Puro teatro
La memorizaci¨®n de las razones dictadas, la rigidez del marco establecido, la obligaci¨®n del guion impuesto y el riesgo del error amenazante se convierten en un cors¨¦ que aprieta hasta el ahogo en este periodo
Vivimos en permanente campa?a electoral. Desde hace tiempo, demasiado tiempo. La fragilidad de la situaci¨®n pol¨ªtica lo facilita y lo potencia no disponer de un calendario cerrado para todos los comicios conocidos como tienen otros pa¨ªses y como s¨ª pasa aqu¨ª con los municipales y europeos. Dicho lo cual, esta presi¨®n ambiental no por sabida deja de ser indigesta. En consecuencia, y conforme se acerca la cita con las urnas, los pol¨ªticos todos, candidatos o no, se ven obligados a subir sus decibelios hasta el estr¨¦pito. Ya saben, esa ostentaci¨®n imprescindible de imagen y sonido para hacerse notar y procurar estar presentes en cuantas m¨¢s discusiones mejor. Y cada uno lo hace como sabe, como puede, como le dejan o como tropieza.
Torra atando lazos a su conciencia y poniendo en jaque a la instituci¨®n. Borrell rebel¨¢ndose contra el periodismo europeo que le pregunta por lo real. Casado y Rivera marc¨¢ndose y rivalizando con el poder¨ªo de los ministerios que no tienen. Sanchez rode¨¢ndose de banderas y oteando el horizonte desde su altura de miras tan institucional como cre¨ªda. Iceta haci¨¦ndose notar con declaraciones que luego le corrigen. Cayetana Alvarez de Toledo present¨¢ndose en sociedad catalana con guante de seda que esconde una thatcheriana mano de hierro. Aznar emulando el spaghetti western. Valls buscando la br¨²jula de su destino. Colau recuperando por un d¨ªa la provocaci¨®n social con la que lleg¨® al cargo. Abascal desenfundando su Smith & Wesson. Rufi¨¢n ensayando sus nuevos rugidos v¨ªa tweet que por algo va a ser cabeza de le¨®n. Asens modulando su tono de abogado sereno para disimular su condici¨®n de candidato asustado. Cuevillas arengando las masas que calmaba cuando llevaba toga. Iglesias volviendo ¨¦l y recuperando el ce?o fruncido de sus preocupaciones ahora tambi¨¦n paternales y espiadas. Y as¨ª van desfilando ante la sociedad quienes dicen preocuparse por ella a la par que ella les ve s¨®lo preocup¨¢ndose de s¨ª mismos.
En este juego de espejos, emergen los relatos. Esa narraci¨®n estructurada para convencer a quienes les escuchen gracias a unas historias que persiguen la credibilidad propia. Lo estamos viendo en el juicio al proc¨¦s. Las dos partes en claro litigio pugnan por imponer su visi¨®n de los hechos de manera contrapuesta. Tanto, que cuando alguno de los interrogadores cuestiona lo antes descrito, el balbuceo sucede a la convicci¨®n y la duda a la contundencia.
Desmontar fake newses hoy muy aplaudido cuando es al contrario a quien se desnuda pero inocuo cuando nos afecta
En la pol¨ªtica actual pasa lo mismo. Fuera del argumentario estipulado, o hay ansiedad o desesperaci¨®n, aquel estado del esp¨ªritu que sabe perfectamente que, si su personaje muere, nadie se apiadar¨¢ de ¨¦l, como Shakespare hac¨ªa clamar en su desolaci¨®n a Ricardo III.
La memorizaci¨®n de las razones dictadas, la rigidez del marco establecido, la obligaci¨®n del guion impuesto y el riesgo del error amenazante se convierten en un cors¨¦ que aprieta hasta el ahogo. Por eso se acude a la Junta Electoral para cualquier minucia informativa. Para que las reglas del juego se adapten a una situaci¨®n tan extrema como asfixiante, tan il¨®gica como extenuante.
Hace tiempo, y por esas mismas razones profesionales, me atrev¨ª a definir la campa?a electoral como un per¨ªodo de excepci¨®n informativa. Disc¨²lpenme la auto-cita. Estaba hablando de los medios audiovisuales, claro. Especialmente de los p¨²blicos aunque con la ley revisada en la mano los recursos bien podr¨ªan aplicarse a los privados. Lo mantengo. Quiz¨¢s por eso la propuesta de Podemos de impedir que los bancos financien empresas de comunicaci¨®n como si aquellas entidades no facilitaran el flujo de las arcas p¨²blicas y no influyeran en las pol¨ªticas econ¨®micas y los medios no favorecieran la promoci¨®n de las actividades de los partidos. Cosa distinta es el acierto o el error de sus propuestas, de sus acciones o de sus omisiones. Es otro relato que se pretende testimonial por cuanto la econom¨ªa tambi¨¦n tiene ideolog¨ªa aunque a veces se quiera hacer creer lo contrario.
Emerge ah¨ª el papel de las redes sociales que ayudan a ensimismar a quienes impermeabilizan sus convicciones hasta convertirlas en principios teol¨®gicos. Impasible el adem¨¢n, todo lo que se aparte del n¨²cleo existencial de la opci¨®n elegida o no es verdad o es mentira. Se?alamos a quienes no forman parte de nuestro grupo, repudiamos al contrario y nos reconcentramos en el relato de los nuestros por mucho que desde fuera se insista en su inconsistencia. Desmontar las fake news es hoy un ejercicio muy aplaudido cuando es al contrario a quien se desnuda pero inocuo cuando nos afecta porque ya es fe y no confianza la que depositamos en nuestros referentes. Esta es la representaci¨®n electoral en el gran teatro del mundo de nuestra ¨¦poca. Calder¨®n de la Barca se qued¨® corto describi¨¦ndolo, Vargas-Llosa se aproxim¨® con la verdad de las mentiras y La Lupe acert¨® desgarrando el bolero: Lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro.
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