El clan de los Brunos cambian la coca¨ªna por la marihuana

Uno de los clanes m¨¢s famosos de clanes del hipermercado de la droga en la Ca?ada Real, los Bruno, han cambiado de palo. En lugar de dedicarse a la distribuci¨®n al por mayor de coca¨ªna y hero¨ªna, su nuevo negocio ilegal pasa por el cultivo y venta de marihuana. La Polic¨ªa Nacional ha acabado con este hist¨®rico grupo y est¨¢ investigando si sus nuevos compradores eran de la comunidad china para enviarlo a toda Europa.?

Los Brunos han sido un clan? cuyos miembros han sido detenido en diversas ocasiones tanto por la Polic¨ªa Nacional como por la Guardia Civil. Se caracterizaba por comerciar solo con clientes habituales y conocidos y por no admitir que los toxic¨®manos consumieran en sus instalaciones.?Este cambio a la marihuana se debe a que la marihuana tiene una menor condena penal en caso de ser culpado. Adem¨¢s, todo el beneficio se queda en la organizaci¨®n, al no tener que comprar el estupefaciente a otros grupos, como ocurre con la coca¨ªna o el hach¨ªs, seg¨²n fuentes policiales. Si un kilo de coca¨ªna con alta pureza y reci¨¦n llegado a Espa?a cuesta unos 35.000 euros, se puede adulterar y vender por unos 10.000 o 15.000 euros m¨¢s. En el caso de la marihuana, el precio es ¨ªntegro por cada kilo vendido.

Los agentes del Grupo XIV de Polic¨ªa Judicial, especializados en la lucha contra el tr¨¢fico de drogas, estaban detr¨¢s de este grupo, que estaba ubicado en la parcela 20 del sector m¨¢s conflictivo de la Ca?ada, en el distrito de Villa de Vallecas. All¨ª ten¨ªan siete infraviviendas y un prefabricado que hab¨ªan transformado para el cultivo de la marihuana. Los funcionarios estaban pendientes de este grupo, porque, pasados unos a?os, hab¨ªan regresado a esta zona de venta de droga, en Valdeming¨®mez, lo que les hizo sospechar.

La forma de actuar de los integrantes y las enormes medidas de seguridad que tomaban en todo momento en determinados puntos de la Ca?ada Real motivaron que los agentes les siguieran de cerca. A ello se un¨ªa que ya hab¨ªan sido uno de los grupos l¨ªderes de esta zona de narcotr¨¢fico.

Los agentes les sometieron a una estrecha vigilancia hasta que localizaron todas sus propiedades e identificaron a todos los integrantes del clan. Tras conseguir las correspondientes ¨®rdenes judiciales, entraron en las siete infraviviendas y el prefabricado (conocido en el argot como sanky). All¨ª localizaron 1.500 plantas de marihuana, adem¨¢s de unos 2.000 euros en efectivo, una escopeta, ¨²tiles para prensar la droga y?100 gramos de otras drogas (coca¨ªna, hach¨ªs y marihuana) listas para vender a peque?a escala. Los agentes creen que estos estupefacientes los guardaban para sus antiguos clientes.

Los agentes creen que las cosechas las pasaban a mafias chinas. Cada planta da una media de tres cosechas al a?o, dado que est¨¢n sometidas a un cultivo intensivo. De hecho, las plantaciones contaban con todos los medios t¨¦cnicos para acelerar su crecimiento, como l¨¢mparas de calor, filtros de carbono, aire acondicionado y fertilizantes. Para alimentar toda la plantaci¨®n, el clan hab¨ªa hecho varios enganches ilegales a la red de fluido el¨¦ctrico.

Los agentes han detenido a 17 personas (nueve hombres y ocho mujeres) a los que se les imputa un delito contra la salud p¨²blica (tr¨¢fico de drogas), otro de pertenencia a grupo criminal y defraudaci¨®n de fluido el¨¦ctrico. Al frente de todos ellos estaba Manuel Bruno Jim¨¦nez, alias Man¨¦, de 40 a?os. Cuenta con ocho detenciones por la Polic¨ªa Nacional y otras 12 por la Guardia Civil. El anterior jefe era su padre, Manuel Bruno Su¨¢rez, alias El Leli, de 60 a?os, que ha sido arrestado en 13 ocasiones. Su esposa, Antonia Ju¨¢rez Bruno, de 56 a?os, tiene cinco antecedentes policiales.

Entre los arrestados, tambi¨¦n est¨¢n el hermano del l¨ªder, Antonio Bruno Jim¨¦nez, alias El Gato, de 42 a?os y con 12 detenciones; la esposa de este, Estefan¨ªa Jim¨¦nez, La Fani, de 31 a?os y con dos arrestos, y Enrique Jimenez, El Jabato, de 21 a?os.

Cuatro de los detenidos han ingresado en prisi¨®n, tras pasar a disposici¨®n judicial.