¡°Yo tambi¨¦n soy charnego, ?y qu¨¦!¡±
?xito de p¨²blico en el primer Festival de Cultura Txarnega celebrado en la Fabra i Coats, con sesi¨®n de catarsis colectiva incluida
Entre la d¨¦cada de los a?os cincuenta y setenta Catalu?a recibi¨® oleadas de inmigrantes procedentes del resto de Espa?a. Sobre todo andaluces, pero tambi¨¦n murcianos, extreme?os y gallegos. Todos vinieron a trabajar con la intenci¨®n de volver a su tierra despu¨¦s de haber remontado la situaci¨®n econ¨®mica o social. Pero la gran mayor¨ªa se quedaron a vivir para siempre en este lugar que los hab¨ªa acogido. Ellos y sus hijos son los charnegos, un t¨¦rmino nacido no se sabe cu¨¢ndo ni por qui¨¦n pero creado para calificar de forma despectiva a todas esas personas que no hablaban catal¨¢n y ten¨ªan unas costumbres diferentes. Un adjetivo que parec¨ªa muerto y enterrado pero que est¨¢ muy vivo como pudo verse este s¨¢bado en la Fabra i Coats de Barcelona que acogi¨® el primer Festival de Cultura Txarnega comisariado por la escritora y activista Brigitte Vasallo, dentro del programa de la Primavera Republicana. En la sala donde Vasallo realiz¨® su preg¨®n no cab¨ªa ni un alfiler. M¨¢s de 200 personas, de todas las edades, ocuparon pasillos y el suelo, participaron activamente y emocionaron con sus historias personales, pero que ten¨ªan mucho que ver con la de las personas que estaban a su lado.
¡°A todos los que participamos se nos ha llamado en alguna vez charnegas. No una, sino varias veces. De ah¨ª que nos identificamos, no con un hecho que no es el nuestro, porque nosotros no emigramos, pero la migraci¨®n es algo que se hereda. La sociedad te la hace heredar¡±, explica Vasallo momentos antes del arranque del festival mientras varias personas aportan fotograf¨ªas que hablan de su llegada o sus primeros a?os en Catalu?a.
¡°Personalmente creo en las identidades estrat¨¦gicas. El festival se ha creado para juntarnos y contarnos cosas privadas y colectivas, porque no hemos tenido hasta ahora espacios para hacerlo. Queremos hacer memoria hist¨®rica y hacer archivo de esta memoria hist¨®rica¡±, explica Vasallo, m¨¢s relajada que hace unos d¨ªas, despu¨¦s de las cr¨ªticas que le llovieron en el lapidario digital que son las redes tras anunciarse el festival y que le llev¨® a abandonarlas por unos d¨ªas. ¡°Las cosas que no han estado nombradas cuando se hace por primera vez hay sectores que chirr¨ªa. Lo mismo que ha pasado con el feminismo que hay sectores que los niegan. Pero la respuesta que estamos teniendo nos demuestra que no nos hemos inventado el tema, sino que nunca hab¨ªa habido un espacio donde poder hablar de ¨¦l¡±.
Vasallo, catalana hija de migrantes de gallegos, es categ¨®rica: ¡°El t¨¦rmino es un concepto pol¨ªtico. Las personas charnegas hemos sido peones de los partidos pol¨ªticos que cuando les interesa nos llevan de un lado a otro, que intentas capitalizarnos. Hemos cargado con una especie de autoverg¨¹enza impuesta, pero en una sola generaci¨®n estamos haciendo festivales de cultura y es algo para celebrar.
En la sala son varias las personas que, micr¨®fono en mano, se arrancan a contar parte de sus historias: ¡°Nac¨ª en Lugo. Llegu¨¦ a Catalu?a en 1965 con cinco a?os y un gran enfado porque no quer¨ªa venir. Mi primera amiga catalana la tuve a partir de los 30. Antes todas eran de Murcia i de Granada¡±, comenta Lola, que asegura, en un perfecto catal¨¢n, que no viaja a su Galicia natal, porque all¨ª nadie ni nada le reclama, mientras cuelga en una cuerda con pinzas algunas de sus im¨¢genes. ¡°Con 17 fuimos a un pub en Barcelona dos amigas y yo y al bajar un grupo de chicos dijeron: ¡®apartaros que vienen las charnegas del Hospitalet¡¯, y nosotras no hab¨ªamos abierto la boca. Sin duda tambi¨¦n es un tema social¡±.
Roc¨ªo, nacida en Barcelona de padres sevillanos, cuenta a todos como su familia se traslad¨® a Barcelona huyendo de los efectos de la guerra. ¡°Mi abuelo era socialista. Mi hermana y yo descubrimos hace poco que en vez de hijas de un butanero podr¨ªamos haber sido nietas de un pol¨ªtico. No todo fue migraci¨®n por miseria, hubo otras razones¡±. Mientras que otra mujer hacer re¨ªr a todos cuando cuenta que en el pueblo en el que se instal¨® su familia, de apenas 3.000 habitantes, en la Catalu?a interior ¡°yo era independentista cuando nadie lo era¡±. Y remata, para mostrar su integraci¨®n catalana: ¡°Mi primera regla la tuve un 11 de septiembre¡±.
¡°Se nos ha pedido identificarnos con la tierra que hemos nacido o con la que nos ha acogido, pero en realidad tenemos una historia distinta. Cuando se hace una historia de Catalu?a, por ejemplo, quiero que nuestra historia est¨¦ reflejada y no se quede en un tren [el sevillano] en una estaci¨®n, con la llegada de nuestra gente, sino que se explique qu¨¦ hemos aportado a la cultura catalana¡±.
¡°Es un concepto negativo y categ¨®rico, pero si nos reapropiamos de la palabra y lo convertimos en un hecho festivo ya no pueden utilizarla contra ti¡±, remacha Vasallo, que lanza la frase: ¡°Yo soy charnega, ?y qu¨¦!¡±.
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