, que apenas prev¨¦ aumentar el riego de calles y evitar que las obras hagan polvo, adem¨¢s de ¡°recomendar¡± dejar el coche en casa.
Ante las cr¨ªticas de ecologistas y expertos, la teniente de alcalde Janet Sanz se mostr¨® dispuesta a revisar los protocolos y asegur¨® que el Consistorio ¡°no descarta¡± y ¡°estudia¡± la implantaci¨®n de un peaje. Pero son medidas que no llegar¨¢n hasta pasadas las elecciones. De hecho, miembros del gobierno admiten que la restricci¨®n de veh¨ªculos contaminantes impactar¨ªa en transportistas o vecinos que son votantes de Barcelona en Com¨².
Desde las entidades aplauden que Colau haya puesto la lucha contra la contaminaci¨®n en la agenda p¨²blica. Pero un¨¢nimemente reprochan poca rotundidad al actuar: no entienden c¨®mo no habr¨¢ restricciones hasta 2020 si el tr¨¢fico causa el 65% de las emisiones. Y exigen actuaciones m¨¢s dr¨¢sticas, como un peaje de entrada a la ciudad.
Mar¨ªa Garc¨ªa, de Ecologistas en Acci¨®n y la Plataforma por la calidad del aire, lanza un reproche al gobierno de Colau: la principal medida del mandato ha sido crear la Zona de Bajas Emisiones (ZBE, el per¨ªmetro de las rondas) para restringir el tr¨¢fico en episodios de poluci¨®n, ¡°pero el problema de Barcelona es que se superan los valores medios anuales¡±. ¡°Estamos incumpliendo la legalidad¡±, alerta. Habr¨ªa que reducir un 30% la circulaci¨®n para cumplir la norma europea, y un 50% para preservar la salud, avisa.
Garc¨ªa tambi¨¦n cuestiona que las restricciones se basen en las etiquetas de Tr¨¢fico: ¡°No se?alan las emisiones reales de los veh¨ªculos, hay que revisarlas. Vamos una d¨¦cada tarde y aplicaremos una reforma basada en etiquetas falsas¡±. Y agrega: ¡°Estamos dando el mensaje de que el problema son los coches antiguos, que hay que renovar el parque, cuando lo necesario es reducirlo¡±.
"Al gobierno le ha faltado valent¨ªa y al resto de partidos les ha faltado responsabilidad", dice una activista
La Plataforma apuesta por un peaje urbano. ¡°Son medidas impopulares de entrada pero que se aceptan, porque estamos ante un problema sanitario y de emergencia que no tiene marcha atr¨¢s¡±, dice Garc¨ªa. Seg¨²n la activista, el peaje genera ingresos para el transporte p¨²blico y libera espacio que puede destinarse a f¨®rmulas m¨¢s sostenibles.
¡°Al gobierno le ha faltado valent¨ªa porque es un tema cr¨ªtico y al resto de partidos les ha faltado responsabilidad¡±, lamenta Garc¨ªa y critica dos decisiones tomadas sin participaci¨®n: la ampliaci¨®n de la Ronda Litoral y la autorizaci¨®n para construir nuevas terminales de cruceros. Coincide en la valoraci¨®n Adri¨¢n Fern¨¢ndez, de Greenpeace, que subraya que ¡°las iniciativas han sido poco rotundas, insuficientes¡±. Por parte de la Plataforma por el Transporte P¨²blico, Ricard Riol celebra actuaciones como ¡°la mejora la red de buses o ampliar los carriles bici¡±, pero advierte: ¡°Si no restringes de forma radical los accesos a la ciudad, te quedas cojo¡±.
Tambi¨¦n el investigador del CSIC Xavier Querol aplaude el primer empuje ¡°potente¡± de Colau en la materia, pero dice ¡°que se ha desacelerado¡±. ¡°El Ayuntamiento no se cansa de repetir que la contaminaci¨®n es estructural y no epis¨®dica, pero las medidas estructurales se aplazan¡±, denuncia. Por ¨²ltimo, recuerda que hay zonas de la ciudad, como el Eixample, donde no se mide la contaminaci¨®n. ¡°Si no se mide el di¨®xido de nitr¨®geno ocurre que se declaran episodios de contaminaci¨®n en Lleida y Valladolid, pero no en Barcelona¡±, lamenta.
El comisionado de Ecolog¨ªa, Frederic Ximeno, acepta las cr¨ªticas. Sobre las estaciones de medici¨®n, dice que est¨¢ a punto de entrar en funcionamiento una en la Meridiana. Tampoco descarta poner un peaje, pero defiende que antes hay que medir los efectos de las restricciones estructurales. Adem¨¢s, Ximeno coincide en la necesidad de revisar las etiquetas de Tr¨¢fico pero, por encima de todo, subraya: ¡°Tras una d¨¦cada de inacci¨®n, logramos consenso institucional, hemos activado instrumentos, delimitado la zona, instalado las c¨¢maras, hecho campa?as ciudadanas, hay que preparar los parqu¨ªmetros para que puedan leer matr¨ªculas¡ Est¨¢ el paquete a punto para desplegarse¡±.
La receta Airuse
En verano pasado, el proyecto Airuse, liderado por el investigador del CSIC Xavier Querol, gan¨® el premio The Best of the Best Green Cities Project. El proyecto propone seis recetas para mejorar la calidad del aire.
1. Ceder competencias en materia de calidad ambiental a las ¨¢reas metropolitanas. En Barcelona, el 60% de los coches que circulan son de ciudades del entorno.
2. Mejorar el transporte metropolitano, una competencia que corresponde a la Generalitat.
3. Reducir los coches con un peaje de entrada a la ciudad. Y permitir aparcar en la calle solo a los residentes. El resto, que pague aparcamiento subterr¨¢neo.
4. Fijar zonas de bajas emisiones para que los coches que entren sean limpios.
5. Repensar la distribuci¨®n urbana de mercanc¨ªas, con la premisa de que las furgonetas y camiones, no vetados en las zonas de bajas emisiones, circulan durante muchas horas al d¨ªa. Por ejemplo, fomentando su electrificaci¨®n o que sean h¨ªbridas.
6. Transformar y pacificar la ciudad, pero cuando se hayan reducido los coches. "Si pacificamos sin reducir tr¨¢fico, lo estamos moviendo de un lugar a otro".
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