Meritxell Bud¨®, la esponja y el bast¨®n de mando
La nueva consejera de Presidencia, la alcaldesa de La Garriga, exhibe cintura gobernando en coalici¨®n
Meritxell Bud¨® (Barcelona 1969) es desde 2011 alcaldesa de La Garriga ¡ªdonde aterriz¨® a los seis a?os¡ª, y ya se sabe que el ejercicio del mando municipal imprime car¨¢cter.
Aunque ella no necesite alquilarlo. Lo tiene, y potente, casi por naturaleza. Parece llevar el bast¨®n de mando desde la infancia. Caracter¨ªstica que comparte con las regidoras garriguenses que la precedieron, desde la escritora N¨²ria Alb¨® ¡ªla primera en la era democr¨¢tica, una leyenda viva¡ª hasta su inmediata antecesora, Neus Bulbena, que tuvo que capear lo peor de la crisis; ambas socialistas.
Pero ella opt¨® desde muy joven por lo que representaban Artur Mas y en menor medida Jordi Turull, personajes en los que reconoce sus fidelidades. Aunque su cintura le permita quedar b¨¦ en ¨¢mbitos m¨¢s cargados de tormentas, como el de Waterloo. Puede sorprender que ocupe plaza en el esot¨¦rico Consell per la Rep¨²blica, pero ?alguien sobrevive en ese partido mutante ¡ªde CDC, a PDeCat, a Junts xCat, a Crida¡ª si concita la inquina del gran fugitivo?
Como regidora de Converg¨¨ncia i Uni¨®, primero milit¨® en la oposici¨®n desde 2006 y luego como primera autoridad al frente de una variopinta coalici¨®n de mayor¨ªa nacionalista. En ambas posiciones ha representado bastante exactamente lo que es ¡ªa¨²n hoy¡ª el primer activo pol¨ªtico del nacionalismo posconvergente, el enraizamiento al territori por la v¨ªa municipalista.
Es heredera de Artur Mas, pero sabe nadar en el Consell per la Rep¨²blica
Y tambi¨¦n de una t¨ªpica ¡ªaunque hoy declinante¡ª voluntad de transversalidad, de entendimiento con otros grupos, ese ja ho trobarem que en tiempos propiciaba consensos y que va cayendo en desuso por la acidez de la fractura pol¨ªtica catalana. Con un foco nuevo: ¡°hacer las cosas de forma distinta a como hasta ahora, de abajo arriba¡±, declaraba cuando las cr¨ªticas a las ¨¦lites establecidas empezaban a despuntar.
Bud¨®, joven en los c?uarenta largos, estilosa, sardanista y deportista ¡ªp¨¢del y gimnasias¡ª utiliza varias t¨¦cnicas de resultado, a lo que se ve, infalible.
Entre ellas, cierta dureza en la vida partidista. Combinada con una intensa complicidad generacional con los regidores de su familia pol¨ªtica, en la sectorial y en viajes internacionales. Lo que la llev¨®, entre otras responsabilidades, a una vicepresidencia de la Diputaci¨®n.
Y tambi¨¦n una cualidad personal intransferible: la capacidad de actuar como esponja. Meritxell Bud¨® no naci¨® aprendida, pero ha sabido aprender, escuchando y absorbiendo lo que su intuici¨®n le aconsejaba.
Simboliza el activo real superviviente de los nacionalistas: el municipalismo
Al poco de ser elegida se le pregunt¨® qu¨¦ era lo que m¨¢s le hab¨ªa inquietado en su nuevo puesto: ¡°Saber exactamente cu¨¢ntas docenas de personas ca¨ªdas en la cuneta social tenemos en nuestra poblaci¨®n, y no disponer de recursos para ayudarles¡±, respondi¨®.
Y es que la Gran Recesi¨®n cruji¨® a la m¨¢s hermosa poblaci¨®n vallesana. Y a sus sectores punta, el mueble (afectado por la ca¨ªda de la construcci¨®n) y el textil, cuando cerr¨® la Sati, empresa de la familia Fisas dedicada a fabricar cortinas y otros productos textiles para el hogar.
Ahora, gracias a la recuperaci¨®n econ¨®mica general, y de los municipios en particular, dispone de m¨¢s margen. Lo que se ha notado en el retorno a una cierta pol¨ªtica de inversiones. Necesariamente muy pactada con sus socios.
Seguramente la historia de Meritxell Bud¨®, hasta ahora mismo, no sea muy diferente a la de toda una quinta de pol¨ªticos locales nacionalistas.
Pero la nueva consellera de Presid¨¨ncia exhibe un hecho diferencial respecto a muchos de sus componentes. Lleg¨® a la pol¨ªtica habiendo desarrollado antes un oficio en la econom¨ªa privada. Licenciada en Farmacia, trabaj¨® como directiva en la industria veterinaria. Para sobrevivir no depende, como tantos de sus compa?eros que han sido descabalgados de sus puestos, del presupuesto p¨²blico.
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