Paradojas en torno a la econom¨ªa (a expensas) de las fallas
El impacto econ¨®mico de una actividad va m¨¢s all¨¢ de los efectos directos que tiene sobre la econom¨ªa local y para analizarlo es necesario un ejercicio de rigor
En el a?o 2000 la Interagrupaci¨®n de Fallas de Val¨¨ncia (IFV) realiz¨® un primer an¨¢lisis del impacto en la econom¨ªa de la ciudad de Val¨¨ncia de las fiestas falleras. A este le sigui¨® otro de 2008 que le daba continuidad y posibilitaba un an¨¢lisis de la evoluci¨®n de las magnitudes all¨ª estimadas. Metodol¨®gicamente se trata de estudios modestos que no van m¨¢s all¨¢ del escandallo de dos bloques de gastos directos, los realizados por los visitantes y los derivados de la propia actividad fallera, que al agregarse desvirt¨²an algunos an¨¢lisis realizados posteriormente comparando porcentajes intraanuales. Es cierto que, dado el diferente inter¨¦s de los distintos usuarios de estos estudios, hubiese resultado m¨¢s informativo desligar inicialmente el an¨¢lisis de la actividad fallera de la actividad tur¨ªstica, adem¨¢s de haber a?adido, con la misma prudencia, un tercer bloque que recogiera la actividad econ¨®mica generada por los vecinos durante los d¨ªas de fiesta.
No obstante, el impacto econ¨®mico de una actividad va m¨¢s all¨¢ de los efectos directos que tiene sobre la econom¨ªa local ya que tambi¨¦n incluye los efectos interindustriales, es decir, c¨®mo el incremento de la demanda en un sector repercute en la producci¨®n de otros sectores, y los efectos inducidos en la actividad, propiciados por los incrementos producidos en la renta disponible de las empresas locales para invertir y de los trabajadores residentes para consumir. Los an¨¢lisis que utilizan las tablas input-output regionales disponibles permiten recoger estos efectos a trav¨¦s de los llamados multiplicadores. Esta metodolog¨ªa, que probablemente sea la m¨¢s utilizada en este tipo de trabajos de consultor¨ªa bajo demanda, tampoco est¨¢ exenta de cr¨ªticas acad¨¦micas aunque en los trabajos m¨¢s honestos son tomadas en consideraci¨®n.
La principal, y dif¨ªcilmente salvable, de estas cr¨ªticas deviene, de forma parad¨®jica, de no considerar las externalidades negativas que conllevan las actividades econ¨®micas analizadas. En el caso de las fallas, Catal¨¢ y Hern¨¢ndez (IFV, 2008: 31) ya enumeraron algunas de ellas relacionadas con el medioambiente, el vandalismo, la atenci¨®n sanitaria, la conflictividad laboral en los medios de transporte p¨²blicos, la venta ilegal y el tr¨¢fico, as¨ª como el impacto social de todo ello. Desde un punto de vista metodol¨®gico, el an¨¢lisis coste-beneficio es un marco m¨¢s adecuado para integrar estas externalidades negativas a las que podr¨ªamos a?adir algunas otras relacionadas con la seguridad, la protecci¨®n civil, el parque de bomberos, la venta ambulante realizada por no residentes, los trabajadores no residentes, el capital for¨¢neo, los incrementos coyunturales de precios, la imagen de la ciudad,¡ y, tambi¨¦n, la fuga de gasto, causada por los habitantes que salen de la ciudad en esas fechas.
Con independencia de la metodolog¨ªa utilizada, la elaboraci¨®n de este tipo de estudios requiere de unos datos de partida cuya estimaci¨®n puede hacerse con distintos m¨¦todos que reportan resultados dispares y que en muchas ocasiones solo su contrastaci¨®n evidencia su grado de validez, tarea arduo imposible si solo se dispone de trabajos espor¨¢dicos de consultor¨ªa que, con total profesionalidad aun siendo de parte, aplican los m¨¦todos y metodolog¨ªas que suponen m¨¢s adecuados entre los que tienen a su alcance y que, al menos en principio, parecen ser tan buenos como otros. Para ilustrar este punto partimos de la cifra estimada en IFV(2008) de 1.350.000 visitantes que se tom¨® de la Fundaci¨®n Turismo Val¨¨ncia y que, posteriormente, se confront¨® y refrend¨® con las ofrecidas por otras fuentes oficiales y no oficiales de instituciones y organismos de la Comunidad Valenciana relacionados con el turismo. En principio, el usuario final de esta informaci¨®n tiene poco o nada que objetar a esta estimaci¨®n, pero cuando la Conseller¨ªa de Econom¨ªa, Industria, Turismo y Empleo para el a?o 2013 ofrece un nuevo dato, ostensiblemente menor, de 865.950 visitantes, calculado con la metodolog¨ªa utilizada por la Polic¨ªa Local, genera una duda razonable que lleva a reflexionar m¨¢s seriamente sobre el origen, la fiabilidad y la utilizaci¨®n de estas magnitudes, m¨¢xime cuando la citada Conseller¨ªa a?ade que, de estos visitantes, tan solo 216.985 costearon su alojamiento en establecimientos hoteleros, incluy¨¦ndose entre ellos los de los alrededores.
Desde la esfera pol¨ªtica local, en febrero de 2015, el Grupo Municipal Socialista lanzaba desde la oposici¨®n una moci¨®n al pleno defendida desde el ?rea de Fiestas y Cultura Popular, instando al encargo de ¡°un estudio de impacto econ¨®mico de las Fallas¡± para apuntalar su candidatura a integrarse en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Desde entonces, a lo largo de la legislatura que toca ya a su fin, se ha promovido un continuo ruido medi¨¢tico sobre este particular, protagonizado igualmente desde el ?rea de Cultura del Ayuntamiento, ahora por el Grupo Municipal Comprom¨ªs, integrado en el gobierno tripartito. Resulta, cuanto menos, parad¨®jico el origen de estas iniciativas, ya que, en esencia, la promoci¨®n de estudios de esta naturaleza deber¨ªa encuadrarse dentro de las competencias de las ¨¢reas econ¨®micas de gobierno, al igual que, por ejemplo, el an¨¢lisis de g¨¦nero en las fallas se ha promovido, con una l¨®gica impecable, desde el ¨¢rea de derechos ciudadanos.
Esta aparente desubicaci¨®n de competencias evidencia una cierta confusi¨®n en los t¨¦rminos y en los objetivos del tema tratado. Los estudios de esta naturaleza, de corte macroecon¨®mico, nos revelan quienes son los verdaderos beneficiarios econ¨®micos de los recursos p¨²blicos y privados aportados a la fiesta, y con ello desvelan problemas de polizones o consumidores par¨¢sitos, externalidades positivas que deber¨ªan tratarse desde una perspectiva fiscal en pro de la equidad. Igualmente nos informan de la importancia y el perfil de la actividad tur¨ªstica alrededor de la fiesta mayor local, lo que sin duda ayuda a la planificaci¨®n estrat¨¦gica y promoci¨®n del turismo de ciudad. Y si bien es cierto que pueden ser ¨²tiles adem¨¢s para conocer y gestionar mejor la fiesta, no es menos cierto que quedar¨ªa fuera de todo lugar caer en tentaciones neoliberales de utilizarlos para justificarla o para valorar su gesti¨®n, y ni tan siquiera para justificar su financiaci¨®n desde las arcas p¨²blicas como si de una infraestructura productiva, como es el caso de corredor mediterr¨¢neo, o de un evento desligado del territorio, como los festivales musicales o los eventos deportivos como el marat¨®n de Val¨¨ncia, se tratase.
Porque, siempre que se sit¨²e dentro de unos par¨¢metros l¨®gicos y coherentes respecto del presupuesto total manejado por la corporaci¨®n, la fiesta mayor de un municipio, como son las Fallas de Val¨¨ncia, justifica su financiaci¨®n p¨²blica ¨²nica y exclusivamente por la participaci¨®n y la identificaci¨®n de la ciudadan¨ªa con la misma, y su valor social, cultural y tambi¨¦n econ¨®mico no tiene por qu¨¦ guardar relaci¨®n alguna con el impacto econ¨®mico que genera. Es m¨¢s, dicho impacto econ¨®mico cuando proviene de la mercantilizaci¨®n de la fiesta, es decir, del turismo, puede llegar a poner en riesgo el valor de la misma e incluso su propia esencia que, como patrimonio cultural inmaterial, est¨¢ viva y, por lo tanto, es susceptible de ser transformada y modificada, tambi¨¦n con criterios indeseables desde el punto de vista cultural, como lo son los estrictamente comerciales. Y como, parad¨®jicamente, la misma preservaci¨®n del patrimonio cultural inmaterial provoca su uso tur¨ªstico, una gesti¨®n ¨¦tica de la fiesta deber¨ªa basarse en la b¨²squeda de un equilibrio, fundamentada en una cr¨ªtica aut¨®noma de su evoluci¨®n cultural.
Juan M. Nave Pineda es catedr¨¢tico de An¨¢lisis Econ¨®mico y Finanzas de la UCLM
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