La crisis que ha sacudido a Societat Civil
La entidad busca relanzarse con delicados equilibrios entre sus familias constitucionalistas
De la mano de Josep Ramon Bosch, Societat Civil busca relanzarse tras haber atravesado una agr¨ªa crisis originada por acusaciones de anomal¨ªas, nunca probadas, y diferencias ideol¨®gicas entre familias. En enero, Bosch asumi¨® la presidencia con la filosof¨ªa de impulsar un catalanismo moderado que anhela que Espa?a le d¨¦ un relato para acabar con el independentismo. El sector m¨¢s combativo, partidario de litigar por el uso de esteladas en el espacio p¨²blico y que denuncia la ¡°invisibilizaci¨®n de los no nacionalistas¡±, pareci¨® quedar fuera de juego. O quiz¨¢ no tanto.
Bosch concedi¨® entrevistas y rechaz¨® el uso del art¨ªculo 155 como arma electoral y defendi¨® la inmersi¨®n. La junta que nombr¨® hizo una nota para matizarle. No le desautoriz¨®, pero defendi¨® que se cumplan los fallos en favor de que el castellano sea vehicular y que el 155 est¨¢ en la Constituci¨®n. Bosch ha tenido que modular su apuesta personal de virar hacia el catalanismo moderado para que todas las familias constitucionalistas se sientan representadas.
En ese juego de equilibrios y para dotar la entidad de transparencia, este mes presentar¨¢ en asamblea un plan estrat¨¦gico para el 2019 para paliar los ¡°males¡± del proc¨¦s. Tiene cuatro ejes: relanzar la entidad; velar por la neutralidad del espacio p¨²blico; incidir en el ciclo electoral en favor del constitucionalismo y en una nueva hegemon¨ªa que, con un discurso en catal¨¢n, incluya a los catalanohablantes desencantados con el independentismo. Ni rastro de la inmersi¨®n aunque no pide el 155 como Ciudadanos o el PP. S¨ª que figura crear una singular Plataforma de Afectados por el Proc¨¦s (PAP).
Bosch ha modulado su idea de virar hacia el catalanismo moderado
Bosch intenta reconducir la entidad tras la crisis que dej¨® a la entidad noqueada justo un a?o despu¨¦s de lograr sus mayores ¨¦xitos con las dos multitudinarias manifestaciones de 2017 contra el proc¨¦s. El conflicto estall¨® de forma abrupta en diciembre cuando la junta destituy¨® a Jos¨¦ Rosi?ol, entonces presidente, y otros tres miembros, (9 votos sobre 14) por supuestas irregularidades contables. Nunca se confirmaron y ¨¦l ha retado a quien quiera que lo lleve a los tribunales. Rosi?ol achaca las acusaciones a que pidi¨® a la firma Manifiesto, en la que trabajaba, fondos para financiar las dos manifestaciones. ¡°Necesit¨¢bamos el dinero. Dos meses despu¨¦s, dej¨¦ el empleo¡±, dice. Rosi?ol s¨ª admite que gobern¨® mirando al exterior. ¡°Dije en la junta que mi fall¨® fue mirar el 99% de puertas afuera y un 1% hacia dentro. Lo repetir¨ªa. Cre¨ª que todo el mundo era leal¡±.
Apartado de la entidad ¡ª¡°No soy un florero¡±¡ª, Rosi?ol achaca su relevo a dos factores: a que parte de la junta le piso ¡°palos en las ruedas¡± todo el mandato y a que el entonces y actual vicepresidente Alex Ramos, que le relev¨® de forma provisional, ¡°cambi¨® de bando¡±. El expresidente cuenta que en verano de 2017 expuso un plan estrat¨¦gico a 15 a?os. Ten¨ªa tres ejes: seny, convivencia y reconciliaci¨®n para no herir sentimientos. ¡°Con el ¡®yo soy espa?ol, espa?ol¡¯ no se va a ning¨²n lado. Yo era partidario de la apertura y el di¨¢logo¡±, dice recordando que envi¨® cartas a ANC, ?mnium o al president Torra. Ramos aclara su decisi¨®n: ¡°Hubo una alerta y asum¨ª responsabilidades¡±.
La junta propondr¨¢ crear la Plataforma de afectados por
el proces (PAP)
El sector cr¨ªtico, calificado de espa?olista por otras familias, afirma que el relato de Rosi?ol est¨¢ edulcorado. ¡°?l y un grupo dirig¨ªan sin dar explicaciones. Hubo contratos y gastos importantes sin pasar por la junta y gener¨® incomodidad¡±, apuntan recordando que tres miembros le enviaron hace un a?o un burofax. Bosch reduce el conflicto a una ¡°mala gesti¨®n¡± que gener¨® tanta alarma en los colaboradores que cesaron sus donaciones. Pero descarta que Rosi?ol se apropiara nada. ¡°Tanto es as¨ª que hasta un acto en viaje a Miami me lo pagu¨¦ yo¡±, replica el afectado. ¡°El problema no era de ingresos: era de gastos¡±, rebate un exmiembro de la junta que cifra en 200.000 euros el coste de un acto en Madrid anulado por falta de p¨²blico. La versi¨®n oficial, dice, fue el mal tiempo.
Con esa tensi¨®n, las diferencias ideol¨®gicas y estrat¨¦gicas se acentuaron: la entidad dej¨® organizar grandes actos, fren¨® los litigios y fue pasiva con los lazos amarillos. Y apuntan que Rosi?ol intent¨® que los j¨®venes de Societat Civil retiraran una demanda contra la Universitat Aut¨°noma. La fractura se consum¨® y formaron S'ha acabat. ¡°Pero ¨¦l acept¨® continuar la acci¨®n en el Tribunal de Cuentas contra el Govern¡±, matizan fuentes de ese sector. ¡°Hubo rivalidades con connotaciones pol¨ªticas pero sin partidos detr¨¢s¡±, se?ala Bosch.
Con la entidad en la UVI, la crisis se quiso reconducir en enero con la figura del expresidente Rafael Arenas, catedr¨¢tico de Derecho. Miembros del Patronato Joan Bosc¨¤, donante del colectivo, le animaron. Y acept¨® con tres condiciones: asegurar la viabilidad econ¨®mica; nombrar a su equipo y que la junta fuera de consenso. La asamblea del 19 de enero dio un giro inesperado: Rosi?ol, a¨²n vocal, amenaz¨® con presentar su lista al acusar a la de Arenas de ser del sector ¡°duro¡±. El catedr¨¢tico dio un paso atr¨¢s. Y emergi¨® Bosch: ¡°Me lo propusieron y acept¨¦. La lista de Arenas no era plural. Se rode¨® de gente e Impulso Ciudadano y de S'ha acabat con un discurso espa?olista y en espa?ol muy firme¡±. Mientras Rosi?ol medita impulsar la Societat Civil Europea, Bosch intenta que la entidad no renuncie a los catalanistas moderados. Ninguno de los dos ha quitado nunca un lazo amarillo. Bosch, eso si, anunci¨® el viernes una denuncia contra Torra por no descolgar la pancarta en favor de los presos. ¡°No permitiremos pasar ni una m¨¢s. Sin ley no hay democracia¡±, dijo.
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