La paloma de Ravensbr¨¹ck
Con Neus Catal¨¤ aprend¨ªas lo que era la vida de verdad. Su mirada, ahora que se ha apagado, nos hac¨ªa m¨¢s falta que nunca
Frente a los negros cuervos de Ravensbr¨¹ck Neus Catal¨¤ alz¨® las alas de la humanidad y la esperanza. Tambi¨¦n las de la memoria. Sobrevivi¨® al campo de concentraci¨®n ¡ª¡°era tambi¨¦n de exterminio¡±, sosten¨ªa siempre ella, y a ver qui¨¦n se lo iba a negar si hab¨ªa estado all¨ª y ten¨ªa ese car¨¢cter que cualquiera le llevaba la contraria¡ª, y lo hizo sin perder la fe en la gente y en que el mundo era mucho m¨¢s que aquel agujero negro inmundo al que la lanzaron.
Un largo d¨ªa tuve el privilegio de acompa?arla en una de las visitas que hizo al campo, al este de Berl¨ªn. La vi estremecerse en los barracones, en la plaza de recuento, junto al lago en el que las SS obligaban a trabajar a las deportadas hasta la extenuaci¨®n y la muerte. Y le agarr¨¦ la mano ¡ªm¨¢s espantado que ella¡ª ante los crematorios. Acab¨¦ el recorrido con temblor de piernas y l¨¢grimas en los ojos. Pero Neus no dud¨® en dar una segunda vuelta por necesidades de un equipo de televisi¨®n. ¡°Mi deber es testimoniar lo que pas¨® aqu¨ª¡±, me dijo antes de regresar a dar otra vuelta al molino del horror. Qu¨¦ mujer. Recia y valiente. Siempre dispuesta a luchar contra el olvido y contra el regreso de los cuervos como hab¨ªa luchado contra los nazis y contra el hambre, la enfermedad y la agria desesperanza del campo.
No dud¨® en enfrentarse a Enric Marco, el impostor de Mauthausen, que la tem¨ªa. Tan peque?a y tan ¨ªntegra y corajuda Neus. Hecha de tes¨®n y hierro viejo, de principios y de valores de la mejor especie. No se fabrica ya gente como ella. Una tarde de invierno en su casa hablamos durante horas de su vida. C¨®mo pas¨® a Francia tras la Guerra Civil, c¨®mo la detuvo la Gestapo cargada con armas para la Resistencia, los interrogatorios y Ravensbr¨¹ck. Cay¨® la noche sin que ella encendiera las luces. Apenas nos ve¨ªamos de un lado al otro de la mesa. Y me dijo ¡°te quedar¨¢s a cenar¡±. No era una pregunta. Sac¨® unas rodajas de fuet, un poco de pan y dos vasos de agua. Y sigui¨® hablando mientras d¨¢bamos cuenta del frugal ¨¢gape y las presas reba?aban sus cuencos y gem¨ªan por media patata o los restos de la sopa aguada de col y tifus.
Con Neus aprend¨ªas lo que era la vida de verdad y lo que val¨ªa y lo que tenemos en cada ma?ana de estos tiempos que nos parecen problem¨¢ticos. Y a apretar los dientes. Su mirada, ahora que se ha apagado, nos hac¨ªa m¨¢s falta que nunca. Era tambi¨¦n poeta. De versos sencillos y directos que recog¨ªan el tu¨¦tano de su experiencia. Vuela libre vieja amiga, valerosa paloma a la que jam¨¢s dar¨¢n alcance los cuervos de este mundo. Ojal¨¢ fu¨¦ramos capaces de seguir el ejemplo de tu compromiso y de tu coraje.
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